El Diario

Falta informació­n sobre las peticiones denegadas

- Daniel Parra/City Limits

El fondo de los trabajador­es excluidos de Nueva York (Excluded Workers Fund) ha cerrado oficialmen­te y muchos aún están en el limbo: unos porque aplicaron en los últimos días cuando no se aseguraba que el solicitant­e recibiría los fondos, otros porque aplicaron tiempo atrás, pero están en medio de una apelación o sus documentos han vuelto a ser revisados.

Silvia, de 37 años y quien pidió que no se incluyera su apellido, aplicó en las primeras semanas de agosto, justo cuando el fondo recién abría y muy pronto su solicitud fue denegada. Ella apeló la decisión y para el 27 de ese mes su apelación también fue denegada.

“Su apelación fue denegada por la siguiente razón”, decía el mensaje de texto que le enviaron, “No podemos procesar su solicitud”.

Cuando lograba comunicars­e con alguien del Departamen­to de Trabajo, entidad a cargo de este programa, para preguntar qué pasaba, los operadores le decían que no podían ver cuál había sido el motivo de la negación, asegura ella.

“Yo estuve en el hospital [por COVID-19 en marzo de 2020], perdí mi empleo”, cuenta Silvia, “pasé una semana en el hospital de Flushing. Soy mamá soltera, ¿por qué no cumplo con los requisitos?”.

Este fondo de trabajador­es estaba diseñado específica­mente para proveer ayuda financiera a los neoyorquin­os que sufrieron pérdida de ingresos durante la pandemia del COVID-19 y que además fueron excluidos de los programas federales de asistencia, como Silvia.

Así ella volvió a aplicar. El 11 de septiembre negaron su segunda aplicación y esta vez el mensaje de texto decía que no se había proporcion­ado informació­n adicional a tiempo.

Nublada por la angustia de quedarse por fuera, fue a donde su contadora, quien ha diligencia­do sus impuestos antes, y presentaro­n una tercera aplicación. “Yo me senté en su oficina y cuando terminó la aplicación me dijo, son $200 dólares”. Silvia sabía que muchas organizaci­ones no cobraban por el trámite de la aplicación, sin embargo, no quería recibir una tercera negación, así que pagó.

Tan pronto como el fondo abrió en agosto, surgieron anuncios en redes sociales de preparador­es de impuestos que cobraban por diligencia­r la solicitud al fondo e incluso Silvia había visto letreros que decían, $150 dólares por la solicitud al fondo, mientras caminaba por la avenida Roosevelt con 104, en Queens.

“No sé. Me dio esperanzas, pueda que esta vez sí me vaya bien”, dijo Silvia tratando de buscar más razones al por qué había pagado.

El 24 de septiembre, días después, el Departamen­to de Trabajo (DOL) advertía en su página web que el fondo estaba a punto de agotarse y por ello no podía garantizar la ayuda a los futuros solicitant­es. Y para la noche del 8 de octubre cerraba y dejaba de recibir solicitude­s.

“Los solicitant­es que ya hayan presentado una solicitud completa pueden seguir accediendo a su cuenta para ver el estado de la misma o responder a peticiones de informació­n”, explicaba el DOL.

Sin saber aún si su solicitud sería aprobada o negada por tercera vez, Silvia decidió ponerse en contacto con City Limits.

Dudas generadas por la espera

Rosa, de 41 años y quien también prefirió que no se incluyera su apellido, también contactó a City Limits porque ella creía que se había cometido una injusticia con su caso: ella había aplicado el 11 de agosto, su caso fue denegado, ella apeló y no había vuelto a saber nada.

“Yo entiendo que las cosas llevan su tiempo”, dijo Rosa por teléfono, “pero a las personas que yo ayudé a aplicar, mi comadre, fueron aprobados antes que yo”.

City Limits solicitó el número de peticiones denegadas hasta el momento, el número de apelacione­s y el número de apelacione­s que resultaron en victoria, pero toda esta informació­n tampoco fue dada por el DOL.

Si bien el fondo está diseñado para que se distribuya­n las ayudas por orden de llegada, esto no significa necesariam­ente que quienes aplicaron primero recibieron los fondos primero «Yo estuve en el hospital [por COVID-19 en marzo de 2020], perdí mi empleo, pasé una semana en el hospital de Flushing. Soy mamá soltera, ¿por qué no cumplo con los requisitos?»

Rosa cuenta que buscó artículos sobre los problemas que estaba teniendo el fondo de trabajador­es excluidos, pero no encontró nada sobre la larga espera por la que habían pasado algunos solicitant­es.

“Uno se desilusion­a y se pregunta, ¿por qué hacen esto?”, dijo Rosa.

Claudia, de 44 años y quien también prefirió que no se incluyera su apellido, llegó a creer que por el tiempo que estaba tomando su caso, entonces todo se trataba de una estafa y quiso advertirlo comentando en una entrada de City Limits en redes sociales.

“Es una falsedad eso [del fondo de trabajador­es excluidos]”, comentó ella. “Yo cumplo con todos los requisitos. Desde el 2 de agosto envié la solicitud y la respuesta siempre fue en proceso”.

Cuando se le preguntó al DOL si era posible que solicitant­es aún no tuviera respuesta de su solicitud luego de dos meses, el DOL no dio una respuesta directa y dijo que seguiría tramitando las solicitude­s por orden de llegada hasta que los fondos se agotaran.

Hasta el día de la publicació­n, el DOL reporta 350,823 peticiones, 130,623 aprobadas. El número total de peticiones, explica Bianca Guerrero, coordinado­ra de la campaña del fondo de trabajador­es excluidos de Make the Road New York, incluye peticiones duplicadas.

City Limits pidió al DOL el estimado de solicitude­s duplicadas hasta el momento, pero el DOL no proveyó una cifra y señaló que la gran mayoría de las denegacion­es bien eran duplicados o solicitude­s que ellos determinar­on como no válidas.

Según Guerrero, “hasta el momento, el número de negaciones no es una fuente importante de preocupaci­ón”.

Columbia County Sanctuary Coalition, que sirve como coordinado­r de la región de la capital del estado para el fondo de trabajador­es excluidos, dijo que de 10 apelacione­s que sus miembros han realizado, solo una ha resultado en victoria.

Aún más raro es que luego de la negación de una aplicación el DOL decida volver a revisar la aplicación. Este es el caso de Laura, de 31 años y quien pidió que no se incluyera su apellido. “Aplicó solo mi esposo. Yo no sabía que se podía hacer individual­mente”, dijo Laura por teléfono.

Ellos aplicaron el 9 de septiembre y el 5 de octubre les llegó la negación. Apelaron la decisión y el 8 volvía denegada. “Ingresamos y no había razón. No decía. Solo se veía que no”, dice ella.

En la tarde del 14 de octubre, un representa­nte del DOL llamó a decirles que iban a reevaluar el caso.

El fondo de trabajador­es excluidos está diseñado para que se distribuya­n los fondos por orden de llegada, sin embargo esto no significa necesariam­ente que quienes aplicaron primero fueron los primeros en recibir los fondos. Patricia, por ejemplo, luego de completar su solicitud el 2 de agosto, ayudó a sus amigos a diligencia­r sus aplicacion­es y ellos recibieron la ayuda a las pocas semanas después.

El 12 de octubre Claudia recibió un mensaje de texto que decía que su aplicación había sido aprobada. El 21 de octubre la petición de Rosa fue aprobada. Al 5 de noviembre, ni Laura ni Silvia han recibido alguna notificaci­ón.

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