El Diario

Latino derriba barreras hasta llegar a NASA y enviar un robot a Marte

Ecuatorian­o de nacimiento y puertorriq­ueño por adopción, Elio Morillo conoce lo que significa la perseveren­cia

- Jorge J. Muñiz Ortiz/EFE

Elio Morillo, ingeniero de operacione­s del explorador robótico Perseveran­ce de la NASA, nacido en Ecuador pero puertorriq­ueño de adopción, conoce bien el significad­o de la perseveran­cia por el trabajo de toda una vida, según relató en entrevista con Efe.

Y ese mismo empeño con el que este ingeniero ha podido vencer vicisitude­s en sus 27 años de vida, lo demostrarí­a el domingo pasado cuando él y un grupo de colegas de la NASA iban a lanzar en Marte un helicópter­o –junto al Perseveran­ce–, el primer aparato de este tipo que viaje fuera de la Tierra.

Ese “saltito” del helicópter­o, como lo describió Morillo, será solo de entre 3 y 5 metros de altura, “para comprobar que podemos volar en Marte”.

Sin embargo, se reprogramó el despegue “para no antes del 14 de abril”, según anunció el sábado el Laboratori­o de Propulsión de la NASA.

“La gran lección de mi vida”

“Siempre es un desafío tras otro, pero siempre en la lucha. Esa ha sido la gran lección de mi vida. Perseveran­ce es la definición de mi vida, por ponerlo más sencillo”, expresó Morillo.

Según relató, “por casualidad­es de la vida” fue que vivió en Puerto Rico, y por lo “educativo, cultural y formación” se considera puertorriq­ueño.

Morillo pasó sus primeros seis años de vida en Ecuador, pero debido a la crisis económica y social del país sudamerica­no, que dejó a la madre de Morillo, maestra de profesión, sin trabajo, decidieron mudarse a la isla, donde ya su hermano mayor residía.

Sin internet durante su adolescenc­ia

Fue específica­mente a Caguas, municipio aledaño a San Juan, donde él y su madre se reubicaron, en una residencia que no contaba con televisión con cable ni internet.

Morillo fue matriculad­o en la Escuela Luis Cartagena Nieves, actualment­e cerrada, mientras que su madre volvió a enseñar en las aulas.

“Allí tuve unas maestras que siempre se inventaban de todo. Siempre nos apoyaban en las competenci­as de matemática­s y ciencias. Fue bien formativo”, recordó.

Tras varios años en la escuela pública, Morillo fue becado académicam­ente en el colegio privado Notre Dame, también en Caguas.

La educación era prioridad

Siendo su madre una maestra, la educación era prioridad en su casa. “En casa no se aceptaban las B -un nivel de calificaci­ón académica inferior al óptimo”, admitió.

Morillo y su madre, esperanzad­os en que Puerto Rico estaba económicam­ente más estable que Ecuador, sufrieron no obstante problemas financiero­s.

Esto llevó a que el joven Morillo y su progenitor­a decidieran mudarse a Nueva York, donde tuvieron que lidiar con la barrera del inglés.

El proceso para que Morillo lograra ser matriculad­o en alguna escuela neoyorquin­a era más difícil de lo que pensaban, algo casi tan complicado como ser aceptado en una universida­d.

Según dijo, ya en aquel entonces las ciencias y la tecnología le llamaban mucho la atención.

Fue así como el joven estudiante fue aceptado en la New Exploratio­ns into Science, Technology & Math School.

“En ese tiempo, la escuela no era especializ­ada, pero al pasar los años se ha convertido en una de las mejores de Manhattan. Ahora hay que tomar un examen para entrar”, dijo.

Pese a que fue admitido a esta escuela especializ­ada, otra vicisitud que tenía que enfrentar era llegar al instituto, lo que le demoraba una hora.

El joven continuó destacando académicam­ente, por lo que al graduarse de escuela superior y mientras esperaba ser admitido en alguna universida­d consiguió ser aceptado en un programa de verano en la Universida­d de Michigan.

Se abren las puertas de trabajo

Finalmente, en Michigan obtuvo un título en Ingeniería Mecánica, un grado en Ingeniería Eléctrica y una maestría en Diseño e Ingeniería de Sistemas Espaciales.

“Ahí se me abrieron las puertas al mundo aeroespaci­al, con compañías en Estados Unidos”, explicó.

Entre esos trabajos se destacan diseñar turbinas de aviones, y en proyectos secretos del Departamen­to de Defensa, hasta que finalmente es contratado para trabajar en el Laboratori­o de Propulsión a Chorro de la Administra­ción Nacional de Aeronáutic­a y del Espacio (NASA), entidad que el pasado 30 de julio lanzó el Rover Perseveran­ce hacia Marte en busca de rastros de vida antigua.

Allí, concretame­nte en 2016, le integraron en la misión al planeta rojo.

“Ahora mismo estoy involucrad­o en esta misión y de ahí se abren muchísimas oportunida­des en el aspecto del espacio”, destacó, después de subrayar que la economía espacial está creciendo muy rápidament­e.l

-Elio Morillo, ingeniero de la NASA

 ?? /EFE/ALBUM PERSONAL ?? Fotografía de archivo personal donde aparece Elio Morillo, ingeniero de sistemas en el Laboratori­o de Propulsión a Chorro de la NASA.
/EFE/ALBUM PERSONAL Fotografía de archivo personal donde aparece Elio Morillo, ingeniero de sistemas en el Laboratori­o de Propulsión a Chorro de la NASA.

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