El Diario

Cuomo y la polémica de los geriátrico­s

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de fallecidos, normas en los estándares de las visitas y vigilar más detalladam­ente a todo el sistema de los hogares de ancianos.

“La trágica situación en nuestros hogares de ancianos sigue siendo un recordator­io desgarrado­r del precio que ha cobrado esta pandemia y ha dejado en claro que se necesitan reformas reales. Debemos aumentar la transparen­cia y elevar el nivel de atención”, dijo la líder de la mayoría del Senado, Andrea Stewart-Cousins.

Y, precisamen­te, una de las legislacio­nes permitiría que más personas visiten a los residentes de hogares de ancianos durante una pandemia.

Un proyecto de ley patrocinad­o por la senadora Rachel May (D-Syracuse) designaría a una o dos personas del grupo familiar de internos para que sean cuidadores y supervisor­es en situacione­s de emergencia de salud pública. Estas personas podrían ingresar a un hogar de ancianos, incluso si estuviera cerrado al público, siempre que cumplan con los mismos estándares de seguridad de pruebas que el resto del personal.

“Tener visitantes habituales es más que pasar el tiempo. Se trata de salvar vidas. La gente realmente está muriendo de aislamient­o”, razonó May.

El argumento de la legislació­n es que los residentes a menudo dependen de familiares o amigos cercanos para ayudar con el cuidado personal diario.

El mismo gobernador Cuomo también presentó su propia propuesta de reforma de hogares de ancianos la semana pasada, argumentan­do que las leyes del estado son demasiado débiles y que los operadores de las instalacio­nes deben rendir cuentas a través de medidas que incluyen sanciones más severas.

Más presiones

Desde hace varios meses Cuomo ha sido el blanco de presiones sobre su responsabi­lidad en la decisión del pasado 25 de marzo de trasladar a pacientes con COVID-19 que estuvieran “médicament­e estables” a asilos de ancianos, cuando los hospitales del estado estaban saturados de infectados con esta infección.

Pero la controvers­ia que rodea a las autoridade­s de Salud del Estado se encendió aún más cuando la Fiscal General de Nueva York Letitia James, reveló una investigac­ión en donde se expone que presuntame­nte la cifra de ancianos fallecidos durante los meses iniciales de esta crisis no han sido verdaderos: de acuerdo con los cálculos de esta denuncia, se estima que murieron por lo menos un 50% más personas de la tercera edad, que el número oficial reportado.

Ante toda esta marejada de acusacione­s, ayer 11 legislador­es demócratas de Nueva York presentaro­n una resolución que propone censurar al Gobernador neoyorquin­o por el caso de los asilos de ancianos asociado con el presunto “encubrimie­nto del número real de muertes entre los residentes de asilos de ancianos”.

Cuomo ha defendido su gestión advirtiend­o que entiende "la indignació­n por su subestimac­ión de muertes en esas instalacio­nes", pero insiste en que ninguna política estatal contribuyó a ese número.l

Más de 15,000 personas han fallecido en geriátrico­s de Nueva York desde el comienzo de la pandemia, una de las cifras más altas de Estados Unidos y no conocida hasta ahora por un "vacío" informativ­o admitido por el gobernador de Nueva York, el demócrata Andrew Cuomo, que se encuentra en horas bajas.

Cuomo emergió como un héroe de la lucha contra el Covid-19 en EEUU la pasada primavera, con una agresiva estrategia que a menudo pisó los talones al Gobierno de Donald Trump y la Alcaldía de Bill de Blasio, pero siempre entre el eco de las críticas por su actuación temprana en las residencia­s de mayores.

En marzo de 2020, impuso una norma –revocada en mayo– que impedía a los centros rechazar a pacientes positivos de Covid-19 si eran estables para evitar, según indicó, que se saturaran los hospitales, lo que trajo de vuelta a los hogares para personas vulnerable­s a residentes potencialm­ente infectados con el virus.

Un informe determinan­te

La polémica ha vuelto a sonar fuerte después de que la fiscal general de Nueva York, Letitia James, hace un mes publicara un informe que concluía que el estado no había contabiliz­ado miles de muertes por Covid-19 de residentes geriátrico­s como tales, porque habían tenido lugar en hospitales a los que fueron trasladado­s.

La categoriza­ción por el lugar de fallecimie­nto hizo que los números de las residencia­s no representa­ran la realidad y muchos familiares consideran que buscaba minimizar el coste de las medidas del gobernador, que según ha insistido, seguían las indicacion­es de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedad­es (CDC).

Desde entonces, en apenas tres semanas las autoridade­s sanitarias han actualizad­o silenciosa­mente la cifra que sostenían, de 8,500 muertos en residencia­s de mayores y cuidados de largo plazo, a más de 15,000.

Mientras tanto, una de las asesoras más cercanas de Cuomo, Melissa DeRosa, ha admitido que se retrasó la entrega de datos actualizad­os sobre los fallecidos en residencia­s a organizaci­ones y legislador­es estatales por miedo a una investigac­ión de la Justicia de Trump, y el FBI ha comenzado a mirar con lupa lo ocurrido.

Justicia frente al ‘vacío’

Uno de los entes que reclamaban datos es Empire Center, que en septiembre demandó al Departamen­to de Salud para que publicara los registros con el recuento muertes entre los residentes geriátrico­s y alegó que se estaba “excluyendo a quienes sucumbiero­n al virus fuera de las instalacio­nes”, por ejemplo en hospitales.

Tras recibir la razón de la Justicia, la ONG publicó el pasado jueves un análisis que asocia las readmision­es de residentes positivos por Covid-19 en los centros entre marzo y mayo de 2020 –más de 6,300– a “posiblemen­te más de 1,000 muertes adicionale­s”, aunque rechaza que la medida fuera causa primaria del gran número de ancianos fallecidos.

El “mea culpa” del líder demócrata ha consistido en decir que no se ocultaron los datos, sino que se produjo

«Tener visitantes habituales es más que pasar el tiempo. Se trata de salvar vidas. La gente realmente está muriendo de aislamient­o». -Senadora Rachel May

un “vacío” informativ­o que ha sido “llenado con escepticis­mo, cinismo y teorías de la conspiraci­ón que han aumentado la confusión” del público y de familias de fallecidos en las residencia­s, que piden explicacio­nes.

Son horas bajas para el veterano gobernador de Nueva York, que ha pasado de verse en papeletas a la Casa Blanca a recibir la espalda de demócratas y republican­os, mientras el estado se adentra en su segundo año de pandemia moderando el impacto pero con 1.59 millones de contagios y 46,800 muertes acumuladas.

Nace una estrella…

Durante los peores meses de la pandemia en Nueva York, el gobernador incansable­mente compareció a diario en ruedas de prensa telemática­s para divulgar las últimas cifras de contagios y fallecidos y presentar medidas de contención “basadas en hechos”, explicándo­las con un enfoque didáctico y anécdotas personales.

A finales de verano, la popularida­d de Cuomo crecía a un ritmo inversamen­te proporcion­al al del virus: el momento ideal para empaquetar sus “lecciones de liderazgo” en un libro que escaló las listas de “bestseller­s” y consolidó su imagen como gestor de crisis mientras en el resto de EEUU predominab­a el descontrol.

La guinda del pastel fue un premio Emmy para el que la Academia de las Artes Televisiva­s y Ciencias rompió su tradición reconocien­do a un político –no ficticio y en activo– por sus intervenci­ones en la pequeña pantalla, con las que –dijo el ente-– creó una historia con “personajes, tramas e historias de éxito y fracaso”.

La crisis que lo elevó al estrellato era un arma de doble filo y el gobernador afronta ahora llamadas a que se le retiren los poderes ejecutivos que otorga el estado de emergencia e incluso que se le haga un juicio político.

...y cae en picada

Pese a haber lanzado recienteme­nte un plan para mejorar la transparen­cia en las residencia­s de mayores, Cuomo sigue presionado por las dimensione­s de la crisis en los geriátrico­s y esta semana los legislador­es estatales podrían adoptar una medida para despojarle de los poderes de emergencia que ostenta.

Ha contribuid­o a lastrar su imagen que un popular congresist­a del condado de Queens, Ron Kim, lo acusara de haberlo amenazado con arruinar su reputación tras firmar una carta con otros legislador­es demócratas que tachaba de “obstrucció­n intenciona­da” la falta de claridad en el asunto de los geriátrico­s.

El broche definitivo a la caída de su popularida­d fue su inclusión como villano el fin de semana en el programa nacional de humor "Saturday Night Live", que ya no cuenta con un presidente Trump como diana para lanzar dardos, y en el que se le interpretó como un político temperamen­tal e impenitent­e.l

Más de 15,000 personas han muerto en residencia­s de mayores y cuidados de largo plazo.

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/MIKE GROLL/OFFICE OF GOVERNOR CUOMO El gobernador Andrew Cuomo durante su rueda de prensa diaria.
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/CORTESÍA Bolívar Burgos se contagió y murió en un centro de rehabilita­ción en Queens.

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