Y ¿Qué cuentas públicas hereda Biden?
Según la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO) un organismo técnico no partidista: El déficit de 2020 es equivalente a casi el 15% del PIB del país, $3.3 billones (trillions en inglés), el mayor desde la II Guerra Mundial.
“Aunque mucho de ello se debe a las acciones del Gobierno para responder a la pandemia el déficit que se proyectaba ya era elevado desde el punto de vista histórico, $1.1 billones, el 4.9% del PIB antes de la disrupción causada por la pandemia”, dicen los estudios del CBO.
Si no hay cambios en el gasto ni en la fiscalidad la deuda pública, la que Trump iba a hacer desaparecer en ocho años, será equivalente al 107% del PIB del país en 2021. En 2020 la CBO estima que fuera de $20.3 billones (trillions). En dos años se superará esta cifra.
La cuenta que hizo el partido republicano sobre que los impuestos rebajados se pagaban a sí mismos por la mejora de la economía que se lograba con ellos, una vez más no se ha materializado.
El presidente actual de la Fed y su antecesora, Yellen, creen que es mejor pasarse en las ayudas que no llegar. La historia de la Gran Depresión muestra ese camino y ambos creen que la deuda es lo suficientemente barata (el bono o deuda a 10 años tiene un rendimiento de poco más del 1%, muy bajo coste) como para proceder con el gasto público, no eternizar la crisis y desde un punto de vista político no desperdiciar una crisis y la oportunidad de reconstruir para poder hacerlo mejor. Ese es el plan de Biden.