El Diario

‘Cada que veo fuego, me dan ganas de llorar’

Pareja latina deja el hospital tras sufrir graves quemaduras por aparente ataque racista

- Ricardo López-Juárez ricardo.lopez-juarez@impremedia.com LOS ÁNGELES

Jorge García y su esposa Patsy Hernández lograron sobrevivir a un despiadado y brutal atentado el verano pasado en Stockton, California, cuando —según indicó la familia— un hombre les prendió fuego en su propia casa. Pero el infierno está lejos de extinguirs­e para esta joven pareja de inmigrante­s mexicanos.

Hace pocas semanas y tras haber estado internados durante cinco meses, ambos fueron dados de alta de un hospital de Sacramento sin estar listos aún para valerse por sí mismos y cuidar de su hija de 6 años de edad, así que decidieron mudarse al área de Los Ángeles, donde fueron recibidos por Laura García, la hermana de Jorge.

“Ellos lo que están pidiendo es que se les haga justicia, porque esto que les pasó fue muy inhumano, sienten su vida como truncada”, indica.

El pasado 15 de agosto cuando Jorge García, un trabajador de la construcci­ón de 31 años de edad, se encontraba frente a su casa arreglando su camioneta. Fue entonces que el sospechoso, un hombre más tarde identifica­do como Larry Galicinao, 35, se le acercó por sorpresa con un enorme contenedor de gasolina en mano.

Según el relato de la víctima, el atacante le roció gasolina y le prendió fuego con un encendedor.

Jorge, ardiendo en llamas, se metió corriendo al baño para tratar de apagarse con una toalla. Mientras eso sucedía, se cree que Galicinao se metió a la casa y mojó con gasolina a Patsy, de 30 años, a quien también le prendió fuego.

Ella salió completame­nte envuelta llamas gritando, hasta que un vecino logró salvarle la vida utilizando una cobija.

Según el relato, Jorge desafió el fuego que ya se había extendido dentro de la pequeña casa y sacó a su hija —que al momento del incidente tenía 5 años de edad— de un cuarto donde se encontraba luego de que recién había sido bañada.

Se produjo una explosión, presuntame­nte por el contenedor de gasolina, y el atacante también sufrió graves lesiones. Para cuando los tres adultos fueron llevados a un hospital local, Patsy tenía quemaduras en el 85% de su cuerpo, Jorge en el 80% y Galicinao en el 65%.

Debido a la gravedad de las heridas, la pareja mexicana —él es originario de Guanajuato y ella de Guerrero— sería trasladada en helicópter­o al hospital de UC Davis de Sacramento.

Presunta cómplice del atacante está libre

De acuerdo con reportes, el ataque a la pareja fue causado por una discusión sobre un espacio de estacionam­iento y otros pleitos sin sentido, pero los García aseguran que en realidad se trata de un atentado de odio, pues siempre se sintieron observados y señalados.

El atacante, acusado de intento de asesinato, se encuentra en la cárcel y a principios de febrero estará en una corte. Pero su novia, está libre a pesar de que los García aseguran que ella fue la que incitó al ataque con sus constantes ofensas racistas hacia la pareja mexicana.

Ellos citan, por ejemplo, que cuando regresaban a casa con comida tras ir a un banco de alimentos que operaba por la pandemia, ella se burlaba y los ofendía. Aunque trataban de ignorarlos, la pareja cuenta que la tensión fue creciendo, incluyendo una vez que Galicinao se metió en el pequeño jardín trasero de los García.

“Ellos querían hacer ver esto como un pleito de vecinos, desviar la atención para que no se siga investigan­do como un acto de crimen racial”, comenta Laura, la hermana del padre de familia.

En una ironía, cuando Jorge y Patsy luchaban por su vida en el hospital, el sospechoso era atendido en una cama contigua. Eventualme­nte fue movido a otra parte tras quejas.

Jorge García: “Es el peor dolor del mundo”

“Es un dolor inexplicab­le”, dice Jorge García sobre las lesiones de las quemaduras, quien al igual que su esposa permanece casi todo el tiempo inmoviliza­do, en silla de ruedas. “Pienso que es el peor dolor del mundo que una persona pueda sentir”.

García, en charla telefónica con La Opinión, dice que salió del hospital antes de tiempo y que su tratamient­o de recuperaci­ón está incompleto. Cuenta que apenas puede caminar un poco, pero cosas básicas como sentarse en el baño le son prácticame­nte imposibles.

“Casi nos sacaron a la fuerza. Todavía no me sentía listo”, dice Jorge, quien con alto grado humano comenta sobre las razones del hospital en tiempos de pandemia.

“Entiendo porque había otras personas más enfermas que nosotros, yo me sentía que al estar ahí le estaba quitando una oportunida­d de vivir a otra persona”.

Pero el dolor no cesa. Él dice que tiene que tomar medicament­o bastante fuerte para poder sobrelleva­r el día a día.

“Tenemos demasiados traumas, vemos fuego y se nos viene a la mente lo que pasó, yo la verdad cada vez que miro fuego me dan ganas de llorar”, revela Jorge.

“No puedo dormir en la noche, tengo demasiadas pesadillas, todo el tiempo me recuerdan a lo mismo. Y lo hace más difícil el no saber qué va a pasar con nuestras vidas”.

Sobre su atacante, comenta: “Definitiva­mente es una persona que no estaba normal de la cabeza, se miraba que estaba drogado todo el tiempo, que alucinaba bastante. Esa persona tenía mucho odio a los inmigrante­s”.

16 operacione­s

Hoy, Jorge García se arrepiente de haberse mudado a Stockton, a donde llegó años atrás cuando una prima le habló acerca de las buenas oportunida­des de trabajo que existían.

Aunque preocupado­s por el futuro de sus vidas, Jorge y Patsy no pueden mirar muy adelante porque aún luchan para cumplir cada día y el proceso será lento y largo.

Algo que les apremia es la continuaci­ón de sus tratamient­os porque dicen que el apoyo de Medi-Cal se agotará dentro de algunos meses.

Él ya fue operado nueve veces, pero le quedó pendiente una cirugía, mientras que su esposa, fue intervenid­a en siete ocasiones, pero debe pasar por cuatro más.

La familia agradece las donaciones que la gente pueda hacerles mediante una pagina de GoFundMe. Indican que el apoyo del consulado de México, activistas y organizaci­ones no es suficiente.•

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FOTOS: CORTESÍA LAURA GARCÍA. La pareja, que ahora se encuentra en Los Ángeles al cuidado de su familia, permaneció por varios meses en un hospital de Sacramento. /
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SUMINISTRA­DA Así quedó la vivienda tras el incendio./FOTO:

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