SOBRE LA AUTONOMÍA
La política tiene la capacidad de autonomizarse de la sociedad y lo hace. Eso parece un contrasentido para los que tienen una imagen optimista sobre la política, que creen que debe ser el instrumento de la sociedad para llevarla hacia la felicidad, sin embargo, la política es un retrato de la realidad, porque al ser manejada por seres humanos, con frecuencia por arriba del bien general fuera de los casos de altruismo, responde a sus apetitos, aspiraciones, ambiciones.
La actual discusión mexicana sobre la necesidad de revisar los “organismos autónomos” invita a discutir sobre varios rasgos de la política:
1) En política no hay un principio de inmutabilidad, las circunstancias cambian y con ellas los comportamientos e instituciones.
2) El cambio en política es lento y normalmente se rezaga de los cambios económicos y sociales.
3) El cambio en política es diverso, no tiene reglas precisas, ni plazos perentorios.
4) La profundidad de los cambios es relativo.
5) No todos los cambios son adecuados para todos.
6) La resistencia al cambio es relativa.
7) Las circunstancias que dan lugar a procesos e instituciones cambian, sería una necedad exigir la prevalencia y permanencia de instituciones cuándo las circunstancias han cambiado.
8) Hay coyunturas que facilitan la continuidad, mientras que otras reclaman el ajuste de instituciones y procesos.
9) El espíritu conservador busca mantener el status quo.
10) El cambio puede darse de diferente manera, ya sea radical o estructural, o bien con modificaciones cosméticas, o ser más complicado, por ejemplo, el cambio de Instituto Federal Electoral a Instituto Nacional Electoral (INE) puede verse desde dos perspectivas: es cosmético porque cambia de nombre mientras reproduce los vicios del IFE, pero es estructural porque centraliza el manejo electoral del país destruyendo los elementos federalizantes que requiere la vida democrática en un país como México.
El presidente López Obrador ha llamado a la revisión (desaparición) de los así llamados organismos autónomos. Lo primero que hay que responder es:
11) Son autónomos de qué o de quién. Esta es una pregunta central, porque hasta ahora han sido materia de negociación y reparto entre partidos políticos.
12) Si los organismos fueron creados para responder ante anomalías y/o conflictos, es de suponer que al resolverse aquellos han perdido su razón de ser.
Por ejemplo, se creó el Instituto Federal Electoral (IFE) ante la queja de fraude electoral, sin embargo, 27 años después de la creación del IFE hubo fraude electoral en Chihuahua y se ha denunciado que en el contexto de las reformas estructurales de Peña Nieto el gobierno intercambio gubernaturas por votos legislativos del PAN. La ley electoral determinó el financiamiento público para los partidos políticos para evitar la llegada de dinero sucio en las campañas. El resultado fue que se convirtió la política electoral en negocio.•