Lorena Kourousias:
Ana, al igual que otros latinos en la comunidad de Sunset Park en Brooklyn dieron la bienvenida el fin de semana, con mariachis, bailes y tamales, al refrigerador comunitario que abrió en su vecindario, que durante la pandemia de Covid-19 han adquirido notoriedad y sirve comida a los más necesitados durante 24 horas.
“Es una buena idea. Tenemos familias que darles de comer y los trabajos son solo dos o tres días. No tengo trabajo estable desde el año pasado”, dijo Ana, que vio reducidos sus ingresos como niñera por lo que ha acudido en ocasiones por comida a la organización Mixteca, que puso en marcha el refrigerador.
“Soy agricultora, vengo de una familia de agricultores”, dijo con orgullo la mujer que trabaja también como niñera para complementar sus ingresos, porque la finca que trabaja junto a su esposo, al norte de Nueva York, es pequeña.
El refrigerador, colocado en la acera, a la entrada de la sede de Mixteca, una organización
«La meta es que nadie se vaya a la cama sin comer, con hambre. Es una colaboración también con restaurantes locales que también van a donar comida».
dirigida por mujeres, está adornado con simbólicos dibujos y a un costado, palabras en Mixteco, Nahuatl, Mije y Maya, lenguas nativas de muchos de los inmigrantes a los que dan servicios, en su mayoría mexicanos.
Entre los dibujos hay mazorcas