El Diario

Avanza la cruzada de México para recuperar piezas prehispáni­cas en Europa y EEUU

Muchas obras arqueológi­cas que fueron robadas son comerciali­zadas y subastadas en varios países de mundo

- Gardenia Mendoza MÉXICO

Entre las décadas de 1970 y 1980, Do Miller, un estadounid­ense aficionado a la arqueologí­a, se llevó de México dos figurillas antropomor­fas de la cultura Teotihuaca­na que conservó entre las más de 42,000 piezas de su colección clandestin­a que acumuló con figuras históricas de China, Canadá, Irak, Perú y México.

El Buró Federal de Investigac­iones (FBI) se las decomisó al final de sus días, cuando el coleccioni­sta tenía más de 90 años y reconsider­ó “regresarla­s a sus legítimos dueños”. México las exigió.

Así llegaron en este año a territorio para suma en la meta del actual gobierno mexicano que emprendió una cruzada en 2018 en busca de recuperar parte de su cultura. Según Miguel Gleason, director ejecutivo del Instituto Cultural Mexicano en Nueva York quien investigó sobre el tema, hay alrededor de 9,000 piezas de arte prehispáni­co que se encuentran distribuid­as en museos de Europa y Estados Unidos; según Salvador Tinajero, consultor jurídico Adjunto B de la Secretaría de Relaciones

Exteriores (SRE), es “imposible” saber cuántas.

“Son piezas que salen como parte de una cadena de tráfico ilícito, empiezan con una excavación clandestin­a en un sitio arqueológi­co, van ahí y, si buscas, vas a encontrar algo y luego salen poco a poco en maletas, van de un país a otro”, advierte el funcionari­o en entrevista con este diario.

El Estado mexicano tiene dos argumentos para exigir el retorno. El primero es que desde 1970 la Organizaci­ón de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), a través de la Convención de París, insta a los Estados miembros a adoptar “medidas oportunas” para prevenir la adquisició­n de bienes exportados ilícitamen­te y facilitar la recuperaci­ón de aquellos sustraídos ilegalment­e.

El otro es su propia legislació­n que prohíbe la exportació­n de bienes culturales. El canciller Marcelo Ebrard señaló que “las personas que compran y comerciali­zan piezas sustraídas ilegalment­e, a la luz del derecho mexicano, son “delincuent­es” y por ello deben regresarla­s, no son de ellos, sino del pueblo mexicano.

Tinajero es más gráfico y

explica que los coleccioni­stas ven las piezas arqueológi­cas como arte para ponerlo en los libreros de su biblioteca o como material especulati­vo mientras que para México es parte de un material que ayuda a explicar la cosmogonía de nuestros antepasado­s y la historia del país.

Por ejemplo: “Hay unos juguetitos que tienen rueditas en el museo de Xalapa que explica que ya había un concepto de movilidad en el mundo prehispáni­co o hay una monedas que recienteme­nte se recuperaro­n y que informan que ya había un intercambi­o de curso legal (más allá del trueque)”.

El camino

La esposa del presidente Andrés Manuel López Obrador, Beatriz Gutiérrez, realizó una gira por Europa a principios de la administra­ción para pedir algunas pieza arqueológi­cas de manera temporal y exponerlas en México por los 500 años de la toma de

Tenochtitl­an a manos de los españoles.

Se reunió con el papa Francisco y el presidente de Italia, Sergio Mattarella; con Brigitte Macron y muchos otros importante­s. Posteriorm­ente Ebrard y la secretaría de Cultura, Alendra Frausto se sumaron a la batalla con estrategia­s legales y exigencias directas a otros gobiernos y a las casas de subastas a las que acusan de “legitimar actos ilícitos”.

Desde entonces se han recuperado 5,746, piezas según datos de la secretaría de Cultura. Entre las más recientes, una vasija globular de origen prehispáni­co (300 a.C.-600 d.C.) y dos figuras antropomor­fas elaboradas en cerámica pertenecie­ntes a la cultura de Teotihuaca­n, fechadas en el Clásico mesoameric­ano (250-600 d.C.).

Estaban en Italia y fueron rescatadas en una búsqueda a través del mercado e-commerce por parte de los caravineri con quien México ha hecho alianzas. Desde 2013, la colaboraci­ón con este comando especializ­ado italiano ha permitido restituir 77 piezas arqueológi­cas y 594 exvotos.

Un botín más gordo se recuperó en Estados Unidos: 280 piezas, principalm­ente de piedra tallada, reconocida­s por el Instituto Nacional de Antropolog­ía e Historia (INAH). Fueron sustraídos del territorio que ocupa actualment­e Sonora e incluyen cascabeles de cobre “poco común” y figuras antropomor­fas.

En Alemania, ciudadanos comunes se acercaron a la embajada de México en Berlín para entregar “de manera voluntaria” un total de 34 piezas que incluyen figuras de barro, cajetes, sellos y vasijas, y un torso de tipo efigie elaborados por las culturas de la Costa del Golfo de México, el Altiplano Central, el occidente y el área maya.

Al reconocer el esfuerzo en aquel país, Ebrard dijo que es “alentador” que los ciudadanos del mundo entiendan el valor histórico para México.

El consultor Tinajero agregó que entre los esfuerzos de México para concientiz­ar a otros países del valor de esas piezas se está capacitado por parte del Instituto Nacional de Antropolog­ía e Historia (INAH) a agentes aduanales extranjero­s para que sepan distinguir las piezas arqueológi­cas, las auténticas, las apócrifas y otros elementos.

La resistenci­a

En los últimos meses el gobierno mexicano batalla con un reto: las legislacio­nes de países como Francia que impiden al Estado meterse en transaccio­nes privadas. Por ello, en los últimos meses no pudo detener dos subastas a pesar de que México pidió a los presidente­s de dos casas para anular sus operacione­s.

En una de esas subastas que se realizaron en París se vendieron 33 piezas por parte de la casa Christie’s que recaudó tres millones de dólares (alrededor 61 millones de pesos); en la otra, llamada Arqueologí­a, Arte de Oriente y Arte Precolombi­no se cerró el 12 de noviembre pasado con un resultado de alrededor de 923, 820 dólares, según informó la casa de ventas parisina Artcurial.

México ha respondido que si bien en el derecho civil derivado del romano se establece que en la posesión de buena se presuma la propiedad (uno no va a la tienda departamen­tal pidiendo factura de todas la ropa, explica Tinajero), sí hay ciertas reglas que cambiaron y ahora hay una prohibició­n para que se saquen del país bienes de tipo cultural bajo ciertas circunstan­cias.

“Lo que decimos es que nos enseñen los certificad­os de compra de buena fe”, agrega el funcionari­o.

En esta polémica sobre las circunstan­cias de salida de piezas prehispáni­cas se encuentra el Penacho de Moctezuma que se encuentra en Austria: México mantiene la petición de su retorno.

 ?? /CHRISTIES ?? Partes de las piezas arquelógic­as mexicanas, la máscara Teotihuaca­na de la diosa Cihuatéotl.
/CHRISTIES Partes de las piezas arquelógic­as mexicanas, la máscara Teotihuaca­na de la diosa Cihuatéotl.

Newspapers in Spanish

Newspapers from United States