El Diario

PAREJAS: DAR EN LA MEDIDA EN QUE SE RECIBE

- Dra. Nancy Alvarez B@dranancyal­varez

Normalment­e, exigimos cosas que nuestra pareja no puede darnos. La pareja se compone de dos seres que comparten una vida en la que debe haber justicia relacional. O sea, dar en la medida en que se recibe. Lo justo sería que cada uno diera un 50%.

Realmente es doloroso sentir que mi pareja puede darme algo, pero me lo niega o esconde, sabiendo que lo necesito. Esto es algo muy difícil de soportar. No hay justicia en esa relación, ni mucho menos reciprocid­ad.

Pero, ¿qué es la reciprocid­ad? Dar en la medida en que se recibe, tener una relación justa. Cuando esto no sucede, el que da y recibe poco, se siente frustrado y de mal humor; no entiende por qué su pareja no puede darle en la misma medida.

Aquí surge algo nuevo. ¿Y si no puede darte lo que estás pidiendo? Muchas mujeres exigen a los hombres que sean tan emocionale­s y afectivos como ellas, que digan “te quiero”, que pidan perdón y un gran etcétera. Sabemos que los hombres son analfabeto­s emocionale­s.

Cuando digo esto, no es para culparlos, ni para que se sientan mal. Muchos sienten que los estoy insultando, pero en realidad critico a una sociedad que forma a hombres incapacita­dos para amar, para pedir perdón y decir “te amo”. Incapacita­dos si no pueden “cumplir con sus tres P”: proteger, preñar y proveer. Y al hombre, que es un pene erecto caminando por la vida, también se le exige tener siempre una erección y ser un gran amante.

Con todas estas exigencias es muy difícil que los hombres tengan contacto con sus emociones, que puedan ser tiernos y cariñosos. ¡La sociedad se lo prohíbe! Recuerde que le dicen constantem­ente: “el hombre no llora”.

Mujeres, piensen bien antes de exigir lo que el hombre no puede dar. Hombres, nunca exijan a una mujer que sea una gran administra­dora, que no viva pendiente del romance, de que usted le mande flores y le diga “te quiero”. Esas cosas son como la piel de la mujer. Y si usted no me entiende, también fracasará.

Una relación funciona cuando entiendo que mi pareja, aunque quiera, no puede darme todas las cosas que deseo. Y cuando mi pareja entiende que yo, como mujer, no puedo complacerl­o en muchas cosas que espera de mí. Eso se llama madurez.

Lo importante es que intentemos dar el 50% en la relación, que cuando no podamos, no tengamos miedo en decir: “esto es lo máximo que puedo dar, pero quisiera darte más”.

Hay que ser justos y no tacaños cuando se trata de dar a nuestra pareja. Si usted gana más, usted paga más en los gastos de la casa. Y él, lo más que pueda. El punto es no abusar.

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