Vadhir Derbez debuta en el terror
"Los hispanos lo tenemos todo para hacer proyectos de calidad", dice
El mexicano Vadhir Derbez se estrena en el cine anglosajón con "The Seventh Day", una película de terror en la que el actor abandona la comedia para dar vida a un joven cura que aprende a realizar exorcismos.
"Es un papel muy distinto del que están acostumbrados a verme, llevo tres años haciendo castings en Los Ángeles y es la primera vez que estoy en un proyecto completamente en inglés", aseguró el intérprete.
Su nuevo trabajo en Hollywood, un mercado en el que debutó junto a su padre, Eugenio Derbez, con "How to be a Latin Lover" (2017), se acaba de estrenar por "streaming" en Estados Unidos.
Rodada hace un año en Dallas, Nueva Orleans y Los Ángeles, “The Seventh Day" narra la vida de un reconocido exorcista (Guy Pearce) que solicita la ayuda del “Padre Daniel” (Vadhir Derbez), un novicio con escasa experiencia.
"Vemos EE.UU. con ojos de que son los mejores y tienen todas las soluciones, pero los hispanos también lo tenemos todo para hacer proyectos de calidad", aseguró tras su experiencia en la meca del cine.
A pesar de la fama de su padre, considerada una de las figuras hispanas más reconocidas en Estados Unidos, Vadhir deja claro en sus entrevistas que su apellido no le ha abierto más puertas.
"Yo solo quiero seguir creciendo -afirmó-. Los castings siguen siendo horribles, es otro mundo, una experiencia muy diferente".
Aun así, el joven de 30 años es consciente del camino iniciado por su progenitor y otros cineastas para que en los últimos años haya "despuntado" el talento latino, pues cada vez se ofrecen más papeles a intérpretes de México y Latinoamérica, como es el caso de la nueva película.
Para el actor, el reto del proyecto era doble: Por un lado debutaba en una cinta íntegramente en inglés, idioma en el que tuvo que aprender a "proyectar emociones", pero además era su primera película de terror, un género completamente diferente a la comedia.
"Me preparé mucho el personaje,mientrenadormeanimóa pasar tiempo en iglesias y catedrales sin libros ni celular. Solo para sentir el lugar, imaginar cómo es esa vida de silencio y servicio y cómo te comportas en un lugar así", explicó.
La experiencia también ayudó al mexicano a recordar los domingos en los que iba a misa con su madre. "Aunque en algún momento de mi infancia (su madre) cambió de parecer porque dejamos de ir", bromeó.