URGE PASAR A LA ACCIÓN EN EL TEMA MIGRATORIO
Durante décadas pasadas y en años recientes el tema de la reforma migratoria se ha convertido en una especie de trámite en los discursos del Estado de la Unión. El martes en la noche el presidente Joe Biden, en su segundo discurso sobre la situación del país,pidió a los republicanos hacer del tema uno bipartidista como en el pasado.
Y presagiando que será una tarea imposible, agregó: “Si no aprueban mi reforma migratoria amplia, por lo menos aprueben mi plan para proveer el equipo y los agentes para asegurar la frontera. Y una vía a la ciudadanía para los Dreamers, quienes tienen estatus temporal, trabajadores agrícolas y trabajadores esenciales”. Pero la referencia al tema migratorio fue brevísima y bastante desangelada.
Los demócratas siguen hablando de que dicha reforma es urgente, justa y necesaria; y los republicanos siguen diciendo que sin fronteras controladas no hay reforma. Y, al final, nada pasa.
Pero en ese “nada pasa” se encuentran estancadas las vidas de millones de personas que con su fuerza de trabajo son el motor de cientos de comunidades alrededor del país
Ciertamente no hay que obviar las razones de ese estancamiento, ni de que han sido los republicanos el obstáculo central para el avance de dicha reforma. Pero eso tampoco justifica la inacción.
Anoche, como en ocasiones previas, en el discurso no faltaron los simbolismos como la beneficiaria de DACA y activista de West Chester, Pennsylvania, Mitzi Colín López, invitada por la primera dama, Jill Biden. Se trata de que los estadounidenses vean el rostro de quienes se beneficiarían de la escurridiza legalización.
Es decir, a estas alturas los simbolismos ya deberían dar paso a acciones concretas en materia migratoria, pues esa película es bastante conocida, sobre todo por quienes están directamente afectados y necesitan una respuesta que les permita gozar a plenitud del país que han elegido como hogar, para ellos y para sus familias.
Lamentablemente, la realidad no es muy alentadora. Los republicanos controlan la Cámara Baja y su agenda se centra en propagar teorías conspirativas promovidas por nacionalistas blancos de que estamos siendo “invadidos” y que la frontera con México está “fuera de control”, o de que los liberales quieren “reemplazar” a los anglosajones con minorías para acaparar el poder político.
Biden está entre la espada y la pared. Por un lado, la mayor parte de los asuntos que intenta resolver mediante acciones administrativas y ejecutivas está trabada en los tribunales, como el caso del Título 42. Entretanto, las políticas que ha implementado no han caído bien entre muchos sectores pro inmigrantes por considerar que son una extensión de las nefastas políticas de Donald Trump.
Biden pide colaboración y bipartidismo a un Partido Republicano extremista que solo quiere hundirlo. Es mejor invertir capital político en lo que pueda lograrse a nivel legislativo, como la legalización de los Dreamers, o a nivel ejecutivo como el TPS para Honduras, El Salvador, Nicaragua y Guatemala.