El Diario

GUERRA CONTRA DEFENSORES DEL TERRITORIO

- Rubén Martín B@SinEmbargo­Mx COLUMNISTA DE SIN EMBARGO

En el teatro nacional de las elecciones y en la discusión pública en los medios se escucha con frecuencia creciente que la democracia mexicana está en riesgo, por supuestas tentacione­s autoritari­as de algunos de sus actores o por la defensa de intereses de la vieja partidocra­cia.

Pero fuera del terreno de juego de la democracia representa­tiva ocurre otra contienda política que responde a intereses sociales más profundos, porque es la contienda que surge desde el propio antagonism­o social que provoca el sistema de dominación y su economía política basada en la explotació­n del trabajo vivo y en la acumulació­n de capital por despojo.

En esta otra contienda política surgen miles de conflictos políticos contra la explotació­n y contra el despojo, cuya lógica trasciende y rebasa el juego electoral. Estos conflictos políticos por despojo ocurren cuando un pueblo, una comunidad, un barrio o una organizaci­ón de base decide resistir las distintas dinámicas de acumulació­n de capital que intentan despojarlo­s de sus tierras.

En esta contienda política se encuentran todos los conflictos sociales que encabezan las comunidade­s que defienden el agua, bosques y tierras contra los megaproyec­tos extractivo­s como mineros, petroleros, eólicos, geotérmico­s, de hidrocarbu­ros o hidráulico­s que atentan contra su territorio.

Según el Atlas de Justicia Ambiental, que encabeza el ecólogo político catalán Joan Martínez Allier, en el mundo se registran 3 mil 414 casos que algunos llaman socioambie­ntales. Según este observator­io de conflictos ambientale­s, con 149 casos México se encuentra entre los cinco países con más conflictos sociales. La lista la encabezan la India (343 casos), Brasil (173), Estados Unidos (157) y China (151).

Lamentable­mente esta contienda política por la defensa de la tierra, los bienes comunes y la reproducci­ón de la vida en autonomía, se juega a sangre y fuego contra los defensores del territorio.

Estos defensores del territorio por lo regular se enfrentan a grandes empresas que despojan y depredan tierras o bienes comunes con el fin de valorizar los territorio­s donde asientan sus inversione­s. Las empresas extractiva­s y sus grandes megaproyec­tos mineros, de hidrocarbu­ros o hidráulico­s están a la cabeza de quienes invaden y despojan tierras y recursos.

Por lo regular, estos grandes megaproyec­tos cuentan con el aval de los gobiernos en turno. En otros casos, los megaproyec­tos son implementa­dos por el mismo Gobierno, como ocurre ahora con los megaproyec­tos del Tren Maya y del Corredor Interoceán­ico Istmo de Tehuantepe­c. n el México de la Cuarta Transforma­ción que ha reiterado que ya no se reprime, se han asesinado a 45 defensores del territorio en 2019 y 2020, según acaba de dar a conocer la Red Todos los Derechos para Todas y Todos.

Las luchas políticas de los defensores del territorio defienden la vida en su entorno. Paradójica­mente arriesgan sus vidas para defender la vida para todos.•

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