Prueban eficacia de vacunas contra la nueva variante
La mutación Ómicron de Covid-19 enciende las alarmas médicas por su poder de contagio
Los principales fabricantes de vacunas contra Covid-19 en occidente, entre ellos los estadounidenses Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson, informaron de que ya están probando la efectividad de sus productos contra la nueva variante detectada en el África austral.
Pfizer y su socio alemán BioNTech emitieron un comunicado en que explicaron que sus laboratorios ya están analizando esta variante para determinar si su vacuna (una de las más usadas en Estados Unidos y en países europeos) podría necesitar algún tipo de “ajuste”.
Por su parte, Moderna alertó de que las mutaciones observadas en la variante son “preocupantes” y explicó que probará varias dosis de refuerzo de su vacuna para ver cuál es la reacción.
Johnson & Johnson, que comercializa su vacuna en Europa bajo el nombre de su subsidiaria Janssen, apuntó que ya está probando la efectividad de su producto “contra la nueva variante de rápida propagación que se identificó en el Sur de África”.
También la estadounidense Novavax y la británica AstraZeneca dijeron estar analizando el efecto de sus vacunas contra esta nueva variante.
En paralelo, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) consideró “prematuro” prever si se necesitará adaptar las vacunas de Covid-19 “con una composición diferente” para hacer frente a la nueva variante emergente de coronavirus, y subrayó que la actual información sobre el funcionamiento de esta cepa es “insuficiente”.
“Si se demostrara que una nueva variante mutada evade la inmunidad y se propaga rápidamente en lugares donde predomina (ahora) la variante delta, sería relevante iniciar las actividades relacionadas con la actualización de las vacunas”, admitió la agencia europea.
La detección de esta nueva variante en Sudáfrica preocupa a la comunidad científica porque presenta una amalgama de más de 30 mutaciones que, si bien algunas ya se habían observado en otras variantes, como la beta, esta es la primera vez que se ven juntas.
Informe de expertos de la OMS
Mientras, no hay indicios todavía de que la nueva variante Ómicron provoque más casos graves de COVID-19 o con síntomas diferentes a los de cepas anteriores, destacó ayer el grupo de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que estudia esta última evolución del SARS-CoV-2.
Aunque la tasa de hospitalizaciones por COVID-19 ha aumentado en los últimos días en Sudáfrica, el país donde se detectó primero la va
riante, “ello podría ser resultado de un aumento general de los infectados, y no sólo de contagios específicos con la variante Ómicron”, señalaron los expertos en un comunicado.
Por otro lado, muchas de las primeras infecciones por Ómicron reportadas son de estudiantes universitarios, “jóvenes que tienden a sufrir formas mas moderadas de la enfermedad”, destacaron los miembros del Grupo Asesor de Expertos en la Evolución de Virus de la OMS.
El grupo de estudio insistió en que “comprender el nivel de gravedad de la variante ómicron podrá tardar varios días o semanas”.
Los expertos añadieron que la variante parece aumentar el riesgo de reinfección (la posibilidad de que una persona que ya ha tenido previamente COVID-19 vuelva a contraer la enfermedad), pero que “todavía no está más claro si es más contagiosa” en otros casos.
Sobre la respuesta de los tratamientos anticovid, los científicos señalaron que los corticoesteroides y los antagonistas de interleucina-6 (IL6) parecen seguir siendo eficaces en pacientes graves, mientras que no hay conclusiones todavía sobre la respuesta de las vacunas existentes a la variante Ómicron.
Una nueva pesadilla
De todas formas, la nueva variante ha vuelto a restringir la actividad social en varios países europeos, mientras que cada vez son más los que blindan sus fronteras frente a los vuelos procedentes de países de África austral para intentar frenar el aumento de los contagios.
Países Bajos está ya en confinamiento nocturno para las actividades no esenciales, el Reino Unido reintroducirá el martes mascarillas en tiendas y transporte e Israel se ha convertido en el primer país del mundo en reintroducir la prohibición de entrada al país de los extranjeros.
Mientras tanto, siguen apareciendo casos de la variante Ómicron: las autoridades sanitarias de Países Bajos confirmaron ayer domingo la presencia de al menos 13 casos entre los 61 pasajeros
que dieron positivo el pasado viernes tras aterrizar en el aeropuerto de Ámsterdam en dos vuelos procedentes de Sudáfrica.
Mascarillas obligatorias
Las mascarillas volverán a ser obligatorias en comercios y el transporte público en Inglaterra a partir del próximo martes, indicó ayer el ministro de Sanidad, Sajid Javid, lo que supone una importante “marcha atrás” con respecto a la eliminación de las restricciones del pasado mes de julio.
Ese mismo día se pedirá a los viajeros vacunados que se hagan un test PCR, y no de antígenos, a su regreso al Reino Unido.
Javid dijo que la situación “no está ni de lejos” tan mal como para pedir trabajar desde casa o reintroducir la obligación de mantener la distancia personal o reducir el contacto social.
Más fronteras blindadas
De todas las medidas de blindaje fronterizo, la de Israel es la más tajante: vuelve a cerrar sus fronteras a todos los extranjeros durante dos semanas para contener la propagación de la variante ómicron de la covid-19 y se convierte así en el primer país del mundo en hacerlo.
El gabinete interministerial de coronavirus decidió anoche el cierre de los aeropuertos a vuelos internacionales de todo el mundo, así como reimponer la cuarentena obligatoria a los israelíes que regresen al país, medidas que se impondrán en la madrugada de este lunes.
Pero además, Filipinas ha sido el primer país que impide la entrada desde ayer no solo a los extranjeros que en las dos últimas semanas hayan estado en siete países africanos (Sudáfrica, Botsuana, Namibia, Zimbabue, Lesoto, Suazilandia y Mozambique), sino que incluye además a países europeos (siete en total: Austria, la República Checa, Hungría, Países Bajos, Suiza, Bélgica e Italia).
Indonesia y Nueva Zelanda también decidieron ayer restringir la entrada de viajeros extranjeros procedentes de países de África austral.