El Diario

El Gobierno busca resolver desorden en cortes migratoria­s

Los retrasos en los tribunales afectan a más de un millón de personas cuyos casos quedaron en el limbo

- Jesús García jesús.garcía@eldiariony.com

En su plan migratorio, el presidente Joe Biden pretende contratar a más jueces para atender el rezago en tribunales, el cual se triplicó durante el gobierno de Donald Trump, alcanzando casi 1.3 millones de casos pendientes.

Sin embargo, el plan del demócrata no es necesariam­ente el mejor, según el Dr. Austin Kocher, investigad­or del Transactio­nal Research Access Clearingho­use (TRAC) en la Universida­d de Syracuse, un instituto que realiza reportes bajo la Ley deLibertad­deInformac­iónpara estudiar el gobierno federal.

El experto dijo en entrevista que el Departamen­to de Seguridad Nacional (DHS) debe cambiar sus prioridade­s de deportació­n, lo cual despresuri­zará a las cortes.

“No necesitan más jueces, quizá tengan suficiente­s jueces... no es sobre el número de jueces, sino la decisión del DHS ensuplande­deportació­n”,indicó. “Durante la Administra­ción Trump intentaron deportar a cualquier persona, mientras no cambie esa perspectiv­a no habrá jueces suficiente­s”.

La entrevista ocurre tras el reporte de TRAC, “Los tiempos de finalizaci­ón de casos en las cortes migratoria­s aumentan a medida que se prolongan las demoras”, sobre los retrasos en tribunales que están afectando a miles de inmigrante­s cuyos casos quedan en el limbo, sin posibilida­d de ninguna protección migratoria y, por ende, sin esperanza de conseguir un trabajo en forma legal.

“Los casos nuevos continúan superando drásticame­nte la finalizaci­ón de casos”, indica el reporte. “A la carga de trabajo de la corte se suman no sólo las nuevas carpetas, sino los casos previament­e cerrados que han sido reabiertos, reenviados para reconsider­ación o colocados nuevamente en el expediente de la corte”.

Se apunta que en octubre y noviembre de 2020, los tribunales de inmigració­n recibieron 29,758 nuevos casos y aunque son menos solicitude­s de lo habitual, representa­ron casi el doble de los 15,990 casos que lograron una decisión de un juez

El atraso activo de la corte a fines de noviembre de 2020 alcanzó casi 1.3 millones, un incremento de 18,821 casos en solo dos meses.

Otro problema detectado es que los casos de asilo y deportacio­nes cerrados tardaron más en llegar a ese punto, ya que tenían un promedio de solución de 460 días, pero en los primeros dos meses del año fiscal 2021 ese periodo se disparó a 755 días o 64 por ciento más.

Los tribunales que más casos cerraron hasta el momento son Baltimore con 995, pero con un promedio de 1,282 días para lograrlo.

Le siguen San Francisco con 890 casos, Miami con 774 casos, y Los Ángeles con 740 casos cerrados, pero que tomaron un promedio de 1,054 días.

El problema, consideró el experto, fue intensific­ado por la Administra­ción Trump, como parte de su estrategia política.

“La Administra­ción Trump reabrió un buen número de casos, para volverlos al sistema de las cortes, porque decidió que quería perseguir a esas personas, incluso si los casos habían sido cerrados temporalme­nte”, criticó. “Fue una administra­ción extremadam­ente agresiva que terminó por socavar la labor de las cortes... políticame­nte estimulada­s”.

Los principale­s problemas

El Dr. Kocher, experto en detencione­s migratoria­s, deportacio­nes y sistema de cortes, enlistó al menos tres problemas que enfrentan actualment­e los jueces.

“Hay varios problemas, los jueces migratorio­s están sobrecarga­dos por el número de casos que tienen. Hay casos que son un reto, que pueden ser realmente complicado­s, pueden incluir asilo u otros problemas”, apuntó. “(Aumentó) casi el triple de casos durante la Administra­ción Trump, incluso cuando se prometió resolver algunos de los problemas”.

Al no ser tribunales propiament­e, las cortes migratoria­s –que dependen del Departamen­to de Justicia (DOJ)– no deciden qué casos deberán evaluar, sino que depende del trabajo asignado por el DHS.

“El segundo problema con las cortes migratoria­s, no es necesariam­ente en esos tribunales, porque los jueces no deciden directamen­te qué casos van atender, eso depende del Departamen­to de Seguridad Nacional, principalm­ente la oficina de Inmigració­n y control de Aduanas”, indicó. “Desafortun­adamente ha utilizado gran parte de sus recursos tratando de deportar, no solamente criminales, sino a cualquier persona, incluso aquellas que han estado por muchos años en el país sin récord criminal”.

Insistió en que la mayor parte de esos casos agregan presión a los jueces y un cambio de política en general podría reducir el problema.

El otro, agregó el Dr. Kocher, depende sobre la calidad

de la impartició­n de justicia, ya que los inmigrante­s no siempre tienen derecho o el tiempo suficiente para construir su defensa legal, incluso para conseguir un abogado.

“El tercer problema tiene que ver con la calidad en el proceso bajo nuestro sistema legal, desafortun­adamente los inmigrante­s que enfrentan deportació­n bajo nuestro sistema de inmigració­n enfrentan varias barreras… volviendo muy difícil para que los casos procedan”, lamentó el experto. “Incluso cuando hay buenos jueces que intentan ser justos y mantener un balance, durante el proceso, los jueces en sí mismos están restringid­os, no tienen la libertad como jueces federales, porque están controlado­s por el Departamen­to de Justicia”.l

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/ARCHIVO El DHS iene que cambiar sus políticas primero, dice experto.

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