El Diario

De bajo perfil

- WASHINGTON

El general Lloyd Austin aúna la novedad simbólica de convertirs­e en el primer afroameric­ano en dirigir el Pentágono con una excepciona­l trayectori­a militar que le ha llevado desde el campo de batalla a la lucrativa consultorí­a para empresas de defensa.

Austin, de 67 años y general retirado de cuatro estrellas, es el escogido por el presidente Joe Biden para liderar el todopodero­so Departamen­to de Defensa de EEUU.

“Es un honor y un privilegio servir como el secretario de Defensa número 28 de nuestro país, y estoy especialme­nte orgulloso de ser el primer afroameric­ano en ocupar el cargo. Pongámonos a trabajar”, señaló en un mensaje a través de Twitter. Su carrera militar es ejemplar: graduado en la academia de West Point, estuvo al mando de varias unidades de tropas sobre el terreno tanto en Irak como en Afganistán y, poco a poco, fue ascendiend­o en el escalafón militar.

De soldado a comandante

Austin cuenta con una Estrella de Plata, el tercer galardón al valor en EE.UU., y es conocido por preferir el bajo perfil a los focos de los medios. Desde 2008 estuvo en Irak, donde dos años después se convirtió en el comandante general de las tropas desplegada­s en el país, y supervisó la retirada en 2011 del grueso de las de combate y coordinó más tarde el mantenimie­nto de las encargadas de entrenamie­nto y formación de fuerzas locales.

Posteriorm­ente, en 2012, fue nombrado por el presidente Barack Obama (2009-2017) para dirigir en Comando Central, el más importante de EE.UU. y encargado de las operacione­s militares en Irak, Siria y Afganistán.

En ese cargo es donde tuvo la oportunida­d de trabajar estrechame­nte con Biden, entonces vicepresid­ente de Obama. Como tal, estuvo al frente de la lucha contra el grupo terrorista Estado Islámico (EI), y dirigió las operacione­s para retomar la ciudad de Mosul en Irak y reducir la presencia de los yihadistas en ese país y Siria. En abril de 2016, Austin, nacido en Mobile (Alabama), celebró su ceremonia de retirada en la base conjunta Myer-Henderson Hall en Arlington (Virginia).

No obstante, y pese a su brillante carrera castrense, su trayectori­a civil ha suscitado dudas de cara a su aprobación por parte del Senado. Su salto a la vida civil cumplió con la tradición del Pentágono y pasó por las conocidas “puertas giratorias”, que le llevaron a provechoso­s cargos en varias empresas privadas, algo que despertó las críticas en los sectores más progresist­as del Partido Demócrata. Fue miembro del consejo de administra­ción de Raytheon Technologi­es, la tercera contratist­a de defensa del mundo, y de Nucor, la mayor productora de acero de EE.UU. Aunque es una práctica habitual entre militares retirados y exfunciona­rios gubernamen­tales en EE.UU., esto podría generar potenciale­s conflictos de interés. Pero el mayor problema que ha encarado ha sido el hecho de llevar apenas cuatro años fuera de las Fuerzas Armadas. La ley federal en EE.UU. obliga a que pasen al menos siete años antes de que los militares retirados puedan ocupar cargos de Gobierno. Sin embargo, el Congreso aprobó otorgarle una exención y obtuvo el abrumador respaldo en el Senado con 93 votos a favor y 2 en contra.l

Austin cuenta con una Estrella de Plata, el tercer galardón al valor en EE.UU., y es conocido por preferir el bajo perfil a los focos de los medios.

 ?? /EFE ?? El general Lloy Austin saluda al encargado de la secretaria de la defensa David Norquist ayer a su llegada al Pentágono.
/EFE El general Lloy Austin saluda al encargado de la secretaria de la defensa David Norquist ayer a su llegada al Pentágono.

Newspapers in Spanish

Newspapers from United States