Locales deben pedir la tarjeta de vacunación a los clientes
Terminó el período de gracia. A partir de hoy, la orden es simple, en los cinco condados de la ciudad de Nueva York la regla es: “no vacuna, no ingreso”.
El mandato, implementado en la Gran Manzana desde el pasado 17 de agosto, y que buscaba primero educar por varias semanas a los neoyorquinos sobre la prohibición de los no vacunados a sitios interiores de negocios comerciales como restaurantes, gimnasios, cafeterías, barras, museos, salas de cine, billares, discotecas, entra en vigor plenamente hoy cuando se comenzará a reforzar la medida por inspectores de la Ciudad con las multas y consecuencias que ello acarrea.
La iniciativa, denominada ‘La llave a Nueva York’, busca incentivar a que más personas mayores de 12 años se vacunen, al menos con la primera dosis contra el COVID-19, justo cuando los contagios siguen disparados y todavía hay un 33.2% de neoyorquinos sin inmunizarse.
Y aunque la mayoría de establec i mientos como el restaurante Bareburger, de Manhattan, está siguiendo a rajatabla el mandato, permitiendo a clientes que no presentan prueba de al menos la primera dosis de la vacuna, sentarse solamente en las mesas exteriores, la norma ha dividido opiniones.
Opiniones divididas sobre la medida
Juan Rodríguez, quien trabaja hace dos años como mesero, aseguró apoyar la normativa para que se impulse a más neoyorquinos a vacunarse y así garantizar la disminución en casos graves y eventuales muertes, pero teme que con la llegada del frío los restaurantes pierdan clientela.
“Vacunarse debería ser una decisión de cada persona responsable, pero sé que como hay muchos que todavía tienen dudas, la Ciudad los está acorralando, pero creo que pudiera haber otras maneras más efectivas de hacerlo, porque cuando llegue noviembre muchos van a preferir no venir, pues no se van a sentar afuera con el frío”, dijo el joven mexicano.
Ramón Alejandro, del restaurante Tacos del Alto Manhattan, también compartió esa preocupación y aseguró que más que penalizar a los negocios con multas cuando inspectores empiecen a visitar lugares y vean que clientes no tienen el registro de vacunas, la penalidad debería ser para cada persona.
“Una vez más los negocios somos los que vamos a llevar la peor parte en todo esto. La obligación de que la gente se vacune no es de nosotros, y muchas veces, hay clientes que uno sabe que son buenos, dejan buenas propinas pero no tienen vacuna, entonces vamos a tener que negarles la entrada o dejarlos entrar a expensas de que nos multen. Eso deberían replantearlo”, dijo el dominicano.
A pesar de las críticas y preocupaciones, las autoridades neoyorquinas han advertido que la norma no pretende ser una cacería de brujas para nadie, sino una manera más de fomentar la vacunación como la llave para disfrutar a plenitud de la ciudad.
“Esta es una forma en que todos seguimos avanzando juntos. Esta es la forma en que nos mantenemos saludables. Así es como recuperamos nuestra ciudad por completo”, defendió el alcalde Bill De Blasio la movida. “Ahora, ya hay muchos restaurantes, muchos establecimientos de entretenimiento que creen en esto. Lo están haciendo realidad porque quieren que sus clientes y empleados estén seguros (...) Si quieres experimentar toda la grandeza de la ciudad de Nueva York, puedes hacerlo. Todo lo que tienes que hacer es vacunarte”.
Además de colgar en un luga r v i sible de los nego - cios un póster anunciando que allí exigen registro de vacunación, las compañías necesitan crear “un plan de implementación por escrito que estará disponible para inspección”, que advierta la manera en que controlarán el cumplimiento de la pauta.
“Cualquier empresa que viole el mandato estará sujeta a una multa”, advirtió la Administración De Blasio, penalidades que pueden llegar hasta $1,000 la primera vez y hasta $5,000 las futuras violaciones.
Las pr uebas de vacunación podrán ser el carné de inmunización, una fotografía o un escáner de la tarjeta de vacunas.
A partir de hoy inspeccionarán el cumplimiento de ingreso a espacios interiores, lo que no solo evitará que no vacunados entren a restaurantes, gimnasios y otros sitios, sino que tendrá consecuencias para los lugares que no la acaten, con multas de entre $1,000 y $5,000 «Una vez más los negocios somos los que vamos a llevar la peor parte en todo esto. La obligación de que la gente se vacune no es de nosotros, y muchas veces, hay clientes que uno sabe que son buenos, dejan buenas propinas pero no tienen vacuna, entonces vamos a tener que negarles la entrada o dejarlos entrar a expensas de que nos multen. Eso deberían replantearlo». Ramón Alejandro, del restaurante Tacos del Alto Manhattan