Un nuevo informe enfatiza los riesgos del plomo en el agua
efectos en los niños, cuyos cerebros y cuerpos aún se están desarrollando.
“Este informe destaca las investigaciones previas de CR que muestran niveles potencialmente dañinos de plomo en algunos alimentos y bebidas que consumen los bebés y los niños pequeños”, dice el doctor James E. Rogers, director de investigaciones y pruebas de seguridad alimentaria de CR. “Es fundamental que el gobierno y la industria aborden este desafío de salud pública de inmediato”.
Una neurotoxina potente
El plomo es omnipresente, se encuentra en algunos suelos, juguetes y cerámicas, así como en la pintura de las casas construidas antes de 1978, cuando se prohibió la pintura con plomo.
Sin embargo, el agua potable es una fuente importante. Aunque las tuberías de plomo fueron prohibidas en 1986, la Agencia de Protección Ambiental (EPA) estima que de 6 a 10 millones de hogares todavía reciben agua a través de líneas de servicio que son anteriores a la prohibición. El plomo también puede provenir del suministro de agua o de la plomería, los grifos o los accesorios de una casa.
Ingerir incluso pequeñas cantidades de plomo con el tiempo puede conducir a problemas de salud duraderos porque se acumula en el cuerpo, dice Mona Hanna-Attisha, pediatra y profesora asociada de la Facultad de Medicina Humana de la Universidad Estatal de Michigan, quien primero publicitó el tema de los niveles elevados en la sangre de los niños de Flint, Michigan, pero que no participó en el estudio de HBBF. Esos problemas incluyen un coeficiente intelectual y rendimiento académico reducidos, así como trastornos por déficit de atención y problemas de conducta.
Pero aunque la exposición al plomo puede ser peligrosa para cualquier persona, es especialmente preocupante para los bebés alimentados con fórmula en polvo diluida con agua del grifo. “Si el agua de la casa tiene altos niveles de plomo, un bebé alimentado con biberón es el miembro de la familia que corre mayor riesgo, porque bebe un volumen mucho mayor de agua por libra de peso corporal que los niños mayores o los adultos”, dice Houlihan.
“Eso es lo que más me mantuvo despierta por la noche en Flint”, donde los índices de lactancia son bajos, dice Hanna-Attisha. Los primeros 4 a 6 meses, cuando los bebés no consumen nada más que leche materna o fórmula, son clave para el crecimiento del desarrollo neurológico. “El plomo es una neurotoxina potente e irreversible. No importa lo que hagas, es imposible deshacerse de la exposición al plomo de un niño si está ahí”.