Violencia doméstica durante la pandemia
Durante los 10 primeros meses de la pandemia hubo un incremento del 33% en las llamadas relacionadas a violencia doméstica. Para ayuda, la línea de ayuda del estado es el 1 (800) 942-6906. O puede enviar un texto al 844-997-2121.
mente si se infectan con el coronavirus. Muchos de sus pacientes son mayores.
“Yo estimaría que entre el 10% y el 20% están en riesgo de perderse las vacunas porque están confinados en casa, viven solos, no tienen transporte o carecen de conexiones sociales confiables”, dijo.
Cada semana, recibe una llamada de un paciente afroamericano de 90 años que vive solo con enfermedad pulmonar obstructiva crónica, insuficiencia cardíaca, cáncer y artritis grave.
“Ella es mayor, pero es resistente y me mantiene informado sobre lo que está pasando”, dijo Iyer.
Según el conocimiento del médico, esta paciente no tiene hijos, otros familiares o amigos que la ayuden; solo tiene una persona que viene de vez en cuando. “¿Cómo diablos se supone que debe recibir la vacuna?”, él se preguntó.
La barrera del idioma
Kei Hoshino Quigley, de 42 años de edad, de la ciudad de Nueva York, sabe que sus padres, inmigrantes japoneses estadounidenses que han vivido con ella desde marzo pasado, no podrían haberlo logrado sin su ayuda.
Aunque el padre de Quigley, de 70 años y la madre de 80, hablan inglés, tienen un fuerte acento y “puede ser muy difícil para la gente entenderlos”, dijo.
Además, el padre de Quigley no sabe cómo usar las computadoras y la vista de su madre no es buena.
“Para las personas mayores que no hablan inglés como lengua materna y que se sienten intimidados por la computadora, los sistemas que se han configurado son simplemente una locura”, dijo Quigley.
Sabiendo que no podían navegar por los sistemas de registro de vacunas por sí mismos, Quigley pasó horas en línea tratando de asegurar citas para sus padres.
Después de encontrar una serie de problemas: mensajes de error, información que ingresó en los sitios de registro de vacunas y se borró de repente, calendarios con citas que desaparecen en segundo, avisos incorrectos que sus padres no calificaron, Quigley organizó que su madre se vacune a mediados de enero y que su padre lo haga, unas semanas después.
Los problemas de idioma son un obstáculo importante para los hispanos mayores, a quienes “no se les ofrece información sobre vacunas de una manera que entienden o en español”, dijo Yanira Cruz, presidenta y directora ejecutiva del National Hispanic Council on Aging.
“Me preocupa mucho que los adultos mayores que no dominan el inglés, que no tienen un familiar que los ayude a navegar en línea y que no tienen acceso a transporte privado se queden fuera”, agrego Cruz.
Ninguno de los adultos mayores que viven en dos complejos de viviendas para personas de bajos ingresos administrados por su organización en Washington, DC y Kansas, ha recibido vacunas, apuntó Cruz.
“Deberíamos llevar las vacunas al lugar donde viven las personas mayores, no pedirles que tomen un autobús, que se expongan a otras personas para intentar llegar a una clínica”, dijo.
Nada puede sustituir a un amigo o familiar decidido a asegurarse de que un ser querido mayor esté protegido contrael COVID-19. Joanna Stolove ha desempeñado ese papel para su padre, de 82 años, que es ciego y tiene insuficiencia cardíaca congestiva, y su madre, de 74, que tiene demencia.
La pareja vive en Nueva York, y recibe 40 horas de atención en el hogar cada semana.
Stolove, una trabajadora social geriátrica, se tomó un tiempo durante el trabajo para tratar de conseguir una cita para su padre, pero muchas personas no pueden darse ese lujo. Ella trabaja en una comunidad de jubilados en Morningside Heights, un vecindario diverso en el Upper West Side de Manhattan.
Con gran esfuerzo, Stolove consiguió una cita para su padre en un mega centro de vacunas el 26 de enero; su hermana consiguió una cita para su madre en el mismo lugar para finales de febrero.
En el trabajo, donde muchos de sus clientes viven solos y no tienen familiares o amigos en los que puedan confiar para recibir ayuda, les aconseja sobre las vacunas y trata de conseguir citas en su nombre.
“Tengo tantas ventajas para poder ayudar a mis padres”, dijo Stolove. “Sin la ayuda de alguien como yo, ¿cómo pueden las personas salir adelante con esto?”.l