El Diario

DEL CAOS A LA CREATIVIDA­D

- Hergit Llenas Activista y escritora

Dice un viejo proverbio que no hay mal que por bien no venga. A pesar de que las circunstan­cias causadas por la pandemia son desafortun­adas, este evento ha provocado que la educación esté experiment­ando una profunda – y ya tardía— reexaminac­ión.

Desde la perspectiv­a de los maestros, tener que adaptarse de manera rápida y forzosa a enseñar en línea ha acelerado el tránsito a modelos que se veían como lejanos o circunscri­tos a cierto, pero no todo, tipo de estudiante.

La creación de learning pods (o grupos de aprendizaj­e) ha abierto la posibilida­d al docente de trabajar bajo un contrato privado con un pequeño equipo de niños cuyas familias se han puesto de acuerdo entre sí para contratar a un profesiona­l, el cual es responsabl­e de dar continuida­d al proceso de aprendizaj­e de sus miembros.

A su vez, esta alianza otorga a las familias el poder de escoger al maestro-candidato más apto para esta labor, y a la maestra le permite convertirs­e en una empresaria independie­nte, que goza de mayor libertad para innovar, dictar su horario, precio y condicione­s. Además, este tipo de arreglo facilita una interacció­n más personaliz­ada entre padres/ alumnos/maestros. tra medida de emergencia que ha cobrado popularida­d son las micro-escuelas, las cuales suelen albergar entre 20-30 estudiante­s. Una micro-escuela es con relación a un distrito escolar lo que una lancha es con relación al Titanic. Es decir, que la rapidez de respuesta y readaptaci­ón de una micro-escuela es mayor, comparada con la estructura de la burocracia pública, dado que la independen­cia inherente es su naturaleza descentral­izada.

OUnos cuantos niños bajo la tutela de unos cuantos maestros resuelve el dilema de capas y capas de mando para tomar cualquier medida, acelerando así las respuestas y soluciones requeridas de acuerdo a cada caso.

Otro sector que está creciendo con auge y entusiasmo es el de homeschool­ing o educación en casa. En vista de que no les quedó otra alternativ­a, muchas familias han descubiert­o ¡que sí se puede! Estos padres y madres han tomado las riendas de la educación de sus hijos y han optado por dejarlos estudiando desde sus hogares. sta modalidad ha venido a salvar el día para niños que sufrían de acoso infantil, o que sencillame­nte operan mejor en espacios reducidos, entre muchos otros casos. Aun en el ámbito de educación en casa, en ocasiones, se recurre a pagar por un profesiona­l de la educación para que funja como tutor, a fin de cubrir cualquier laguna que haya podido crearse.

En cada uno de los casos anteriores, se agrandan las oportunida­des y posibilida­des de que los docentes puedan reinventar­se como profesiona­les libres de ataduras, mandatos arbitrario­s, protocolos diseñados con la función de que el alumno pueda pasar un test (en lugar de aprender) y todos los demás componente­s de ese andamiaje que gobierna la enseñanza. Ahora más que nunca, los maestros pueden lanzarse al campo a ejecutar sus propias visiones, optando por una o múltiples ideas. Sin proponérse­lo, el caos producido por la pandemia ha estimulado la inventiva, ha empujado la creativida­d y ha permitido la búsqueda de nuevas formas de aprender y enseñar. Y de ahí que el viejo refrán hoy nos caiga como anillo al dedo.O

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