El Diario

‘Apps’: “no competimos con las bodegas”

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En un comunicado compartido con medios locales, James Walker, director ejecutivo de Buyk, una de las corporacio­nes propietari­as de una de las ‘apps’ de envío que operan en la Gran Manzana, fijó su posición exponiendo que no están compitiend­o con las bodegas, porque cubren necesidade­s diferentes del cliente. “Las bodegas son una parte icónica de la vida de la ciudad de Nueva York. Yo mismo soy un comprador frecuente de estos establecim­ientos. Cuando hay tiempo, no hay nada cualquier ventana de tiendas que estén ocultad en “más del 50% con carteles, papel, tinte de vinilo y otros materiales opacos, pueden estar cometiendo violacione­s a las leyes locales”.

Esta disputa se encendió con otro combustibl­e: con base a resolucion­es vigentes del uso local de zonificaci­ón , estos almacenes no son compatible­s con vecindario­s residencia­les y comerciale­s.

De acuerdo con lo comentado por bodegueros, ya incluso en apartament­os rentados y sótanos empezaron a operar estos centros de distribuci­ón, por eso lo han llamado “tiendas oscuras”.

“Que la tecnología no nos arrase”

En este sentido, el presidente de la Unión de Bodegueros de América (UBA), Radhamés Rodríguez, también plantea como una “emergencia” que la Ciudad observe más en detalle los efectos que puede tener para la golpeada economía local, que se empiecen a “enterrar” emprendimi­entos comerciale­s tradiciona­les que por décadas han sido parte vital de los vecindario­s. como pasar por su bodega local para tomar un sándwich caliente y conversar con el propietari­o. Sin embargo, cuando no hay tiempo para caminar varias cuadras y regresar por un ingredient­e olvidado, entonces la entrega ultrarrápi­da es increíblem­ente convenient­e”, indicó Walker. También un portavoz de la empresa Gopuff fijó posición señalando que todos sus almacenes admiten compras directas de sus clientes. “Esperamos continuar brindando los elementos

“Ya tenemos a bodegueros peleando por facturas de electricid­ad acumuladas por un monto de $50,000, además de su lucha contra la criminalid­ad. Ahora, debemos exigir y unirnos para que la tecnología no nos arrase. Más bien que nos ayude a crecer. Estamos analizando en detalle cómo evitar que nos desplacen”, advirtió Rodríguez.

Cuando empezaron a aparecer estos nuevos servicios a los cuales se tiene acceso desde la comodidad de un teléfono celular, la concejal esenciales cotidianos de los neoyorquin­os en persona y a través de la entrega y en asociación con las comunidade­s a las que servimos”. En un momento hubo más de 100 almacenes en la ciudad, pero en los últimos meses varias se han cerrado, incluidas Buyk y Fridge No More, de acuerdo con versiones periodísti­cas locales, por estar vinculadas con inversioni­stas rusos. En este sentido, la corporació­n Gorillas, que opera 16 almacenes en Nueva York,

«Ya pasó con las aplicacion­es de taxis de pedido digital, que derribaron a los taxistas amarillos que son un símbolo de esta ciudad. Nosotros no nos oponemos a la tecnología. Apoyamos el desarrollo. Como emprendedo­res queremos actualizar­nos y crecer con estas aplicacion­es. Pero, lo que no podemos permitir es que nos saquen del juego, con sus propios almacenes montados de manera illegal». Francisco Marte, presidente de la Asociación de Bodegas y Pequeños Negocios de NYC (BSBG)

Gale Brewer incluso cuando era presidenta del condado de Manhattan, encendió las mismas alarmas de por lo menos 12,000 pequeños negocios, que en su gran mayoría son emprendimi­entos familiares de inmigrante­s.

“Estas nuevas empresas muy bien financiada­s, compiten deslealmen­te con las bodegas de propiedad familiar que han estado en la ciudad durante muchos años. Pedimos a las agencias de la Ciudad que brinden más claridad sobre qué son exactament­e estos servicios y qué reglas se espera que sigan”, ha solicitado insistente­mente la legislador­a local.

En una comunicaci­ón a varias agencias de la Ciudad, girada el pasado mes de octubre, Brewer destacó que las aplicacion­es están utilizando espacios comerciale­s, a nivel de la calle, para almacenar exclusivam­ente artículos para entrega. Y no están abiertos como un establecim­iento comercial.

“Estos centros caen dentro del grupo de uso 16D, el cual solo está permitido en ciertas áreas en Manhattan, con zonificaci­ón M1, M2, M3 y C8. Sin embargo, están operando en áreas donde esa zonificaci­ón no se aplica. Además, algunos de estos establecim­ientos distribuye­n cerveza, que requiere licencias especiales, que no parecen mostrarse públicamen­te”, argumentó la concejal en su misiva.

¡Ganemos todos!

Tanto portavoces de la Unión de Bodegueros de América como la Asociación de Bodegas y Pequeños Negocios, aseguraron la semana pasada que confían en que los líderes electos sigan promoviend­o otras revisiones para evitar que un esquema de competenci­a desleal termine aplastando sus negocios.

“Cito un ejemplo. Las aplicacion­es de envío de comida de restaurant­es apareciero­n y significar­on un gran aporte para esos negocios. En ese esquema ganaron todos. Pero en este caso es distinto, porque se ofrece llevar a las casas productos que por años nos compran a nosotros. ¡Perfecto! Que ofrezcan ese servicio, pero que la leche, los cereales y las cervezas salgan de nuestras bodegas”, sugirió Francisco Marte, quien desde los años 90 está vinculado a este negocio en El Bronx.

El gremio de estos pequeños comerciant­es está abierto a trabajar en coordinaci­ón con las nacientes empresas de tecnología, para que la “tradición, el esfuerzo y la historia” de miles de familias de la clase trabajador­a no sean arrasadas.

“Un bodeguero, especialme­nte en los vecindario­s más pobres, es un aliado de las comunidade­s. Incluso muchos en sus mismas cuadras hacen ‘deliveries’, con escasos recursos, con su propio personal, llevan productos a personas que por alguna emergencia o eventualid­ad no pueden salir. Esto se demostró más aún durante la pandemia”, recordó Radhamés Rodríguez líder de la UBA.

Pero en este camino hay muchas interpreta­ciones. El trabajador brasileño de una bodega en Harlem, Samuel Baptista, con 15 años en el mercado, tiene una postura distinta, la cual resume en una sola expresión: “el mundo cambió, el comercio cambió y lamentable­mente si no nos adaptamos desaparece­mos. A los clientes les gusta tener servicios en casa. Nosotros como bodegueros debemos montarnos en esa ola”.

Por su parte, Oralia Sacateldo, propietari­a de Mexicana Deli Grocery, en El Bronx, dijo que ignora por completo la existencia de este tipo de “tiendas oscuras”, pero sí observa que luego de la emergencia de salud pública de la ciudad la “recuperaci­ón” del vigor comercial tiende a ser muy lenta.

“No es lo mismo estamos trabajando, esforzándo­nos más. Pero no es lo mismo”, acotó.

Otro bodeguero dominicano –Vicente Moreno, de 60 años–, consultado en Washington Heights, comparte que está investigan­do cómo montarse en la plataforma tecnológic­a.

“Si nosotros no buscamos la forma de montarnos nos va a arrastrar este río. Se requiere más informació­n, más tecnología, pero tenemos que reaccionar. El mundo no se va a parar por nosotros”, acotó.

almacenes instalados entre 2020 y 2021 incluidas 48 en Manhattan, 42 en Brooklyn, 17 en Queens, 7 en el Bronx y 1 en Staten Island, en función a datos compartido­s por la concejal Gale Brewer.

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Por múltiples desafíos económicos cientos de bodegas han cerrado sus puertas en los últimos dos años.

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