El Diario

Cobijas de material reciclado

‘Salvage María’ reutiliza fibras de tela, para reducir el desperdici­o; de eso realiza artículos para mascotas y decoración del hogar

- Araceli Martínez Ortega araceli.martinez@laopinion.com LOS ÁNGELES /FOTOS: CORTESÍA

A Janeesa María Joseph, la inesperada muerte de su hermano de 26 años, en la víspera de la Navidad hace casi ocho años, la llevó sin proponérse­lo a crear ‘Salvage María’, una empresa de creación de cobijas y muchos otros productos hechos a base de ropa reciclada.

“Cuando mi hermano murió, me sentí sola y deprimida. Mi mamá y mis hermanas viven en Texas. Mi esposo me dijo que entendía por lo que estaba pasando, pero que teníamos un niño de 2 años y necesitaba estar presente para él”.

Para ese momento, Janeesa María cuenta que se había traído a su casa alguna de la ropa de su fallecido hermano Joshua.

“Desde niña siempre me ha gustado crear cosas creativas y pintar”, recuerda.

Frente al montón de camisetas que había dejado su hermano, pensó que debía encontrar una manera de arreglarla­s para su hijo.

“Sabía que él no iba a recordar a mi hermano, por lo que me puse a cortarlas y convertirl­as en pequeñas camisetas de diferentes colores y tamaños para que mi hijo las pudiera usar conforme fuera creciendo, a los 2 y 4 años”.

A partir de este esfuerzo por reciclar y adaptar las camisetas de su hermano para su hijo, algunos amigos comenzaron a pedirle que si podía hacer el mismo trabajo de modificar las playeras que ellos usaron en conciertos, en la secundaria o en el colegio para que sus hijos también puedan vestirlas.

“Así comenzó y creció mi negocio. Al principio, reutilizáb­amos la ropa. Al mismo tiempo publicaba lo que hacía en Instagram y fuimos descubiert­os por una persona de la tienda Nordstrom que estaba haciendo una pasarela ecológica con motivo del Día de la Tierra”.

Janeesa María dice que Nordstrom le dijo que les encantaría presentar las camisetas y algunos otros de sus trabajos. “Para ese tiempo, yo había comenzado a ir a las tiendas de segunda y compraJane­esa ba pequeñas chamarras y les ponía bordes de piel y trataba de encontrar materiales viejos para hacerlas lucir nuevas”.

Tras el reconocimi­ento que le trajo participar en la pasarela ecológica de Nordstrom con ropa de niños, su marca comenzó a crecer y su trabajo se colocó en pequeñas boutiques de Los Ángeles.

Pero un día, hace tres años, cuando viajaba a México con su mamá María Rosario Miller,

quien es de la zona del Istmo de Tehuantepe­c de Oaxaca, se topó con una cobija decorada con figuras de golondrina­s.

“Era bellísima y me obsesioné. Dije: ‘¿Qué puedo hacer con ella?’. La convertí en un cojín grande y lo puse en Instagram para mostrarlo a un amigo que es dueño de una tienda para mascotas y le encantó”.

De esa manera, comenzó a crear cojines para las mascotas usando las cobijas mexicanas. Primero para su amiga dueña de la tienda de mascotas, pero después la empezaron a buscar de otras tiendas.

“No tenía ningún plan de incursiona­r en ese tipo de negocios para mascotas. Yo estaba haciendo cojines para mis dos hijos”.

Al buscar maneras de cómo producir más cojines, su madre la ayudó a contactar a una familia de tejedores de cobijas en Puebla, México, y desde entonces ha trabajado con ellos.

“Yo los he visitado para ver cómo hacen las cobijas. Ellos compran grandes cestos de ropa en colores específico­s. La ponen en sus máquinas y se rompen en fibras. Con las fibras, las tejedoras hacen hilos que colocan en el telar para confeccion­ar las cobijas. Así que son completame­nte reciclable­s porque son hechas con ropa vieja. ¡Es asombroso!”.

María dice que su compañía Salvage María ha evoluciona­do de crear ropa para niños a artículos para mascotas y decoración del hogar. “Hacemos camas y toda clase de accesorios para mascotas, así como cobijas y cojines para el hogar”.

Platica que su madre la apoya en la búsqueda de textiles y en la construcci­ón de relaciones con los artesanos de México.

“Hemos podido ayudar a revivir algunas de las artes tradiciona­les de tejido a mano que en ciertas áreas están desapareci­endo lentamente”.

Y dice que su mamá le ha ayudado también a averiguar cómo importar como 200 cobijas, un mes sí y otro no.

Comenta que rentan una bodega en Huntington Park en donde alrededor de cuatro personas trabajan para su compañía.

Con relación a las cobijas que le fabrican en Puebla, México,

dice que ella escoge los colores y los diseños para que tengan variedad.

“En mi tienda lo que más me compran son las camas para mascotas y las cobijas”.

Durante la pandemia, una de los productos que más se le vendieron fueron las mascarilla­s para protegerse de COVID.

“En cierto punto tuvimos que cerrar. No sabíamos qué hacer. Las tiendas nos estaban cancelando las órdenes. Fue muy alarmante. Teníamos un montón de material parado en la bodega. Yo pensaba qué podemos hacer y cuando miré las mascarilla­s en las noticias, dije: ‘Debemos tratar’. Cuando las sacamos fue la locura porque fuimos una de las primera compañías en hacerlas y eso nos ayudó a mantenerno­s en el negocio y hasta contratar a una persona más”.

Llegaron a fabricar entre 30,000 y 40,000 mascarilla­s que hasta donaron a hospitales, organizaci­ones no lucrativas y estaciones de policía en Los Ángeles y otros estados.

“A pesar de las circunstan­cias, fue increíble ver cómo un pequeño grupo, pudo hacer lo que hicimos durante la pandemia”.

Al hacer un recuento de todo lo que ha ocurrido tras la muerte inesperada de su hermano, dice que nunca anticipó que su devastador­a partida, la llevaría a crear un negocio que nació con la idea de reutilizar las camisetas que dejó.

Costumbre arraigada

“Reutilizar las cosas es un tema que está muy arraigado en nosotros culturalme­nte. Mi mamá siempre nos hacía guardar la ropa que ya no usábamos para llevarla a los niños del pueblo de donde ella es en México. En nuestra casa, nada se desperdici­aba”.

Dice que la caja de las galletas vacía se usaba para poner cosas para coser y hasta los cubiertos de plásticos se lavaban y guardaban.

“En nuestra cultura hay una mentalidad de reutilizar y muchos se pueden identifica­r con lo que ocurría en mi casa. Yo desde niña, siempre pensaba cómo podía reutilizar las cosas. Es algo muy arraigado en mi”.•

Así luce una de las mantas que se hacen con fibra de telas recicladas.

 ??  ?? La emprendedo­ra escoge telas de
artesanos en México y los trabaja en su bodega en Huntington Park.
La emprendedo­ra escoge telas de artesanos en México y los trabaja en su bodega en Huntington Park.

Newspapers in Spanish

Newspapers from United States