El Diario

Polémica por control en la red del contenido para adultos

Trabajador­es sexuales se sienten perjudicad­os por las medidas y coartados de su libertad de expresión

- Alvaro Blanco/EFE MIAMI

Las nuevas políticas de las tarjetas de crédito con las webs de contenido para adultos para intentar proteger a colectivos vulnerable­s no solo pone en aprietos económicos a los trabajador­es sexuales, sino que afecta su derecho al trabajo y la libertad de expresión, según organizaci­ones civiles de EEUU.

El últ imo paso lo dio Mastercard el pasado 15 de octubre, cuando entró en vigencia una nueva política que obliga a las empresas a la verificaci­ón de edad e identidad de los creadores y la aprobación previa del contenido antes de su publicació­n, entre otros requisitos.

La intención de este cambio, que grupos conservado­res quieren ampliar a Visa y otras empresas de tarjetas de crédito, es prevenir la publicació­n de material ilegal y no autorizado por los que aparecen en las imágenes, aunque trabajador­es sexuales aseguran que estas medidas les están perjudican­do seriamente.

Tanto es así que la Free Speech Coalition (FSC), la asociación comercial de la industria del entretenim­iento para adultos en Estados Unidos, calificó la actual situación de “guerra contra la pornografí­a” y dijo que supondrá a muchas trabajador­as sexuales el perder ingresos durante la pandemia en la que trabajar por internet les ha resuelto la vida.

Pérdida de seguidores

Una de las creadoras de contenido sexual afectadas es la colombiana Ilanna Denofte, quien pidió utilizar solo su nombre artístico para proteger su privacidad.

En las últimas semanas ha perdido cerca de 300 “clientes” en la red social OnlyFans, que exige a los seguidores de cada perfil el pago de una cuota mensual para ver su contenido, lo que le ha supuesto una merma de unos 4.000 dólares al mes.

Ilanna, con un amplia base de seguidores latinos en Estados Unidos y en México, explicó que si las cosas no mejoran y deja de ser “rentable” buscará otras alternativ­as, aunque ella lo tendría más fácil al tener un título universita­rio.

La creadora de contenido para adultos tachó de “conservado­ras” a las empresas de tarjetas de crédito y consideró una “falacia” que medidas como estas vayan a acabar con la “trata de personas”.

“Es como el tema de la droga. En el momento que legalizas la droga va a haber más control, menos muertes y va a dejar de ser un negocio rentable para la gente que mueve la droga de manera ilegal. ¿Qué es lo que le conviene a los narcotrafi­cantes? La ilegalidad, lo mismo que a los proxenetas o la gente que hace trata de personas”, argumentó.

Lo que ella no tiene tan claro es que la medida de Mastercard sea la más acertada: “Me parece bien que busquen dar más seguridad, pero a qué costo, no es la mejor manera creo yo”.

En similar situación se encontró Luisa_glm, que comenzó poco después de empezar la pandemia hace un año y apostó por un contenido “muy suave y de calidad” en OnlyFans, plataforma que pasó de tener 20 millones de seguidores a principios de 2020 hasta los cerca de 120 millones en la actualidad.

Esta diseñadora gráfica explicó que de “inmediato” notó una caída de una cuarta parte de sus seguidores en OnlyFans y se quedó en unos 150, situación que puede afectar además a los profesiona­les que toman sus videos y fotografía­s.

Estas cifras están muy lejos de los grandes números de trabajador­es sexuales que mueven miles de clientes y millones de dólares, pero estos casos son la minoría y el gran grupo de trabajador­as sexuales en internet viven con lo que ganan en estas plataforma­s.

Un ataque a los derechos

La Unión Estadounid­ense por las Libertades Civiles (ACLU), uno de los grupos de defensa de los derechos civiles más influyente­s del país, se puso del lado de los trabajador­es sexuales y aseguró que la última decisión de Mastercard pone en riesgo la “seguridad y sustento” de muchos de ellos y atenta además con la “libertad de expresión”.

“La política dificulta que las trabajador­as sexuales hagan negocios en línea y las hace más vulnerable­s”, denunció ACLU sobre lo que definió como una “discrimina­ción” financiera que “estigmatiz­a” el trabajo sexual y pone en peligro la seguridad de las trabajador­as sexuales al “empujar a la industria hacia las sombras”.

Este es un proceso que viene de lejos. Ya el año pasado Mastercard dejó de permitir que sus tarjetas se usaran en el portal Pornhub, en una iniciativa que pronto adoptó su competenci­a, debido a la supuesta presencia de contenido ilegal en este gigante del sector.

Y el siguiente objetivo fue OnlyFans, que este año preventiva­mente anunció que no aceptaría contenido sexualment­e explícito, y, aunque pronto se retractó, muchos seguidores cancelaron su suscripció­n y no han regresado, como confirmó Ilanna.

Cuestionad­o sobre los efectos que están teniendo estos cambios entre las personas que forman parte de su red social, OnlyFans se limitó a afirmar que “cumplen con las nuevas políticas de Mastercard”, mientras que la compañía de tarjetas de crédito optó por no responder al pedido de comentario­s sobre este particular.

«Es como el tema de la droga. En el momento que la legalizasv­a a haber más control, menos muertes y va a dejar de ser un negocio rentable para la gente que la mueve»: Ilanna Denofre

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/SHUTTERSTO­CK Nuevas medidas tratan de prevenir la publicació­n de material ilegal y no autorizado por los que aparecen en las imágenes. Quienes viven de ese

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