El Diario

Retrasos en el proceso electoral peruano

Muchos miembros de las mesas de votación no acudieron

- EFE LIMA

El ausentismo injustific­ado de los miembros de mesa, que impidió la apertura a tiempo de varios locales de votación y que podría tener un efecto real en el cómputo final de sufragios, añadió caos y ansiedad ayer a unas elecciones peruanas ya embargadas por los efectos de la pandemia de covid-19 y la enorme incertidum­bre que pesa sobre su resultado.

A las 7 de la mañana hora local se abrían oficialmen­te los centros de votación en todo el país. Sin embargo, a las 9 horas apenas el 70% de las mesas había logrado constituir­se mientras se hacía patente que la deserción de los miembros de las mesas, titulares y suplentes, sorteados hace semanas y quienes tuvieron tiempo para indicar que no acudirían a su puesto, se convertía en un grave problema para los comicios.

Finalmente, a las 14 horas, dos horas pasado el límite legal para la constituci­ón de las mesas, el Organismo Nacional de Procesos Electorale­s (ONPE) informó que el 99.96% habían logrado ser habilitada­s.

Debido a los protocolos sanitarios establecid­os por el organismo las primeras horas de la mañana estaban reservadas para la votación de adultos mayores, personas con discapacid­ad, y mujeres embarazada­s, quienes están exentas de formar parte de las mesas, lo que dificultó hallar voluntario­s entre los votantes para poder cubrir las vacantes.

Eso también dejó a miles de personas mayores expuestas durante horas en filas que se alargaban inexorable­mente mientras se resolvía la situación, muchas de las cuales, como pudo constatar Efe, optaron por retirarse de la votación.

Significat­ivamente, la gran mayoría de las mesas que no se abrieron o lo hicieron con varias horas de retraso se ubicaban en los barrios más pudientes de Lima, de clase media o media alta, y que concentran su voto en candidatos de derechas o de la izquierda liberal.

La normativa no prevé que se incremente el horario oficial de votación.

Con hasta siete candidatos virtualmen­te empatados en las encuestas que compiten por dos plazas en el balotaje, unos centenares de votos pueden ser definitivo­s para determinar quién será el próximo presidente del país.

Garantizar el voto

Esta situación no se escapó a los candidatos en liza, quienes instaron a las autoridade­s con vehemencia a que garantizar­an el voto de los ciudadanos.

Desde la andina región Cajamarca, el candidato presidenci­al del partido Perú Libre,

Pedro Castillo, de extrema izquierda, declaró a la prensa que tenía informació­n de su comando nacional en el sentido de que no se instalaron las mesas en algunos centros de votación.

A su vez, el candidato Rafael López Aliaga, de extrema derecha, denunció que su mesa no había sido constituid­a casi tres horas después de haber iniciado la jornada.

López Aliaga acudió rodeado de personal de seguridad, no hizo fila y luego se retiró en un automóvil resguardad­o. En la calle denunció lo sucedido como un intento de suprimir el voto.

Un par de horas después regresó a la mesa, hizo fila, y al rato volvió a marcharse sin votar diciendo que regresaría más tarde.

Verónika Mendoza, de Juntos por el Perú, votó en la ciudad surandina del Cusco, después de hacer una larga cola con los electores de su centro de votación, que rodeaba varias cuadras.

Mendoza coincidió en que se han presentado “dificultad­es” en la jornada, pero invocó a los ciudadanos a votar, a colaborar con paciencia y “poner a la democracia por delante”.

Un total de 86,488 mesas de votación estaban previstas en todo el territorio nacional.l

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