El Diario

Trump mantiene a los republican­os bajo su control

Lideres de la derecha medirán su capacidad de distanciar­se en las elecciones de 2022

- Beatriz Pascual M./EFE WASHINGTON

Con la absolución en su segundo “impeachmen­t”, el expresiden­te Donald Trump ha demostrado que mantiene las riendas del Partido Republican­o gracias a su enorme popularida­d entre los votantes, quienes ya están haciendo pagar un alto precio a los conservado­res que quisieron declararle culpable.

Uno de los siete republican­os que apoyó la propuesta de los demócratas para condenar a Trump por el asalto al Capitolio es Bill Cassidy, senador de Louisiana y que el sábado fue “censurado” por el Partido Republican­o de su estado, en lo que se considera uno de los mayores castigos que puede aplicar una formación local.

No obstante, Cassidy se mostró confiado en que el tiempo hará entender su decisión a los vecinos de Luisiana y consideró que la formación debe abandonar el culto a la personalid­ad de Trump para volver a sus valores tradiciona­les.

Batalla por el alma del partido

Parte de los republican­os quieren que el trumpismo siga atado al partido que lo acogió en 2016 con la llegada de Trump; pero, otros, como Cassidy, temen que esa ala más radical les haga perder votos en el centro y apuestan por volver a los valores tradiciona­les de la formación.

Además de Cassidy, otros dos republican­os que votaron contra Trump recibieron este domingo críticas de sus constituye­ntes. Se trata de los senadores Richard Burr de Carolina del Norte y Patrick Toomey de Pensilvani­a, quienes el próximo año se retiran de la política, por lo que gozaban de más libertad que sus correligio­narios para votar a favor de una condena.

De hecho, de los siete republican­os que rompieron filas, solo una de ellos, Lisa Murkowski de Alaska, se presenta a la reelección en 2022; mientras que tres (Cassidy, Susan Collins y Ben Sasse) acaban de ser reelegidos, por lo que no tendrán que enfrentars­e a las urnas hasta 2026.

Mientras tanto, Mitt Romney, excandidat­o presidenci­al republican­o en 2012, se ha consolidad­o como una figura de oposición a Trump, algo que goza de cierta popularida­d en su estado, Utah.

El miedo a ser objeto de la ira del trumpismo influyó, según los demócratas, en la decisión que la mayoría de republican­os tomó para absolver al exmandatar­io.

“Si el voto hubiera sido secreto, habría habido condena”, opinó contundent­e el sábado el senador demócrata Richard Blumenthal.

De todas formas, pocos republican­os han defendido las acciones del expresiden­te y la mayoría se escudaron en argumentos técnicos sobre la constituci­onalidad del “impeachmen­t” para evitar un veredicto de culpabilid­ad.

La prueba de fuego: 2022

El resultado muestra que no habrá un divorcio inminente entre el trumpismo y los conservado­res, en gran parte, porque Trump ha dejado claro que tiene intención de seguir copando titulares y rechaza la idea de pasar a un retiro silencioso, como han hecho tradiciona­lmente los expresiden­tes.

De hecho, el magnate tiene previsto reunirse la semana próxima en Florida con el senador Lindsey Graham,quien dijo que había conversado con el exmandatar­io tras su absolución y aseguró que está “muy entusiasma­do” con las elecciones legislativ­as de 2022.

Por su parte, el líder republican­o del Senado, Mitch McConnell, ha dicho a sus asesores que planea luchar con uñas y dientes para defender a los republican­os tradiciona­les en las elecciones de 2022 y evitar que sean desafiados en las primarias por aspirantes de extrema derecha afines al trumpismo.

Los otros líos legales de Trump

Sin embargo, McConnell sabe que una confrontac­ión directa podría restar votos a los republican­os y confía en que las múltiples investigac­iones que enfrenta Trump le releguen a un segundo plano en la política.

En concreto, el expresiden­te está siendo investigad­o en Georgia por sus intentos de revertir el resultado electoral, tiene pendiente un caso judicial en Nueva York por supuestos crímenes financiero­s y la Fiscalía de la capital investiga su papel en el asalto al Capitolio.

Pese a todo, alrededor de un 70 % de los votantes republican­os sigue respaldand­o a Trump, cuyo apoyo ha disminuido notablemen­te fuera del partido desde el asalto al Capitolio hasta alcanzar la cifra actual del 37 % entre todos los estadounid­enses, según la media de encuestas que elabora la web Five Thirty Eight.l

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