VITAMINA C: ATACAR EL ORIGEN, ANTES DE LA ENFERMEDAD
La vitamina C es la principal barrera de lucha contra las enfermedades. Muchas veces estamos en déficits, y la vida agitada de hoy hace que necesitemos el doble.
Siempre atacamos las enfermedades cuando están en su máxima expresión, pero a veces nos olvidamos del origen, y de lo básico que necesita el cuerpo para estar feliz y sano.
La vitamina C, mal llamada ácido ascórbico, está formada por un núcleo pulposo antioxidante y una carcasa o membrana compuesta por el ácido ascórbico. En su núcleo está la materia prima antioxidante más fuerte que existe en la naturaleza. Una molécula puede neutralizar hasta 400 radicales libres, dentro y fuera de la célula, evitar el deterioro del ADN y elevar el sistema inmunológico.
No existen pruebas específicas para determinar la cantidad de vitamina C en sangre, por lo que solo podemos ver las desgracias que ocurren si ésta nos falta. Por ejemplo, aumento del número de arrugas, deterioro de la piel, dificultades con la formación del colágeno, problemas circulatorios (por ejemplo, hematomas fáciles al mínimo contacto), disminución de las defensas, bajo índice de crecimiento en niños, retraso en el desarrollo muscular y óseo, pérdida de visión, fatiga y cansancio fácil, depresión, Covid persistente, anemias, deterioro cognitivo, aumento de peso, hígado graso, entre muchas más.
Lo correcto sería, al menos, 20 miligramos por cada kilogramo de peso, lo cual representaría unos 1,500 mg al día, pero repartidos en tres tomas para mantener un volumen de vitamina C circulante. Una sola vez al día es insuficiente.
El estrés al que estamos sometidos, el estado de polución ambiental y social y las noticias que provocan cortisol en exceso, solo pueden ser sofocados por la vitamina C, para reparar y neutralizar el daño.
Hay que comer a diario productos con vitamina C. Cada 100 gramos, los siguientes alimentos cuentan con estas cantidades, aproximadamente: guayaba 273 (miligramos), grosella negra (177), perejil (161), guindilla picante (143) pimiento rojo (138) col de Bruselas (112), pimiento verde (107), col rizada (105), cereales de desayuno con base de arroz y trigo integral (100), cereales de desayuno con base de arroz, trigo integral, frutas rojas (100), brécol (100), berro (96), pimiento morrón en conserva (81), pimiento rojo asado en conserva (81), pimiento del piquillo en conserva (81), azafrán (80), papaya (80) y cereales de desayuno con base de trigo y frutas (66).
Hay que recordar que los suplementos deben tomarse bajo la supervisión de un médico y con objetivos claros.
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sajes contradictorios sobre su seguridad pueden haber llevado a que muchos pacientes no reciban el tratamiento”, afirmó en un comunicado de la publicación científica Jemma Hudson, autora principal del trabajo.
“Nuestros resultados ofrecen la tranquilidad que era tan necesaria sobre su seguridad a corto y medio plazo”, recalcó la investigadora.
Su análisis indica que los eventos cardiovasculares no fueron significativamente más numerosos entre pacientes que recibieron tratamiento con testosterona frente a aque
llos que fueron tratados con placebo.
Entre los 1,601 pacientes en el grupo de la testosterona, se registraron 120 accidentes cardiovasculares (una incidencia del 7.5%) frente a 110 accidentes entre los 1,519 del grupo del placebo (7.2%).
Se produjeron menos muertes entre los pacientes con testosterona (6 decesos, el 0.4%, frente a 12 entre los pacientes con placebo, si bien los autores señalan que los datos son demasiado limitados para concluir que el tratamiento por sí mismo reduce la mortalidad.