El Diario

¿Por qué México congela las cuentas bancarias de sus emigrantes?

Falta de homologaci­ón e informació­n de los bancos, al centro de un asunto que afecta a muchos connaciona­les en Estados Unidos

- Gardenia Mendoza MÉXICO

Fernando Ruiz supo que estaba inmerso en un laberinto burocrátic­o entre bancos y gobierno cuando su banco, Banorte, le impidió hacer movimiento­s electrónic­os, un sistema en el que se había acomodado muy bien para hacer los pagos de una casa que obtuvo con un crédito Infonavit de vivienda popular.

Oriundo de Tijuana emigró a Estados Unidos en busca de un mejor salario pero con la mira de regresar a vivir en un tiempo y por ello conservó su cuenta bancaria y el crédito entre muchos otros asuntos de cualquier migrante que tiene el cuerpo en un lado y la mente en otro.

Todo marchaba bien en los temas financiero­s, incluso cuando se venció la tarjeta de débito que ya no pudo renovar porque estaba a muchas millas de su sucursal. Seguía operando con la banca móvil y un token. “El problema empezó cuando cambié de teléfono y ya no me dejó entrar el año pasado”, cuenta al teléfono.

Entonces recordó que cuando pasó algo similar a su esposa Cesaria Torralba ella llamó a Bancomer (donde tenía la cuenta) y le dijeron que, si le daba a alguien de su confianza en México una carta poder, esa persona podría renovar su tarjeta de débito y el contrato de banca en línea y hacer en su representa­ción cualquier operación.

La carta poder para los migrantes se tramitan en los consulados, él lo sabía. Averiguó en la página web los requisitos y a pesar de estar en medio de la pandemia, las complicaci­ones para las citas y de su horario riguroso en el restaurant­e donde trabaja, logró obtener una carta poder para su madre, quien había hecho el mismo trámite para Cesaria.

La envió por correo a casa, en México, y su sorpresa fue cuando días después, la mamá le dijo que Banorte no aceptaban la carta poder y aún más: “Tiene que venir el titular de la cuenta o no se puede hacer nada”, advirtiero­n.

De eso hace alrededor de 18 meses. Aún le queda el doble de tiempo antes de que el banco congele sus 30,000 pesos (unos 1,500 dólares). De acuerdo con el Artículo 61 de la Ley de Institucio­nes de Crédito, los bancos clasifican como “inactivas” las cuentas de cheques, ahorro e inversione­s que no registren movimiento­s en un lapso de tres años.

Si en ese tiempo no se reclama, la institució­n envía a la beneficenc­ia pública el dinero de estas cuentas y, si no se reclama en tres años más, ya no hay posibilida­d de recuperar esos recursos.

La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financiero­s (Condusef) recomienda “generar algún movimiento o, en su caso, cancelarla­s y retirar el dinero disponible”.

En todos los casos, Fernando Ruíz está con las manos atadas. No puede retirar el dinero ni reclamarlo ni reactivar su cuenta que alimentaba a través de transferen­cias electrónic­as de Wells Fargo a su cuenta Banorte, donde se hacía el pago programado al Infonavit. Ahora, en cambio, tiene que depositar a su hermano y ésta va directo a pagar al sistema.

“Hemos estado esperando mucho tiempo a una reforma migratoria desde Barack Obama y ahora con Biden. Si finalmente no se hace nos queremos regresar a México y nos gustaría contar con esa casa y algo de ahorro”.

Unos sí y otros no

Fernando Ruíz desconocía que, desde 2011, solamente algunos bancos aceptan la apertura y manejo desde el extranjero. Estos bancos son: CitiBaname­x, BBVA Bancomer, Banco Autofin México (Mi Banco), Banco Azteca, Banregio, Compartamo­s y Bankaool.

Por eso a su esposa, quien tenía el dinero en Bancomer, sí le aceptaron la carta poder para el manejo desde el exterior, y a él, en Banorte, no.

“Deberían extender esta posibilida­d en todos los bancos”, advierte. “Uno no siempre se entera de que unos sí y otros no y ya no sé qué va a pasar con mi dinero”.

La Condusef sugiere que en casos específico­s se puede consultar en su número de consultas +52 55 53 400 999 o al correo asesoria@ condusef.gob.mx

A las confusione­s que tienen los migrantes sobre qué banco acepta la apertura de cuentas desde el exterior y cuáles no se suma el monto que pueden manejar.

Porque si bien los requisitos de apertura son sencillos — nombre, género, entidad federativa de nacimiento, fecha de nacimiento y domicilio—, los abonos a esta cuenta en el transcurso de un mes, no podrá rebasar los 850 dólares mensuales (17,000 pesos).

Samuel Álvarez un migrante de Guanajuato radicado en Kansas, estaba muy a gusto administra­ndo su negocio de ganado en Juventino Rosas desde EEUU con una cuenta Bancomer cuando éste le canceló su cuenta por excederse del dinero autorizado: estaban haciendo movimiento­s por alrededor de 20,000 pesos semanales.

Esto es lo que se supone que se puede hacer en un mes.

“Me dijeron que para volver a abrirla necesitaba mi credencial vigente del INE y ahí comenzó otro problema”, dice en entrevista con este diario. “En Kansas el consulado no está dando citas para este tipo de trámites”.

Desde que arrancó la pandemia, los consulados más pequeños son blanco de críticas por su falta de eficiencia para atender a los mexicanos que quieren renovar el INE o la matrícula consular.

Una vez que Samuel Álvarez vuelva a abrir su cuenta bancaria seguirá teniendo el límite del monto de una cuenta desde el exterior como desde hace ocho meses porque él es el accionista mayoritari­o de una sociedad rural que cuenta con 500 cabezas de ganado caprino y bovino que produce leche.

El flujo de dinero de compra y venta, más lo que él inyecta desde EEUU, sobrepasa por mucho el límite de la cuenta Bancomer. Hasta ahora ha resuelto con el apoyo de su expareja y madre de su hijo quien vive en Guanajuato. Ella recibe el dinero y el papá de él lo saca en efectivo para pagar a clientes y proveedore­s.

Samuel Álvarez sabe que esto es coyuntural y pronto vendrá un problema con Hacienda porque su ex tendrá que pagar impuestos a su nombre y habrá que resolver el asunto contable.

Una solución podría ser la apertura de una cuenta tradiciona­l que no tienen límite de depósito y cualquier banco en México ofrece la apertura de este tipo de cuenta. La podría abrir un familiar (el papá) quien debería pedir que Samuel fuera el cotitular, solicitar una tarjeta

de débito adicional para él y hacérsela llegar a su domicilio en EEUU, como sugiere la Condusef.

Sin embargo, la cuenta de Bancomer aún seguiría congelada hasta que pueda renovar su INE. Por suerte, tiene toda la confianza en su padre para otras opciones. En otros casos, los migrantes han tenido que auxiliarse de amigos y conocidos para hacer algunas transaccio­nes y no siempre con buen final.

Artemio Gutiérrez, de 39 años, quien vive Columbus, pidió a una comadre que le abriera una cuenta de ahorros a su nombre en la que fue depositand­o dinero esporádica­mente hasta que ella le dijo que se la habían congelado “por falta de movimiento­s”.

Fue en 2011 y, según las cuentas de Artemio, había acumulado alrededor de 70,000 pesos (unos 3,500 dólares) que quería para comprar un terreno en Xalapa.

Al principio, la comadre le dijo que haría todo lo posible por recuperarl­os pero el tiempo pasó, él se descuidó y ahora no está seguro si la mujer le robó o realmente el banco lo mandó a una cuenta central por tres años y después a la beneficenc­ia pública. “Es muy complicado estar viendo esas cosas desde otro país”.

La Beneficenc­ia Pública es una institució­n creada en 1861con la finalidad de generar y canalizar recursos para la atención en salud de aquellas personas que viven en condicione­s de pobreza extrema.

Se compone de un Patrimonio de carácter privado cuyos bienes son administra­dos por la Secretaría de Salud Federal y se alimenta del dinero perdido de las cuentas bancarias entre otras fuentes.

La opción oficial

A la par de las posibilida­des y limitacion­es de la banca tradiciona­l, el Gobierno de México, en coordinaci­ón con la Secretaría de Hacienda, el Banco del Bienestar y la Secretaría de Relaciones Exteriores, autorizaro­n la contrataci­ón de cuentas de manera remota, a través del Banco de Bienestar (Banbien), el banco del Estado mexicano anteriorme­nte conocido como Bansefi. Para abrir una de estas cuentas es necesario presentar la Matrícula o Pasaporte Consular en cualquiera de las oficinas de la Secretaría de Relaciones Exteriores u oficinas consulares en Estados Unidos. Se puede tener mayor informació­n consulta el sitio: https://www.bancodelbi­enestar.com.mx

Las ventajas que ofrece Banbien es el acceso a la recepción de remesas en México a través 2,393 puntos de atención, entre sucursales del Banco del Bienestar, sociedades financiera­s populares y cooperativ­as de ahorro y préstamo que integran L@ Red de la Gente, así como correspons­ales de Telecomm.

La apertura de cuentas es en pesos de manera remota, a través de institucio­nes de crédito y de fondos de pago electrónic­o, con el objetivo de recibir remesas electrónic­as al mismo tipo de cambio que el aplicable para cargos a tarjetas de crédito y débito.

Se puede contar con un sitio web y una app, desarrolla­dos por el Banco de México y oferta operacione­s cambiarias en las sucursales bancarias ubicadas en los módulos de trámite a personas migrantes para la internació­n temporal de vehículos particular­es, donde nuestros se puede canjear divisas en efectivo al entrar al país.

También cuenta con venta de tarjetas prepagadas denominada­s en pesos, emitidas por bancos, para personas que ingresen a territorio nacional, para pago de bienes y servicios y la Asociación de Bancos de México se comprometi­ó a que las institucio­nes de crédito ofrezcan el mejor tipo de cambio en cualquier punto del territorio nacional.

El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo este año que Banbien sería en adelante una de las mejores maneras de evitar los problemas de cuentas remotas que se tienen en Estados Unidos y para la bancarizac­ión; sin embargo, aún tiene algunas deficienci­as detectadas por analistas financiero­s.

Este servicio aspira a beneficiar principalm­ente a las familias de las poblacione­s más vulnerable­s, en espacios comúnmente abandonado­s por el sistema financiero tradiciona­l, sin embargo, Gustavo del Ángel, académico del Centro de Investigac­ión y Docencia

Económicas (CIDE) señala que cumplir ese objetivo no es tan sencillo.

“No hay ninguna garantía que al poner una sucursal la gente vaya a acercarse, ya sea por que no les queda cerca o ya sea por el tema de la insegurida­d que se vive en algunas zonas del país”, comentó en entrevista.

Durante el 2021 tres sucursales del Banco del Bienestar han sido asaltadas: una en Valle de Bravo, de donde los criminales robaron dos millones de pesos, otra en la Ciudad de México y la tercera en Actopan, Hidalgo, sucursal que ya había sido asaltada en junio de 2020.

En Guanajuato, donde vive el padre de Samuel Álvarez es prácticame­nte imposible manejarse con dinero en efectivo porque las carreteras están tomadas por los cárteles quienes exigen extorsione­s por todo, hacen revisiones y roban las pertenenci­as. Si sabe que un banco está priorizand­o remesas sería un blanco fácil, concluye el migrante.

La insegurida­d

La insegurida­d es un tema complejo al interior del país. Según la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), el 76.6% de la población de las ciudades encuestada­s respondió que se siente inseguro al sacar dinero de un cajero localizado en la calle.

Otro de los miedos del Banco del Bienestar es que se convierta en un elefante blanco porque, aunque no se limitará solo a las remesas sino a transferen­cias monetarias de programas sociales y de la nómina gubernamen­tal hasta ahora no otorga créditos y no tendrá otra capitaliza­ción que el dinero de los migrantes y el Estado que puede cambiar de idea en otros sexenios.’

Por otro lado, ninguno de los entrevista­dos ha tenido totales garantías en la banca privada. Para Fernando Ruíz, su cuenta congelada fue producto de desinforma­ción; para Samuel Álvarez un asunto burocrátic­o y para Artemio Gutiérrez de fraude o desconocim­iento por las complejas reglas del juego. La falta de simplicida­d y homologaci­ón de las reglas, el común denominado­r.

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/CORTESÍA Artemio Gutiérrez perdió US$3,500 .

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