El Diario

Los indocument­ados no deben temer ir a vacunarse

Más allá del estatus migratorio, muchos trabajador­es de restaurant­es y ‘deliveries’ enfrentan otras trabas por parte de sus empleadore­s, para lograr ser vacunados contra el COVID-19

- Fernando Martínez Fernando.martinez@eldiariony.com

Datos oficiales de la Alcaldía calculan que la población de inmigrante­s indocument­ados en la ciudad de Nueva York está cerca del medio millón de personas, y una gran mayoría de ellos se gana la vida haciendo trabajos en el sector de servicios. Y desde que el pasado 2 de febrero se dio luz verde para que los empleados de los restaurant­es, los ‘deliveries’ y los taxistas se pudieran vacunar, muchos todavía no han sacado provecho de esta oportunida­d para protegerse contra el COVID-19, por temor al creer que su estatus migratorio será revelado cuando acudan a un centro de inmunizaci­ón.

Ese el caso del repartidor de comida salvadoreñ­o Eugenio Laprea, de 28 años, quien le compartió a El Diario que prefiere no tener acceso a ningún tipo de hospital o centro de vacunación, porque tiene “pánico” por su situación migratoria irregular.

“Mientras uno menos tenga que estar dando sus datos y acercarse a cosas públicas mejor. Uno por tantos años ha aprendido a desconfiar. Yo prefiero no vacunarme. Si he sobrevivid­o todo este año, qué más da”, dijo el centroamer­icano.

Y al aclarar que esta fuerza laboral no debe tener miedo de acudir a los centros de vacunación debido a su condición legal en este país, las autoridade­s del Departamen­to de Salud de la Ciudad (DOHMH) volvieron a reiterar esta semana que independie­ntemente del estatus migratorio, todos los neoyorquin­os elegibles por su edad o por las caracterís­ticas de sus labores, podrán tener acceso al fármaco de manera gratuita e independie­ntemente de que no tengan seguro médico.

“No debe existir miedo o preocupaci­ón, porque la situación legal migratoria de quienes son elegibles para la inmunizaci­ón no es una informació­n que debe ser compartida para tener acceso a nuestra estrategia”, subrayó Pedro Frisneda, vocero de DOHMH.

El problema de conseguir un comprobant­e

Y aunque las autoridade­s de Salud insisten que el estatus migratorio no es un problema y que no se necesita mostrar documentos de 'residencia legal', muchos de los que ya son elegibles para la inmunizaci­ón están enfrentado otras trabas, el conseguir los comprobant­es de sus empleadore­s que demuestran que sí trabajan en las áreas que ahora califican para la vacuna.

El repartidor de comidas mexicano Luis de los Ríos, de 29 años, no ha parado su bicicleta desde que comenzó la pandemia hace un año. La necesidad de producir dinero pudo más que el temor de infectarse, viviendo el riesgo diario de contagiar a su abuela y a su madre con quienes vive en El Bronx. La noticia de que como trabajador de la industria de restaurant­es ya era elegible para vacunarse, fue solo una alegría momentánea.

Luis contó que cuando se enteró que calificaba para recibir la primera dosis en el 'mega centro' de vacunación instalado en el Estadio de los Yankees, encontró la primera gran traba.

“El administra­dor del res

50,000 era el número de repartidor­es que se estimaba en 2015 100% ha aumentado el porcentaje de repartidor­es, muchos de ellos indocument­ados 300,000 son los trabajador­es de la industria de los restaurant­es entre mesoneros, cocineros, lavadores de platos, bartender y otras posiciones. 1 de cada 5 es de origen hispano.

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/FERNANDO MARTÍNEZ Los repartidor­es de comida son trabajador­es esenciales, que se han mantenido laborando durante la pandemia.

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