El Clásico del silencio
Los colosos españoles chocan hoy en un Camp Nou vacío
El gran Clásico del balompié español, Barcelona-Real Madrid, será por una vez el ‘Clásico del silencio’, pues a causa de la pandemia se jugará sin público, lo que restará presión a los futbolistas, en tanto el balón y el sonido ambiente son los protagonistas absolutos.
Será un Clásico sin tanto morbo y con dos equipos que no atraviesan su mejor momento. Llega peor Real Madrid, que ha perdido los dos últimos partidos y frente a rivales menores (Cádiz y Shakhtar Donetsk), mientras que el Barça se rehizo de su primera derrota liguera (1-0 en Getafe) con una balsámica goleada europea (5-1 frente al Ferencvaros).
Se estrenará Ronald Koeman en el banquillo azulgrana en un Clásico e intentará que la revolución de los jóvenes, con Ansu Fati y Pedri como estandartes, le permita reforzar su proyecto, al que se le ven unas cuantas cosas positivas.
Decidió nada más llegar cambiar el dibujo y ordenar un doble pivote, tres mediapuntas y Leo Messi arriba. Un 4-2-3-1 que puede ser un 4-2-4 y un 4-5-1, pero, sobre todo, lo que se le ha visto a su Barça es que tiene “piernas frescas” para plantar cara a cualquiera.
La llegada de Pedri, Trincao y Sergiño Dest le han dado otra energía al equipo y el Barça ha empezado a construir un camino nuevo después de aquel terremoto que supuso el 2-8 encajado en Lisboa ante Bayern Múnich en la Champions.
De aquello el equipo puede recuperarse poco a poco, pero difícilmente la directiva, que se ve acorralada por una moción de censura, el ‘Barçagate’ y aquel burofax enviado por Messi en el que le pidió al presidente del club, Jose Bartomeu, irse libre.
Messi tiene cuentas pendientes en el que podría ser su último Clásico en casa. No ha marcado en las últimas cinco ediciones, por lo que encadena dos años, cinco meses y dieciocho días sin hacerle un gol al Real Madrid, una de sus víctimas favoritas.
El argentino es el jugador que más tantos ha anotado en la historia de los Clásicos (26), pero su último gol al archirrival se remonta al 6 de mayo de 2018, en el partido de la jornada 36 de La Liga que acabó en tablas (2-2).
Para Real Madrid, el Clásico aparece como un punto de inflexión. El escenario perfecto para levantar el vuelo y enterrar las dudas que afloran sobre el proyecto e incluso sobre la figura de Zinedine Zidane, tras dos derrotas consecutivas como local ante equipos de inferior categoría.
La imagen de debilidad dejada ante Cádiz en La Liga y Shakhtar en la Liga de Campeones han instalado la preocupación en la casa blanca.
Sin embargo, el criticado Zidane es garantía de éxito en el Camp Nou, donde nunca salió derrotado en sus cinco visitas; sin embargo, un primer tropiezo hoy, pondrá entredicho su continuidad al frente de los ‘merengues’, que en ese caso tocarían fondo.