EL PALACIO DE ARANJUEZ DESBORDA HISTORIA
Un lugar memorable muy cerca de Madrid
Cerca de Madrid, a unos 40 minutos, se levanta el Palacio de Aranjuez, un respiro de la urbe, entre coloridos paisajes y el derroche de su historia.
Este poblado, que acoge la residencia campestre por excelencia de los Reyes españoles, está de plácemes porque celebra los 20 años de haber sido declarado Paisaje Cultural Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Esto se entiende justamente al ver esos jardines, las puertas y los paseos arbolados.
“Es una ciudad de historia, de patrimonio y de cultura, también una ciudad para disfrutarla, una ciudad de los sentidos”, explica en charla, al pie del acceso al Palacio, la alcaldesa María José Martínez.
“Su secreto es la autenticidad del entorno, de la naturaleza intervenida por el hombre’’, añade.
El origen histórico de este Real Sitio se da mediante la orden de los maestres de Santiago allá por 1564. Sin embargo, quien le da la configuración definitiva es Felipe II a finales de ese siglo, con las claves básicas de la ordenación del territorio, la construcción de espacios de ocio y una infraestructura para mantener todo ello.
Para cumplir el sueño de su padre Carlos V, Felipe II se propuso levantar una gran villa de inspiración italiana, el Palacio Real, con Juan Bautista de Toledo como el encargado del trazado de las calles arboladas, jardines y cultivos.
Sus Salones Oficiales desbordan historia. La mayor parte de la decoración es de la etapa de los Borbones. Destacan el Tocador de la Reina o el Salón de Baile.
Igualmente el visitante se deslumbrará con rincones exóticos como el Gabinete de Porcelana, cuya hechura corrió a cargo de la Real Fábrica de Porcelana del Palacio del Buen Retiro, encargada por Carlos III. Se usó como sala de música para la Reina Isabel II, con un piano que se puede apreciar aún.
La colección de pinturas, la sala de descanso del Rey, la cama de la Reina, su baño, su oratorio, el despacho con un escritorio de seguridad, los espejos, tapetes y más muebles llenos de historia son parte del recorrido por el interior y un auténtico deleite visual.
Imperdibles también son los relojes distribuidos por todas las salas, símbolos de la importancia para los Reyes del tiempo y la memoria.