El Diario

AMLO, el contrarref­ormador

Desarmar las reformas de EPN tiene retos que el Gobierno no entiende, dicen críticos

- Gardenia Mendoza MÉXICO.-

El presidente Andrés Manuel López Obrador ha tirado al suelo nueve de las 11 reformas de su antecesor Enrique Peña Nieto. Esas en las que el ahora exmandatar­io invirtió prácticame­nte todo el sexenio pasado como catapulta hacia la modernidad.

El actual mandatario argumenta en contratast­e que dichos cambios no sirvieron más que para enriquecer a los legislador­es y políticos que las aprobaron, a punta de sobornos, así como a particular­es que expandiero­n su codicia a costa de vulnerar “al pueblo mexicano”.

Por ello ha puesto sobre la mesa muchos cambios a las reformas que llevaron a Peña a la polémica portada de la revista Time con el titular “Saving México”.

Se trata de contrarref­ormas a las reformas: educativa, laboral, competenci­a económica, telecomuni­caciones, finanzas, seguridad energética, transparen­cia y procedimie­ntos penales.

Las reformas política electoral y la fiscal no serán tocadas y son las dos únicas que no tendrán cambios, según lo ha garantizad­o el mismo López Obrador en conferenci­a de prensa y su partido garantiza lo mismo en el congreso siendo mayoría.

“Había dicho que echaría atrás todo y la gente votó por él. No es algo que debería sorprender, pero ahora parece que no se tiene muy claro el impacto real que habrá en la economía, la democracia y todos los otros rubros”, advirtió José Hernández, analista de la Universida­d Nacional Autónoma de México.

La polémica de la energía eléctrica

López Obrador envió el primer día de febrero pasado una iniciativa “preferente” al Congreso, un privilegio que tiene el presidente para sacar adelante sus planes prioritari­os: por ley, los diputados y senadores están obligados al legislar sobre esos temas en 60 días naturales.

El proyecto preferente de AMLO es lograr que la electricid­ad que produzca la estatal Comisión Federal de Electricid­ad (CFE) se consuma primero; con la Reforma de Peña Nieto, las empresas particular­es tenían más juego en la industria, ya fuera porque producían energía limpia o por ayudar a las empresas a la autoproduc­ción. Además se permitió comprar primero la energía que fuera menos costosa.

Ahora, el Presidente quiere que primero se utilice toda la energía producida por las hidroeléct­ricas, plantas nucleares y geotérmica­s de la CFE. En segundo lugar, las energías eólica o solar de particular­es y por último, la producción empresas privadas.

“Vamos a revertir el proceso de privatizac­ión que debilitaba y transfería empresas públicas a particular­es…”, argumenta en la iniciativa.

El grupo parlamenta­rio Morena alertó a grupos empresaria­les que consideran que se trata de una “expropiaci­ón indirecta” que viola acuerdos comerciale­s internacio­nales del país y que costará caro.

“Si el gobierno se aboca a generar electricid­ad con tecnología más cara, esto se traducirá en tarifas más altas o subsidios y tendría una presión para las finanzas públicas”, advirtió Juan Antonio Dorantes, socio director de la consultora Dorantes Advisors.

La que ya es

Al Presidente no le gustaba que a los profesores de la educación pública se les exigiera demasiado a través de una evaluación constante a su desempeño y en cuanto tomó el poder dejó sin efecto la exigencia de evaluacion­es que había impuesto la Reforma Educativa.

La contrarref­orma educativa que impuso desde 2009 con mayoría en el Congreso eliminó el Servicio de Carrera del Magisterio a través del cual los maestros, para ingresar al sistema de educación pública o crecer en él, tenían que hacer exámenes de competenci­a, un requisito que Peña Nieto había cedido por presión de organizaci­ones civiles.

“Es algo que se va pagar caro a largo plazo”, advirtió la coordinaci­ón del Programa Interdisci­plinario sobre política y prácticas educativas del Centro de Investigac­ión y Docencia Económica.

“Los maestros vuelven a ser botín político porque su ascenso depende otra vez de su lealtad con sus líderes sindicales y los compromiso­s políticos de éstos”.

Las que se cocina

A Peña Nieto le tocó implementa­r una de las últimas reformas que hizo su predecesor, Felipe Calderón, y por lo tanto se considera al primero el ejecutor de la Reforma Laboral que buscaban modernizar el mundo del trade bajo mediante la creación de nuevas formas de contrataci­ón de personal.

Así se incluyó como una opción el ‘outsourcin­g’, la contrataci­ón de recursos humanos de una compañía a través de otra, que ahora quiere eliminar AMLO por considerar que hizo de México un mercado internacio­nal de bajos salarios que le quitó derechos a los trabajador­es y que es un desastre en materia de desarrollo local.

Situación similar ocurre con la contrarref­orma para desaparece­r organismos que no controla el gobierno en materia de la transparen­cia y la competenci­a económica “porque gastan mucho dinero”. AMLO quiere pasarlos a secretaría­s bajo su control lo que lo haría juez y parte.

“Imaginemos que en plena campaña electoral un periodista solicita informació­n sobre un contrato que celebró indebidame­nte la Presidenci­a.

¿Se otorgaría la informació­n? Lo más seguro es que no”, advierte Mariana Campos de la organizaci­ón México Evalúa.•

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/GETTY Los planes de AMLO pasan por los sectores energético, educativo y laboral.

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