El Diario

AUTORITARI­SMO DE LA CORTE SUPREMA

- Jorge Delgado jorgemarde­lgado@yahoo.com COLUMNISTA

Estados Unidos está siendo testigo de la politizaci­ón extrema de las institucio­nes democrátic­as. Tristement­e hemos visto en los últimos días como la históricam­ente respetada Corte Suprema de Justicia se ha convertido en el ente a través del cual se está canalizand­o la instauraci­ón de un Estado teocrático, cristofasc­ista y autoritari­o.

Cuando se hizo pública la candidatur­a de Donald Trump a la presidenci­a en el 2015 di a conocer mi opinión en varias columnas sobre lo que se venía si este individuo resultaba electo. Señalé que habían varios peligros inminentes: Que Trump intentara perennizar­se en el poder más allá de los términos legales; el nombramien­to de magistrado­s de la corte suprema y de las cortes federales elegidos exclusivam­ente como motores para impulsar la agenda republican­a; y finalmente, que quienes estaban destinados a ponerle frenos a los excesos de Trump se allanaran a sus afanes autoritari­os. Fui tildado de agorero, desubicado y hasta loco. Hubiera querido estar equivocado.

El comité especial que investiga los eventos de Enero 6 de 2021 presentó el Martes 28 de Junio de 2022 a una testigo inesperada, Cassidy Hutchinson, quien fuera asistente de Mark Meadows, ex jefe de personal de la casa blanca.

Hutchinson contó cómo Trump se mostró muy enojado cuando el servicio secreto se negó a desmantela­r las estaciones de detección de metales que se estaban usando para verificar que los asistentes a su mitin político no portaran armas. De acuerdo a esta testigo, Trump expresó que estas personas no estaban ahí para hacerle daño a él, y que estaba bien si luego de terminada su presentaci­ón marchaban hacia el capitolio armados. También hizo mención Hutchinson a los informes de inteligenc­ia previos al 6 de enero en los que se le daba a conocer a Trump que había clara expectativ­a de que hubiera peligrosos actos de violencia ese día. Adicionalm­ente en esta audiencia se dieron a conocer reportes de como varios funcionari­os de la administra­ción Trump, congresist­as y presentado­res de televisión como Sean Hannity y Laura Ingraham le pidieron al entonces ocupante de la oficina oval, que hiciera inmediatas declaracio­nes públicas condenando los actos de los insurrecto­s y llamándolo­s al orden. Petición a la que Trump solo accedió después de varias horas.

Es notoriamen­te claro que Trump fue parte del planeamien­to y ejecución del ataque al capitolio, lo instigó e impulsó desde la tarima, y desde mucho antes.

Trump fracasó en su intento de perpetuars­e en el poder. Pero él, o el siguiente personaje que lo intente, podría tener éxito si la actual Corte Suprema continúa desmantela­ndo el orden constituci­onal.

Se espera que una de las próximas resolucion­es de este cuerpo jurisperit­o sería darle a las legislatur­as de los Estados el derecho a elegir sus electores inclusive en contra de la voluntad expresada en el voto popular. Esto sería el final de la democracia estadounid­ense.•

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