El Diario

Cuestionan reforma

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La Comisión Interameri­cana de Derechos Humanas cuestionó la polémica reforma mexicana que amplía dos años la presidenci­a en la Suprema Corte de Arturo Zaldívar, acusado de ser cercano al Gobierno.

Antes de Trump, las respuestas a las peticiones de asilo tardaban años y con esos tiempos jugaba el pastor Reyes, culpando al sistema. Luego, el gobierno empezó a dar negativas rápidament­e y a todos les decía que no. Así el teatro del pastor se vino abajo y comenzaron las demandas.

Del juicio y las alertas

Al pastor Elvis Harold Reyes lo detuvieron el 20 de marzo del año pasado. Lo más complicado para las autoridade­s fue convencer a los inmigrante­s de que salieran del anonimato y perdieran el miedo a ser deportados, pero poco a poco se animaron a hacerlo.

Así se supo de historias de madres cuyos hijos hoy se encuentran en México porque en el proceso los deportaron.

Gente que se endeudó, hipotecó bienes o se quedó sin los ahorros de su vida con la esperanza de poder regulariza­r su estancia, porque ya tenían mucho tiempo y otros casos por el estilo.

Carmen Islas, esposa de Juan Rendón, quien también testificó como víctima, dijo a este diario que particular­mente se sintió impactada por el caso de una mujer indígena que ni siquiera sabía leer y escribir y aún así el pastor la engañó.

“El fiscal pareció muy sensible a estos casos”, destacó.

La sentencia

Las víctimas de los fraudes reconocen que generalmen­te se dejaron llevar por la confianza que el estafador inspiraba, al lograr ciertos trámites o por la reputación entre sus círculos cercanos como ocurrió en el caso de los Rendón.

Es un modus operandi que utiliza el poder de la seducción y se ha cobrado mucho dinero. Y se suele operar a través de empresas que se declaran en bancarrota.

Elvis Reyes se gastó todo en darse la gran vida con su novia. No quedó ni un peso. Irá preso por robo, fraude postal, violencia, robo de identidad, por mal uso de los sistemas de institucio­nes federales amén de los sueños rotos, pero no podrá regresar el dinero.

“Mi novia me presionaba mucho para poder mantener el ritmo de vida”, dijo el pastor para defenderse.

Del otro lado de la trinchera, Juan Rendón se quedó con un desfalco en el fondo de estudios para su hijo, en quien tiene puesta la fe porque obtiene buenas notas en matemática­s y es un buen lector. “Un buen chico”, advierte el padre que ganó el dinero como electricis­ta en Tampa.

Para los activistas de Lulac, lo importante de apoyar este caso reciente es que no se repita una y otra vez en todos los lugares de Estados Unidos donde los indocument­ados tienen presencia.

En 2018, las autoridade­s de Los Ángeles detuvieron a Edgardo Antonio Guerrero, Hector Humberto Guerrero, Jessica Godoy Ramos y Romina Aida Zadorian por estafar durante tres décadas a migrantes haciéndose pasar por abogados y ofrecer servicios de asesoría de inmigració­n.

De ellos, Edgardo Guerrero salió libre tras pagar una fianza de $80,000 dólares. No pisó o ninguna celda. Jessica Godoy, por su parte, le robó la identidad a una abogada de Nueva York y utilizó ese nombre para presentar algunas solicitude­s a su nombre mientras en otros casos cobraba miles de dólares por trámites que no realizaba.

Godoy, de 37 años, se declaró culpable de cometer fraude postal y finalmente fue sentenciad­a a pasar 15 meses en prisión y regresarle casi $30,000 dólares a algunas víctimas.

Romina Zadourian Mancha enfrentó 112 cargos. La mujer de 48 años, quien presuntame­nte se hizo pasar como abogada, robó a 82 migrantes alrededor de 630,000 dólares. Las víctimas pedían hasta 60 años de cárcel, pero solamente le dieron 15 años.

En el caso del pastor Elvis Harold Reyes, las víctimas que salieron a la luz para manifestar­se en las afueras de los juzgados federales como un mecanismo de presión, querían la pena máxima, aunque finalmente sólo se logró acumular 20 años.

“Queríamos mostrar fuerza y que el delito tuviera rostro”, revela Ana Lamb.

“Hay tantos casos y a veces se les da muy pocos años de sentencia que resultan ser una total desproporc­ión al daño que han causado”, explicó.

Un compañero de Juan Rendon, tuvo que contratar un abogado nuevamente para que llevara su caso relacionad­o a los daños del pastor Reyes.

Héctor tiene menos de 30 años, dos niños y buscó a Reyes porque en su trabajo se lastimó y no tuvo seguro médico y el tratamient­o es muy escaso.

Ahora, su esposa tiene que trabajar hasta 80 horas por semana mientras sobreviven al impacto económico de una estafa que no desean que se repitiera nunca. “Para nadie”.

En los últimos años USCIS ha tenido una evolución positiva respecto a cómo abordar el tema de fraudes a los migrantes, después de décadas de denuncias.

El año pasado lanzó un formulario para las víctimas que se puede llenar en línea ( ftc.gov/queja) o llamando al 1-877-382-4357.

Por otro lado, constantem­ente mantiene campañas en línea para advertir sobre la importanci­a de saber escoger a los asesores en el proceso de inmigració­n.

“Renovar una tarjeta verde (green card), hacer los trámites para convertirs­e en ciudadano estadounid­ense o escoger los formulario­s correctos puede ser un proceso complicado”, precisa en su página web el organismo, donde aborda ampliament­e el tema

Ana Lamb coincide con ello. “Cualquiera que venga a decir que la regulariza­ción migratoria es sencilla, está mintiendo. Esa es una señal de que puede haber un fraude”, advierte la experta a los interesado­s.l

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