El Diario

Una frontera limpia de aguas residuales

Un proyecto quiere evitar que las aguas negras lleguen desde Tijuana hasta a San Diego

- Manuel Ocaño ESPECIAL PARA IMPREMEDIA

Debido a la contaminac­ión, la agencia de Salud Ambiental del condado de San Diego cerró temporalme­nte la playa de Imperial Beach, donde California se une con el Pacífico y con México.

La agencia ha dado esa misma orden miles de veces en los últimos años con la advertenci­a, principalm­ente a quienes practican surf, de que podrían padecer de infeccione­s en los oídos, los ojos, la garganta y la piel.

Pero esta vez la contaminac­ión por derrame de aguas negras que cruzan la frontera desde Tijuana, México, llama la atención porque se suponía que después de décadas de tener el mismo problema transfront­erizo, las autoridade­s en Baja California ya deberían haber corregido la situación.

El alcalde de Imperial Beach, Serge Dedina, un experiment­ado salvavidas que a lo largo de su carrera rescató a cientos de bajacalifo­rnianos en la misma playa, dijo a este medio que el problema de los derrames ya alcanza magnitudes en que resulta difícil pensar que se pueda solucionar.

“El hedor en la playa es insoportab­le, porque los derrames arrastran residuos orgánicos y aguas negras, que se dispersan en el agua y en la arena del lugar, por lo que el cierre es total. Nadie entra siquiera a dar caminatas, ni las soportaría con ese hedor”, expresó.

En la primavera de 2020, cerraron el acceso al Parque de la Amistad, donde las personas se ven a través de una malla de acero entre ambos lados de la frontera.

Pero el cierre no fue de la Patrulla Fronteriza por el COde sino de parte de los guardabosq­ues (o rangers) de parques de California debido a la alta contaminac­ión por derrames en el Valle del Río Tijuana, que queda en el lado estadounid­ense de la frontera.

“Era imposible caminar por ahí, cubría un lodo oscuro que a simple vista se notaba que estaba muy contaminad­o”, dijo un patrullero a través del muro de pilares, que mide unos 30 pies de alto.

Pero uno de los peores periodos del problema se registró en febrero de 2017, cuando las bombas de aguas residuales de Tijuana se descompusi­eron y vertieron todas hacia San Diego.

Pasaron semanas antes de que las autoridade­s en Baja California avisaran a Imperial Beach sobre el desperfect­o. Se habían vertido 140 millones de galones de aguas negras hacia California.

El alcalde Dedina recordó que, para cuando se detuvo el derrame, más de 215 millones de galones de aguas negras habían cruzado la frontera.

El funcionari­o recordó que “había una mancha de color café que cubría el mar” desles

la frontera hasta el lujoso suburbio de Coronado, frente a la bahía de San Diego; además de la base de portavione­s de la marina en North Point.

Varias ciudades demandaron al gobierno federal por esos derrames, entre ellas Imperial Beach, Chula Vista y National City.

El problema de los derrames inició por el crecimient­o demográfic­o en el municipio de Tijuana.

En la década de los años 50 las comisiones internacio­naVID-19, de Límites y Aguas (CILA) de los dos países acordaron que del lado de California se utilizaría­n las aguas que cruzaran la frontera.

Pero conforme creció la población y la producción en Tijuana, las aguas de lluvias, no solo cruzaban desechos orgánicos abandonado­s en las calles y aguas negras, sino también —por un lugar a pesar de la presencia del muro— toneladas de neumáticos, plásticos y otros desechos.

La basura pasa directamen­una te al Estuario del Río Tijuana, una zona protegida por el estado de California, por flora y aves en riesgo de extinción.

Como si fuera poco, el alcalde dice que a eso se suman las pérdidas económicas de la ciudad ya que tiene al turismo entre sus principale­s atractivos.

Cada vez que las autoridade­s de salud cierran la playa, permanece sin visitantes por lo menos tres días. El año pasado el lugar —una de las playas favoritas de los que corren tabla— estuvo cerrada 295 de los 365 días del año.

El alcalde Dedina dijo en mensaje de Twitter esta semana que “aparenteme­nte, la justicia ambiental es una palabra de moda que se aplica en todas partes excepto en el valle del río Tijuana, donde se acepta, e ignora, el vertido de desechos tóxicos y aguas residuales sobre los niños, la vida silvestre y las playas”.

Baja California informó que instaló nuevas tuberías y sistemas de bombeo hechos en Estados Unidos que debieron funcionar, pero ahora analiza su esos recursos fueron insuficien­tes para la cantidad de desechos que cruzan la frontera.

Mientras la playa de Imperial Beach continuaba cerrada esta semana, los dos senadores de California, Diane Feinstein y Alex Padilla, presentaro­n iniciativa que, de aprobarse, finalmente resolvería el problema de los derrames.

La iniciativa, Ley de Protección y Restauraci­ón del Agua en la Frontera, pide que la Agencia federal de Protección Ambiental (EPA) y todas las institucio­nes que de alguna manera se relaciones en la frontera, una esfuerzos para solucionar la situación.

“Las aguas residuales y los desechos tóxicos han cruzado desde México durante años porque las agencias federales no han intervenid­o para abordar el problema. La gente del sur de California se ha visto obligada a sufrir mientras diferentes agencias federales se siguen pasando la pelota. Este proyecto de ley pondrá fin a la confusión al poner a la EPA [Agencia de Protección del Ambiente] a cargo de coordinar esfuerzos y solucionar el problema”, declaró Feinstein.

El senador Padilla agregó que “si bien las agencias federales han ignorado en gran medida este problema, la salud y la seguridad de nuestras comunidade­s costeras siguen amenazadas”.

La bancada de congresist­as de San Diego informó por su parte que prepara una iniciativa complement­aria en la cámara baja para reforzar el trabajo de los senadores.•

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ARCHIVO La basura pasa directamen­te al estuario del río Tijuana, una zona protegida por el estado de California. /

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