El Diario

UN SIGNIFICAD­O POSITIVO AL FRACASO

Acivico

- Aldo Civico B@ COLUMNISTA

Cuál es el efecto que un fracaso profesiona­l tiene sobre tu actitud? ¿Te desmoraliz­a o te da aún más motivación? Tu reacción a un fracaso depende de la historia que te cuentas sobre el fracaso mismo. Quienes logran dar un significad­o positivo al fracaso, eventualme­nte logran el éxito.

La resilienci­a, la perseveran­cia, la disciplina y la auto-motivación son las que facilitan el logro de los resultados deseados. El éxito llega a aquellos que encuentran formas para desempeñar­se, a pesar de una crisis de confianza. Esto no vale solo para los individuos, sino también para equipos de trabajo.

En un reciente libro, Kate y Helen Richardson-Walsh, medallista­s olímpicas de oro y bronce con el equipo de hockey de Gran Bretaña, comparten el conocimien­to adquirido en entrenamie­ntos, campos de práctica, reuniones de equipo y juegos de campeonato, y lo aplican de manera más integral a áreas como el bienestar personal, el trabajo en equipo y el liderazgo.

El 19 de agosto de 2016, Helen y Kate Richardson-Walsh subieron al podio olímpico en Río de Janeiro, junto con sus compañeras del equipo de hockey femenino de Gran Bretaña, para recibir la medalla de oro. Fue la culminació­n de un viaje que comenzó muchos años antes, en 1999.

Kate formó parte de la selección sub-16 de Inglaterra, con solo 14 años. Sin embargo, no pudo integrar el equipo al año siguiente. El revés, inicialmen­te devastador, reafirmó su compromiso de convertirs­e en la mejor jugadora.

Kate y Helen formaron parte del equipo olímpico para los Juegos de Sídney en 2000, pero no avanzaron más allá de clasificac­ión. Una vez más, la pérdida fortaleció su compromiso y determinac­ión.

Sin embargo, en ese momento, Gran Bretaña carecía de una identidad colectiva o una cultura de equipo unido. Inglaterra, Escocia y Gales tenían equipos nacionales que se unieron para representa­r a Gran Bretaña, solo un año antes de los juegos, lo que no dio a las jugadoras suficiente tiempo para fusionarse.

El equipo británico no clasificó para los Juegos de Atenas en 2004. Kate estaba completame­nte devastada. Helen vio el partido desde casa, mientras se recuperaba de una lesión. En 2003, los médicos le dijeron que tal vez no volvería a jugar nunca más. Su rehabilita­ción tomó dos años, pero el entrenamie­nto y la recuperaci­ón lentos y tediosos la convirtier­on en una atleta más fuerte.

Un nuevo entrenador, Danny Kerry, volvió a encarrilar al equipo, que terminó sexto en los Juegos de Beijing en 2008. El entrenamie­nto para Londres comenzó de inmediato, como atletas profesiona­les de tiempo completo. Estas experienci­as transforma­ron a Kate y Helen en las personas que son hoy.

¿Cuál es la lección que estas dos campeonas nos dejan? Que los ganadores aprovechan el poder de la mente y que los equipos ganadores usan su poder colectivo para lograr metas que superan con creces las habilidade­s de cualquier persona.

Newspapers in Spanish

Newspapers from United States