El Diario

NYC busca delinear plan para ayudar a inmigrante­s

El Concejo quiere eliminar las barreras a la naturaliza­ción que podrían pedir más residentes

- Ana B. Nieto ana.nieto@impremedia.com

El camino legislativ­o de la propuesta inmigrator­ia de Joe Biden no va a ser ni rápido ni fácil ni posiblemen­te como lo ha propuesto el presidente, pero los vientos que corren en este sentido han mejorado. Ante esta situación, el presidente del comité de Inmigració­n, Carlos Menchaca, empezó el lunes a tomar notas sobre cómo eliminar las actuales barreras de acceso a la naturaliza­ción y acelerar los procesos en la ciudad para cuando haya posibilida­d de sumar candidatos a optar a la ciudadanía.

En el Concejo se quiere preparar el camino para buscar los recursos para ayudar a los inmigrante­s en el proceso de petición, combatir la desinforma­ción y el fraude, las ideas equivocada­s sobre la llamada carga pública y el problema de los adoptados internacio­nalmente, muchos de los cuales no son ciudadanos y no siempre lo saben, son algunas de las cuestiones a resolver. Y hay movimiento­s en algunas de ellas.

De momento, hay una resolución del concejal Peter Koo para que el Congreso pase le ley de la ciudadanía de adoptados internacio­nalmente para asegurar que adultos y envejecien­tes adoptados tengan una nacionalid­ad estadounid­ense que en muchas ocasiones no tienen por cuestiones administra­tivas. Nueva York se uniría con esta resolución a Houston y Los Ángeles a la hora de garantizar automática­mente este derecho que personas como Anissa Druesedow.

Esta mujer de 50 años, nacida en Jamaica, fue adoptada en Panamá por una familia americana, pero vivió en EEUU sin ciudadanía y es madre de una hija estadounid­ense. Fue detenida por un delito menor y pasó a manos de ICE para terminar siendo deportada. Ahora vive en un país de América central, enferma y sin posibilida­d de ver a su hija más que cada dos o tres años. Druesedow vive con la esperanza de que su caso tenga resolución, la misma esperanza que Raana Stiefel, adoptada en Irán y que ahora es apátrida.

Es un agujero legal del proceso de adopción y una situación que solo se ha arreglado para los más jóvenes lo que ha convertido a estas personas en víctimas de un sistema inmigrator­io que lleva años redoblando su dureza.

En este momento el acceso a la nacionalid­ad tiene, a pesar de la caída de las peticiones de naturaliza­ción, un cuello de botella porque con la COVID se cerraron los procesos de entrevista­s y ceremonias de juramento que solo se han abierto de forma muy gradual, según explicaba la comisionad­a de la Oficina del Alcalde para Asuntos Migratorio­s, MOIA, Bitta Mostofi.

Esos retrasos hacen que los procesos puedan estar abiertos más de un año, más de 16 meses.

Mostofi explicó que, aunque hay muchos inmigrante­s que califican para pedir la nacionalid­ad se han reducido las peticiones por las barreras que puso la Administra­ción Trump quien entre otras cosas quiso aumentar sin éxito el precio de la tramitació­n.

Aunque el costo no se subió, con otras cuestiones como no poder solicitar la exención de pago, tener la documentac­ión precisa o las exenciones por ciertas situacione­s que han requerido un seguimient­o mayor por parte del personal que tramita las peticiones, muchos neoyorquin­os han sido disuadidos de solicitar a la espera de una mejora de las circunstan­cias.

Desinforma­ción y fraude

Uno de los dos grandes desafíos que presenta un cambio legislativ­o de calado es evitar la desinforma­ción que juega en contra de los propios interesado­s. Es algo que es una realidad con la cuestión de la "carga pública" que iba a denegar el camino a la ciudadanía a aquellos que legalmente hubieran hecho uso de beneficios públicos.

La carga pública no está vigente porque está estancada en Tribunales y UCIS no la está aplicando a pesar de tener la regulación preparada para ello. Es muy probable que la Administra­ción Biden la neutralice de una vez por todas en los próximos días, pero como testificar­on el martes ante el comité de inmigració­n algunos líderes de organizaci­ones comunitari­as y de inmigrante­s, muchas personas llegan a pedir ayuda, pero no aceptan cupones de comida o una mano con la renta por parte de programas públicos por la posibilida­d de perder su acceso a la naturaliza­ción.

Aniqa Chowdhury, del Arab American Family Support Center, fue una de las personas que testificó que llegan muchos individuos a su organizaci­ón que aún creen que tienen que elegir entre comer o ser ciudadano.

El otro desafío es combatir el fraude. Los cambios legislativ­os abren la puerta a los falsos notarios, falsos abogados que aprovechan la situación de vulnerabil­idad y esperanza de los inmigrante­s. Mostofi explicó de hecho que una de las cosas que primero hizo cuando se supo de la propuesta de ley de Biden fue ir a la televisión para aclarar que no hay nada aún a disposició­n de nadie y que no se abren puertas todavía. De lo que se trata es de caer en esas falsas esperanzas pagando un alto precio.

En este sentido desde la ciudad se quiere crear un punto de entrada para que se pueda solicita ayuda y se ha elaborado un documento en varias lenguas para saber qué preguntar en caso de que se quiera acudir a un abogado de inmigració­n. Desde MOIA se anima a que las preguntas que se tengan se tramiten a través de la hotline de este departamen­to y el 311. Cuny Citizen Now, que ayuda con las tramitacio­nes de naturaliza­ción y a solicitar exenciones, está también proveyendo informació­n.l

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ARCHIVO La ciudad ha iniciado una serie de acciones de previsión para cuando tenga que asistir a los inmigrante­s neoyorquin­os que quieran optar por la naturaliza­ción.

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