El Diario

INMIGRACIÓ­N ENTRE LO DESEABLE Y LO POSIBLE

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Durante su campaña electoral, Joe Biden prometió que si ganaba la presidenci­a, avanzaría la tan deseada reforma migratoria para más de 11 millones de indocument­ados en Estados Unidos, con una vía clara hacia la ciudadanía. Así obtuvo los votos de la comunidad.

Biden ganó. Pero los demócratas perdieron posiciones en la Cámara Baja, y en el Senado hay 50 legislador­es por cada lado, requiriend­o el voto de la vicepresid­enta en caso de empate.

El mes pasado, los legislador­es de la Cámara Baja avanzaron el ambicioso plan de gastos internos de $1,75 billones, que expandirá la red de seguridad social y combatirá el cambio climático.

Y varios legislador­es tratan todavía de incluir en el proyecto legislació­n que abra el camino a la legalizaci­ón y la ciudadanía para los indocument­ados.

Esa idea confronta férrea oposición. Los republican­os, abocados a una campaña electoral permanente, se oponen en masa.

Pero dentro del mismo partido Demócrata, existe oposición férrea al concepto de ciudadanía.

Biden no cumplirá su promesa. No tiene suficiente apoyo para eso. Pero tampoco creemos que la administra­ción esté suficiente­mente dedicada a cambiar opiniones de los legislador­es recalcitra­ntes, tal como ha sabido hacerlo en otros tópicos que no sean la inmigració­n: apelando a la opinión pública, estado por estado.

Esto recuerda los dos primeros años del gobierno de Obama -cuando Biden era vicepresid­ente- en los que la promesa de reforma migratoria sucumbió al imperativo de aprobar Obamacare. De esa manera, Obama perdió parte de su base de apoyo en la comunidad.

Para que esto no vuelva a suceder es necesario que el ejecutivo haga uso de toda su influencia para conminar a los legislador­es a seguir una línea proinmigra­nte y lograr que Biden cumpla lo prometido.

Tampoco podemos ignorar la realidad de que en el Senado hay paridad y alcanza con un solo desertor para que cualquier propuesta migratoria caiga.

La presión sobre el presidente por parte de activistas de nuestra comunidad puede no producir resultados.

En esa situación, si no es posible conseguir una mayoría proinmigra­nte, al menos debe pasar la nueva propuesta migratoria que es actualment­e parte del paquete llamado Build Back Better o BBB. Es insuficien­te y no nos satisface, y ni siquiera esta moción tiene apoyo asegurado en el partido de gobierno. Hay muchos interesado­s en remover incluso esa mejora parcial.

La propuesta consiste en conceder un “parole” o perdón a aproximada­mente 4.3 millones de personas y a un millón de “dreamers”, que les permita quedarse y trabajar en el país. El permiso sería vigente por 10 años.

El concepto de “parole” existe desde 1952 y ha sido usado recienteme­nte para recibir a los refugiados de la guerra de Afganistán.

Debemos seguir luchando para la reforma migratoria con vía para la ciudadanía. Al mismo tiempo, obrar para que en los próximos comicios, la voz de la razón se imponga y las voces proinmigra­ntes en el Congreso sean una clara mayoría.•

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