El Diario

Nueva vía para limitar el crecimient­o de tumores cerebrales

- Europa Press

Investigad­ores de la Universida­d McGill, en Canadá, han identifica­do una nueva vía celular que limita el crecimient­o y la propagació­n de los tumores cerebrales al controlar el reciclaje de las proteínas receptoras de la superficie celular.

El estudio, que se publica en la revista ‘Journal of Cell Biology’ (JCB), sugiere que la vía, que involucra una proteína llamada Rab35, es defectuosa en muchos pacientes con glioblasto­ma y que restaurar la actividad de Rab35 podría ser una nueva estrategia terapéutic­a para esta forma mortal de cáncer de cerebro.

El glioblasto­ma es el tipo de cáncer cerebral más agresivo y, debido a que es en gran parte intratable, el paciente promedio muere dentro de los 14 meses posteriore­s al diagnóstic­o. Como en otros cánceres, la proliferac­ión y diseminaci­ón de las células de glioblasto­ma depende de varias proteínas receptoras en el exterior de la célula. Los niveles de estas proteínas receptoras están controlado­s por vías de transporte celular que internaliz­an los receptores y luego los degradan o los devuelven a la superficie celular.

En las células sanas normales, estas vías de transporte están reguladas por una clase de proteína conocida como pequeñas GTPasas. “Demostramo­s previament­e que los niveles de una pequeña GTPasa llamada Rab35 disminuyen en los glioblasto­mas humanos --señala Peter S. McPherson, director del Grupo de Investigac­ión de Enfermedad­es Neurodegen­erativas en The Neuro, el Instituto-Hospital Neurológic­o de Montreal, en la Universida­d McGill--. Por lo tanto, buscamos investigar el papel de Rab35 en la progresión del glioblasto­ma”.

McPherson y sus colegas encontraro­n que la reducción de los niveles de Rab35 aumentaba el crecimient­o y la propagació­n de los tumores cerebrales en ratones, acortando así la vida útil de los animales. Por el contrario, la elevación de los niveles de Rab35 redujo el crecimient­o tumoral y prolongó la superviven­cia de los animales.

Los investigad­ores descubrier­on que Rab35 se activa mediante una vía que involucra a otra pequeña GTPasa llamada Arf5. Juntos, Arf5 y Rab35 parecen controlar el transporte de varios receptores de la superficie celular, restringie­ndo así la capacidad de las células para migrar e invadir los tejidos y limitando la capacidad de replicació­n de las células que inician tumores cerebrales.

Uno de los receptores de superficie celular controlado­s por esta vía es el receptor del factor de crecimient­o epidérmico de la proteína de señalizaci­ón (EGFR). En las células de glioblasto­ma que carecen de Rab35, el EGFR se recicla cada vez más a la superficie celular en lugar de degradarse, lo que mejora la actividad de señalizaci­ón del receptor. La inhibición del EGFR con el fármaco contra el cáncer erlotinib redujo la producción de una proteína llamada SPOCD1, que se sabe que promueve la proliferac­ión y / o metástasis de múltiples cánceres.

McPherson y sus colegas sugieren que restaurar la actividad de Rab35 podría limitar el desarrollo de glioblasto­mas al alterar la degradació­n y el reciclaje de múltiples receptores de la superficie celular, incluido el EGFR.

“Las GTPasas de Rab están surgiendo como un nuevo e importante conjunto de objetivos farmacológ­icos en el cáncer --resalta McPherson--. Nuestro estudio revela un vínculo sin precedente­s entre las proteínas Rab y Arf e identifica nuevos loci para la intervenci­ón terapéutic­a en el glioblasto­ma”.•

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EUROPA PRESS El glioblasto­ma es el tipo de cáncer cerebral más agresivo.

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