GUERRA CONTRA DEFENSORES DEL TERRITORIO
En el teatro nacional de las elecciones y en la discusión pública en los medios se escucha con frecuencia creciente que la democracia mexicana está en riesgo, por supuestas tentaciones autoritarias de algunos de sus actores o por la defensa de intereses de la vieja partidocracia.
Pero fuera del terreno de juego de la democracia representativa ocurre otra contienda política que responde a intereses sociales más profundos, porque es la contienda que surge desde el propio antagonismo social que provoca el sistema de dominación y su economía política basada en la explotación del trabajo vivo y en la acumulación de capital por despojo.
En esta otra contienda política surgen miles de conflictos políticos contra la explotación y contra el despojo, cuya lógica trasciende y rebasa el juego electoral. Estos conflictos políticos por despojo ocurren cuando un pueblo, una comunidad, un barrio o una organización de base decide resistir las distintas dinámicas de acumulación de capital que intentan despojarlos de sus tierras.
En esta contienda política se encuentran todos los conflictos sociales que encabezan las comunidades que defienden el agua, bosques y tierras contra los megaproyectos extractivos como mineros, petroleros, eólicos, geotérmicos, de hidrocarburos o hidráulicos que atentan contra su territorio.
Según el Atlas de Justicia Ambiental, que encabeza el ecólogo político catalán Joan Martínez Allier, en el mundo se registran 3 mil 414 casos que algunos llaman socioambientales. Según este observatorio de conflictos ambientales, con 149 casos México se encuentra entre los cinco países con más conflictos sociales. La lista la encabezan la India (343 casos), Brasil (173), Estados Unidos (157) y China (151).
Lamentablemente esta contienda política por la defensa de la tierra, los bienes comunes y la reproducción de la vida en autonomía, se juega a sangre y fuego contra los defensores del territorio.
Estos defensores del territorio por lo regular se enfrentan a grandes empresas que despojan y depredan tierras o bienes comunes con el fin de valorizar los territorios donde asientan sus inversiones. Las empresas extractivas y sus grandes megaproyectos mineros, de hidrocarburos o hidráulicos están a la cabeza de quienes invaden y despojan tierras y recursos.
Por lo regular, estos grandes megaproyectos cuentan con el aval de los gobiernos en turno. En otros casos, los megaproyectos son implementados por el mismo Gobierno, como ocurre ahora con los megaproyectos del Tren Maya y del Corredor Interoceánico Istmo de Tehuantepec. n el México de la Cuarta Transformación que ha reiterado que ya no se reprime, se han asesinado a 45 defensores del territorio en 2019 y 2020, según acaba de dar a conocer la Red Todos los Derechos para Todas y Todos.
Las luchas políticas de los defensores del territorio defienden la vida en su entorno. Paradójicamente arriesgan sus vidas para defender la vida para todos.•
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