Piden a la Legislatura Estatal pasar ley que ‘borra’ récords criminales de neoyorquinos
Tener un récord criminal, por mínima que haya sido la ofensa, puede significar para muchas personas el que automáticamente se le bloqueen las oportunidades que se les presenten en el resto de su vida, y es por ello que neoyorquinos con condenas, activistas y funcionarios electos están presionando a la Legislatura Estatal para que pase la propuesta de ley ‘Clean Slate’ (limpieza del récord), que borraría automáticamente los antecedentes penales de una persona una vez que sea elegible.
Antes que se realizara una audiencia pública ayer en el Comité de Códigos del Senado para discutir la legislación, miembros de la campaña ‘The Clean Slate’ realizaron una conferencia virtual para presionar que se pase la ley, en la cual participaron líderes laborales y empresariales, así como neoyorquinos directamente afectados, junto a los senadores estatales Jamaal Bailey y Zellnor Myrie y la asambleísta Catalina Cruz.
“Los obstáculos que enfrentan las personas anteriormente encarceladas continúan acechándolos durante décadas después de haber pagado su deuda con la sociedad”, dijo la asambleísta
Cruz, quien patrocina el proyecto de ley en la Asamblea.
“La reincorporación a la sociedad beneficia a las comunidades económica y socialmente. Reduce la reincidencia, aumenta la autoestima y fortalece a las personas y a las comunidades en su conjunto”, insistió Cruz, agregando que la Ley ‘Clean Slate’ “permite a las personas anteriormente encarceladas la oportunidad de reconstruir y prosperar a medida que regresan a sus comunidades”.
Se estima que más de 2.3 millones de neoyorquinos tienen un historial de condenas, y el 80% de ellos son negros o latinos. Las personas con un récord enfrentan barreras para acceder a empleos, vivienda y educación, y estas barreras pueden persistir durante años, incluso décadas, después de que las personas hayan completado sus sentencias, lo que hace casi imposible que alguien que ha cumplido su condena se recupere.
“Muchos neoyorquinos son castigados más allá de sus sentencias y no pueden participar plenamente y de una manera justa en la vida económica y cívica”, asegura la campaña ‘Clean Slate NY’, al insistir que el daño colateral de una condena penal puede ser muy amplio y duradero. Y por décadas, aseguran, las comunidades de color en todo el estado han sufrido de manera desproporcionada daños inmensos debido a décadas de criminalización masiva dirigida a estos grupos minoritarios.
“Después de haber cumplido mi condena, traté de conseguir un trabajo, pero mi pasado siempre me definió y no me dieron una oportunidad”, dijo Florence Walker, miembro del ‘Center for Community Alternatives’. “Me han negado el empleo en un campo en el que estoy capacitada y calificada debido a mi historial. Se me ha negado la vivienda y se me ha pasado por el sistema de refugios debido a antecedentes penales y verificaciones de antecedentes. Soy una madre soltera que cuida a una hija. Necesito una oportunidad justa en la vida y la libertad. Necesito un récord limpio".
El senador Zellnor Myrie, quien patrocina el proyecto en el Senado, enfatizó en que no se puede “demorar más en corregir los errores de nuestro sistema legal penal. Nueva York puede ser un estado de encarcelamiento masivo y castigo perpetuo o podemos ser un estado de redención y oportunidad”.l
96% no fueron condenados por ningún delito en absoluto, lo que pone a este grupo en menor riesgo de ‘delito’ que la población en general. 87 mil millones en PIB se estima se pierden anualmente por sacar del mercado laboral a los trabajadores con condenas por delitos graves, según estima ‘The Center for Economic Policy Research’. en ganancias a lo largo de su vida, pierden las personas con antecedentes de condenas.