Bodegueros luchan para no hundirse en la ola del comercio digital
Otros negocios considerados como “instituciones” tradicionales de las calles neoyorquinas, al igual que los taxis amarillos, está enfrentando la amenaza de ser desplazados por las nuevas tecnologías.
Pero esta vez, los “amenazados” no están dispuestos a apartarse fácilmente.
Se trata de miles de bodegueros de la Gran Manzana quienes anuncian que en esta primavera seguirán hablando más alto a las autoridades de la Ciudad sobre la proliferación, sin pausas, de las denominadas “tiendas oscuras”, instaladas por nuevas aplicaciones tecnológicas, las cuales ofrecen entre otros servicios, la entrega domiciliaria de mercadería en cuestión de 15 minutos y “regalos” a quienes se afilien a sus servicios.
Un modelo de negocios basado en ‘apps’, que de acuerdo a la opinión de comerciantes consultados, “destruirá” paulatinamente a las bodegas pequeñas y los delis de los vecindarios, tal como está concebido.
“Ya pasó con las aplicaciones de taxis de pedido digital, que derribaron a los taxistas amarillos que son un símbolo de esta ciudad. Nosotros no nos oponemos a la tecnología. Apoyamos el desarrollo. Como emprendedores queremos actualizarnos y crecer con estas aplicaciones. Pero, lo que no podemos permitir es que nos saquen del juego, con sus propios almacenes montados de manera ilegal”, destacó Francisco Marte, presidente de la Asociación de Bodegas y Pequeños Negocios de NYC (BSBG)
Este gremio, desde el último trimestre de 2021, ha denunciado que a través de aplicaciones de pedido digital como Buyk, Fridge No More, Gorillas, Getir y Jokr que ingresaron al mercado de Nueva
York entre 2020 y 2021, los repartidores se abastecen en minicentros de distribución, casi clandestinos, que ya son llamadas “tiendas oscuras”, las cuales no han parado de ser instaladas en los cinco condados.
“Queremos insistir a los líderes electos de Nueva York que deben evitar que un sector comercial vital para esta ciudad desaparezca por completo. Fuimos esenciales durante la pandemia. Estamos tratando de recuperarnos. Nuestro objetivo es muy claro: que se legisle para que nuestros pequeños bodegueros sean la fuente de suministros de los productos que distribuyen estas ‘apps’. No estos almacenes ilegales”, reiteró Marte.
Específicamente, diferentes asociaciones de pequeños comerciantes coinciden en que no dejarán descansar a los miembros del Concejo Municipal para exigir leyes que pongan más muros de contención a estos almacenes. Además impulsarán iniciativas que permitan ser incluidos en el indetenible crecimiento comercio digital de la ciudad.
La Ciudad pone el primer límite
La angustia de los bodegueros, hasta ahora, ha tenido respaldo tanto de la Ciudad como de algunos legisladores.
En concreto, la semana pasada, el Departamento de Edificios de la ciudad de Nueva York (BOE) compartió con medios locales una guía más específica sobre cómo estas aplicaciones tecnológicas pueden continuar operando.
Todo apunta a que la Ciudad solo permitirá estos almacenes, que eventualmente no son más que depósitos, siempre y cuando los compradores puedan ingresar, recoger artículos, sin necesidad de que primero descarguen
La Ciudad ya puso algunos límites, pero voceros de estos pequeños comerciantes aseguran que se debe legislar para que las nuevas tecnologías los incluyan como proveedores. De lo contrario, temen ser arrasados
una aplicación.
Las empresas que no permitan a los compradores ingresar a la tienda y comprar productos en el lugar, deberán ser ubicadas en áreas de zonificación especial de la ciudad, en donde se encuentran empresas fabricantes. Esto pone en la línea de la ilegalidad a los almacenes de mercadería que no están abiertos al público, pero sirven de “despensa” a los deliveristas.
El BOE especificó que