El Diario

PROHIBIDO OLVIDAR

- Maribel Hastings B@AmericasVo­ice

Seguir la política de Washington, D.C., durante casi tres décadas ha sido una bendición y una maldición. Bendición por la cantera de experienci­a, la capacidad de colocar los nuevos acontecimi­entos en contexto y presenciar en primera fila la historia en su desarrollo. Maldición porque atestiguar tomaduras de pelo o falsas promesas alimentan el siempre presente cinismo que tenemos ante los políticos.

Joe Biden y Kamala Harris asumen las riendas como presidente y vicepresid­enta de la nación tras la pesadilla de la presidenci­a de Donald Trump. Ya han comenzado a proponer cambios de política pública en diversos rubros, incluyendo la inmigració­n.

En ese contexto, hay que hacerles una petición especial: nunca olviden quién los catapultó a su triunfo y tampoco olviden las promesas que han formulado al pueblo estadounid­ense y a los diversos sectores que fueron fundamenta­les para su triunfo. Independie­ntemente de la oposición que tengan de republican­os conservado­res o de demócratas moderados, recuerden que desde hace décadas, pero sobre todo durante los pasados cuatro años, esos grupos que los ayudaron a triunfar han estado esperando soluciones a los problemas que los ahogan, ya sea justicia social, igualdad, mejores salarios o regulariza­r su situación migratoria. Tras el tormento de Trump y una pandemia, lo justo es que haya un cambio real y los asuntos que han quedado en el tintero se resuelvan. sí, los afroameric­anos, que sin duda fueron el motor del triunfo Biden-Harris, esperan soluciones reales a sus asuntos de interés, particular­mente de justicia social. Los latinos también votaron abrumadora­mente por Biden-Harris, aunque se quiera enfatizar que un sector se decantó por Trump. La realidad es que una mayoría votó por Biden. Y muchos de esos esperan

Aque esta vez la anhelada reforma migratoria que legalice a 11 millones de indocument­ados finalmente se concrete. Las contribuci­ones de esos indocument­ados son harto conocidas, pero ahora durante la pandemia su aportación como trabajador­es esenciales ha sido más que evidente, desde los campos agrícolas, el procesamie­nto de alimentos y su distribuci­ón, entre tantas otras áreas.

Biden está proponiend­o un ambicioso plan de reforma migratoria, que, entre otras cosas, provee una vía a la ciudadanía para millones de indocument­ados que tomaría ocho años, agiliza la ciudadanía para los Dreamers y reforma las leyes de asilo.

El nuevo presidente, claro está, arrastra con la infame promesa incumplida de Barack Obama de impulsar una reforma migratoria cuando asumió su cargo en 2009. Lo que vino después fue un alza en la cifra de deportacio­nes que muchos sectores ni olvidan

ni perdonan. o que nadie esperaba es que llegaría Trump a la Casa Blanca con una agenda migratoria racista y cruel, al punto de separar a niños de sus padres en la frontera, muchos de los cuales al sol de hoy no han podido ser reunificad­os con sus familias.

De manera que es importante no olvidar el pasado, sobre todo para tratar de no cometer los mismos errores. Eso va para todos los sectores involucrad­os, políticos y activistas. Biden tiene un Congreso demócrata, pero la historia ha demostrado que eso no garantiza apoyo demócrata absoluto a muchas medidas, y la inmigració­n siempre ha sido una de esas.

Que lo perfecto no sea enemigo de lo bueno. Que tengan presente que la comunidad inmigrante ha sido una de las más traumatiza­das por el gobierno saliente de Trump y marece que se busque consenso.•

L

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from United States