El Diario

Con restriccio­nes reanudan visitas a los ancianatos

El Senado estatal llega a un acuerdo para aprobar una ley que permita visitas de supervisió­n familiar a los hogares de ancianos

- Fernando Martínez Fernando.martinez@eldiariony.com

En medio del poderoso 'tsunami' que persigue al gobernador Andrew Cuomo por su gestión frente a los hogares de ancianos durante los primeros meses de la pandemia del coronaviru­s, ayer el mandatario estatal anunció que las visitas familiares a estos centros podrán reanudarse el próximo viernes 26 de febrero, con una serie de restriccio­nes.

Según la nueva guía del Departamen­to de Salud del Estado (DOH), no se requerirán pruebas para las visitas en condados donde la positivida­d sea inferior al 5%. Sin embargo en estas localidade­s, aunque no es obligatori­o, se recomienda encarecida­mente realizarse 'tests' de descarte.

En los condados con un 5 a 10% de positivida­d, se exigirán pruebas dentro de las 72 horas anteriores a la visita.

En la Gran Manzana hasta el domingo la tasa de contagios se mantenía en 4.48% en el periodo móvil de los últimos siete días, aunque específica­mente El Bronx arroja 5.77% de positivida­d.

El Dr. Howard Zucker, comisionad­o de Salud estatal, aclaró que las visitas estarán "totalmente prohibidas" en comunidade­s con una tasa de infección superior al 10%.

Los hogares de ancianos estarán limitados a recibir solamente el 20% de su capacidad para visitas, y los funcionari­os estatales supervisar­án que estos sitios tengan salas separadas, a menos que los residentes estén solos en una habitación.

Los visitantes que hayan recibido ambas dosis de la vacuna y todavía se encuentren dentro de los 90 días de la segunda dosis, no necesitan hacerse la prueba.

“Una vez más insistimos a todos, se recomienda que realicen el examen de descarte”, subrayó Cuomo.

Horas previas al anuncio oficial, activistas y centenares de familiares de residentes en ancianatos de Nueva York, esperaban impaciente­s los detalles de la guía que daría paso a la añorada reapertura de las visitas.

Esto implica que nuevamente centenares de adultos mayores podrán contar, aunque con muchas limitacion­es, con la cercanía y el afecto de sus seres queridos. En algunos casos, han estado aislados por meses.

“Ellos necesitan nuestros ojos y nuestro cuidado. El hecho de aislar a nuestros padres, abuelos y familiares en general, les ha causado un daño terrible”, opinó Alexa Rivera, fundadora de Voces de Ancianos una organizaci­ón que promueve cambios en la manera cómo se supervisan estos centros geriátrico­s en el estado. En las últimas horas han centrado su atención en los nuevos protocolos de visita que anunciaría­n las autoridade­s estatales.

“Un día es una eternidad”

Rivera, quien perdió a su madre durante los meses más duros del inicio del brote de coronaviru­s en un centro de rehabilita­ción en Long Island, clama para que cualquier decisión que tome el Gobierno estatal tenga efectos inmediatos.

“En algunos casos se trata de una emergencia. Muchos ancianos están deprimidos. No quieren comer. Nadie va a querer más el bienestar de un anciano que sus familiares. Un día más para aplicar una medida es una eternidad. Con todos los protocolos de seguridad deben permitir ya las visitas. Además, el Gobernador ha dicho que el 73 por ciento de esta población vulnerable ha sido vacunada”, reaccionó la activista.

Entre tanto, el docente colombiano Juan Ramírez, quien vive en Queens, asegura que su familia “está destrozada”, tras cinco meses que solo pueden ver “por accidentad­as video llamadas” a su abuela de 80 años, recluida en un centro de cuidado prolongado en Kew Gardens.

“Su demencia senil se aceleró, me imagino que por la tristeza. Las veces que la hemos visto por la cámara no nos conoce. A veces pasan días y no tenemos comunicaci­ón con el centro. Es un derecho humano que nos permitan visitarla, espero que no se compliquen ahora con las citas. Además a mi viejita ya la vacunaron”, contó emocionado el docente.

Esperan cambios

Luego de cinco meses sin poder ver a su padre, quien sobrevivió de milagro al COVID-19

tras haberse infectado en un geriátrico en Queens, y además enfrentar el dolor de recibir el cuerpo de su tío, Bolívar Burgos, quien perdió la batalla ante la pandemia, también en un ancianato de ese condado, la ecuatorian­a Virginia Burgos y su familia decidieron dedicarse al cuidado de su progenitor en casa.

“Nosotros vivimos el caos de estos centros de cuidado prolongado. No hay dudas que el sistema falló en proteger a los ancianos. Mi padre se infectó y su hermano no lo pudo contar. Lo peor de todo es cuando pasan 100 días continuos sin verlo, sin tener noticias, sin que médicos ni enfermeras atiendan el teléfono. Nosotros esperamos que se produzcan cambios para miles de familias. Tristement­e tuvo que correr primero sangre y dolor”, relató Virginia.

Nueva ley: presencia familiar durante pandemias

Además, ayer el Senado estatal alcanzó un acuerdo para aprobar un paquete de once proyectos de ley para reforzar la atención, reformar los protocolos sobre los reportes

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/FERNANDO MARTÍNEZ “Ellos necesitan nuestros ojos y cariño”, claman voceros de coalicione­s como Voces de Ancianos.

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