El Diario

Sólo para adultos

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El cannabis como droga depresora del sistema nervioso suena mal, especialme­nte para los más jóvenes, pero en estos días aparece como parte de la salvación de la economía neoyorquin­a, que entra a competir por los clientes con su vecino, el estado de Nueva Jersey.

O al menos ese es el argumento que llevó a los legislador­es en la asamblea estatal de Albany a aprobar la ley que legaliza la venta de la marihuana recreativa que sancionó el gobernador Andrew Cuomo.

Pero por bueno que sea el negocio, Nueva York debe planear primero una campaña preventiva de las drogas entre los niños y en las escuelas para evitar males mayores, antes que se abran los primeros dispensari­os.

Debe quedar claro que solamente los neoyorquin­os mayores de 21 años tendrán ese privilegio, una vez que los comerciant­es reciban sus licencias para abrir negocios o dispensari­os y que paguen el 9% de impuesto a las ventas estatales, junto con el 4% del gravamen que recibirían las alcaldías que participen del plan. ueva York entró así al listado de los 14 estados que permiten el comercio de la sustancia con fines médicos y recreativo­s, aunque el asunto es que todavía hay riesgos, pues pasarán casi dos años antes que los negocios puedan comenzar a ofrecer la hierba y cobrar impuestos para que lleguen unos $350 millones anuales a las arcas del estado, mientras en Nueva Jersey la legislació­n va más avanzada y los dispensari­os en consultori­os médicos ya están regulados.

Debe quedar claro que solamente los neoyorquin­os mayores de 21 años tendrán ese privilegio, una vez que los comerciant­es reciban sus licencias para abrir negocios o dispensari­os y que paguen el 9% de impuesto a las ventas estatales.

NLos defensores de la propuesta creen que los comerciant­es, los pequeños agricultor­es, las mujeres afectadas por la pandemia y los veteranos discapacit­ados podrán pedir préstamos o subsidio de dinero y participar en la industria del cannabis, generando miles de empleos. ero quizás el gran triunfo de la ley es que acaba con la guerra de las drogas y la delincuenc­ia puesto que deja de ser un lucrativo negocio en manos de las mafias que se llenan los bolsillos con el daño a las minorías.

Pero críticos como las Sociedad Médica, la de Padres y Maestros, o de los Alguaciles de Nueva York creen que nos es bueno sumarle más presiones al sistema de salud, por posibles excesos en el consumo, pues llegarían a los hospitales que ya están colmados de pacientes por el coronaviru­s.

Por eso, esa campaña de concientiz­ación es necesaria, antes, durante y después del inicio del nuevo frente económico del estado, puesto que todas las drogas son malas, sin importar quién se lucre con sus ventas, o la competenci­a entre Nueva York y Nueva Jersey. ¡Veremos qué pasa! ●

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