LAS GRANDES EMPRESAS Y LA POLÍTICA
El elector decide con su voto el respaldo por un candidato en una democracia. El comprador elige con su bolsillo la empresa del producto que adquiere en una sociedad de consumo. En Estados Unidos ambos son actos políticos.
La intervención en la política del sector privado a través de las donaciones a las campañas políticas son comunes. La Corte Suprema estableció que dar dinero es una parte de la libertad de expresión.
La toma del Congreso del 6 de enero estremeció la íntima fibra del estadounidense medio que nunca creyó que iba a ver algo semejante. La indignación por la intención republicana de querer anular la victoria del demócrata Joe Biden, llegó también a las oficinas ejecutivas de grandes corporaciones que dijeron no dar fondos a quienes sabotean la democracia.
En los casos de AT&T y Cigna, por mencionar algunas, el enojo parece ser más una corta maniobra publicitaria que un compromiso con la
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Operating Co. LLC company voluntad popular. Al poco tiempo volvieron a la normalidad de respaldar a quienes hacen leyes a su conveniencia en vez del votante que compra sus productos.
Sin embargo, la reacción de un sector empresarial a los cambios en las leyes electorales en varios estados en donde Trump perdió muestran la extensión del compromiso. Es el caso de Georgia. Se puede discutir las cláusulas de la nueva ley en el estado sureño que perjudican la participación afroamericana. Lo indiscutible es que no habría habido ningún cambio en la ley si el ex presidente Trump hubiera ganado allí.
Por lo menos 193 empresas grandes protestan por los cientos de leyes que a lo largo de la nación quieren seguir los pasos de Georgia. Aplaudimos la decisión de la Liga Mayor de Béisbol de mudar el Juego de las Estrellas. Los republicanos reaccionaron con un llamado a boicotear esa empresas y con acciones punitivas.
El consumidor tiene un papel
Javier Casas, General Manager
Carmen Villavicencio, Executive Editor. Angel Vazquez, Sales and
Circulation. Rossana Rosado, Publisher Emeritus
Iván Adaime, CEO Javier Casas, CFO Rafael Cores, Content importante en este enfrentamiento. La elección de comprar un producto de las empresas que defiende la integridad del voto se transforma en un acto político de apoyo o rechazo.
El caso de Goya Foods es un ejemplo. Hasta el mes pasado el jefe ejecutivo y descendiente directo del fundador de la empresa, Robert Unanue, defendió la falsedad de que a Trump le robaron la elección. Colocó el nombre de la empresa junto a las mentiras del ex presidente que amenazan la democracia. Así convirtió la compra de productos Goya en una forma indirecta de respaldar la política que impulsa su dueño.
Muchas veces se compra el único producto que está a la mano. No hay otra. Pero es importante reconocer el poder que tenemos como consumidores, tener conciencia del impacto de nuestra compra que puede castigar o premiar la acción política del sector. Ese también es un acto de libertad de expresión.l
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