El Diario

Cómo limpiar la cama de ácaros y hongos

El 35% de las bacterias provienen de tu propio cuerpo

- Redacción

Justo cuando creías que estabas durmiendo solo por las noches, un estudio de la Universida­d de Carolina del Norte demostró que en esa cálida cama donde descansas hay miles de bacterias, además de ácaros y hongos que se acomodan junto a ti.

Pero lo más sorprenden­te del caso es que más de un tercio de estos microorgan­ismos (el 35%) provienen de tu propio cuerpo: desde la piel, saliva y hasta las heces fecales.

Megan Thoemmes, una estudiante de doctorado en la institució­n lideró la investigac­ión de una manera muy particular. Junto a su equipo recogieron muestras en 41 nidos de chimpancés en un valle de Tanzania. El objetivo era demostrar que, pese a que son animales, sus sitios para dormir son mucho más limpios que los de los humanos, más allá de tener una cómoda almohada o una sábana bien acomodada.

La razón principal por la que una cama acumula más bacterias que el nido de un chimpancé es que estas especies se encargan todas las noches de preparar un nido con hojas y ramas nuevas. Por su parte, los humanos tienden a dormir con las mismas sábanas durante días. Cuando estas bacterias se acumulan aumenta nuestra vulnerabil­idad a cuadros alérgicos y otras enfermedad­es, mientras únicamente nos revolcamos para buscar una posición cómoda.

“Necesitamo­s repensar lo que consideram­os ‘limpio’ dentro de nuestro propio entorno”, aseguró ó Th Thoemmes. “Las camas humanas contienen con frecuencia un subconjunt­o de tipos de organismos que se encuentran en el hogar”.

Ante esta situación, que para muchos resultaría inesperada, la solución principal pasa por el tipo de limpieza que se debe hacer a la cama. La cantidad de horas que pasas en ella, cuántas personas la utilizan e incluso se debe cuidar el aseo de todo su entorno. sarrollars­e s rápidament­e y con c frecuencia.

Los expertos consideran q que la habitación donde se duerme no debe estar cargada de objetos, de modo que la ventilació­n y la limpieza sea m más fácil de realizar. Mientr tras menos cosas haya, men nor es la cantidad de polvo que se acumula.

Un error común es barrer el cuarto. Aunque el piso queda reluciente, al pasar la escoba levantas al aire las partículas de ácaros, hongos y bacterias, que durante ese “viaje fugaz” por las alturas de tu habitación terminan cayendo sobre la cama. Lo más recomendab­le en este caso es utilizar una aspiradora con filtro, que succiona estos microorgan­ismos directamen­te desde el suelo.

Tanto el colchón como las almohadas siempre deben contar con una funda protectora, que debe lavarse al menos una vez a la semana con agua caliente (mayor a 60 °C). Por su parte el colchón lo podemos desinfecta­r con luz ultraviole­ta, unas dos o tres veces al año, exponiéndo­lo directamen­te al sol.

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