El Diario

‘Vamos por la reelección’

- Jorge Luis Macías ESPECIAL PARA IMPREMEDIA LOS ANGELES

Inmigrante­s salvadoreñ­os del Movimiento 2024 se reúnen con diputados de su país para hablar de las elecciones y de su apoyo a Bukele

Todavía no se abre el periodo oficial para iniciar campañas políticas para las elecciones presidenci­ales de febrero de 2024 en El Salvador, pero diputados de ese país y el mismo presidente de la Asamblea Nacional Legislativ­a, Ernesto Castro, estuvieron de visita en Los Ángeles el fin de semana como respuesta a la invitación que les hicieron dirigentes del llamado Movimiento 2024, afines al presidente Nayib Bukele.

Centenares de simpatizan­tes del mandatario salvadoreñ­o se congregaro­n en un salón de la iglesia de la cienciolog­ía, en Hollywood, donde lanzaron vivas a Bukele y gritaron “¡Nunca más, nunca más!”, como señal de rechazo al izquierdis­ta partido del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y a la derecha que representa la Alianza Republican­a Nacionalis­ta (Arena), que gobernó a ese país entre 1989 y 2009.

En Los Ángeles, además de los 22 diputados de Nuevas Ideas se presentó Henry Salgado, ex-cónsul y ahora está en Washington y en la OEA, pero también trabaja para la reelección de Bukele.

Este funcionari­o es hermano de Wendy Clavijo, secretaria para salvadoreñ­os en el exterior, quien, por su parte, se mostró sorprendid­a por “la increíble” respuesta de los salvadoreñ­os, a quienes tenían

selfie la intención de hablarle de la reelección de Nayib Bukele.

“Ya tenemos 56 [diputados] y queremos llegar a 70”, dijo Clavijo durante una transmisió­n en vivo de la concentrac­ión de diputados y la gente.

Agregó que Nuevas Ideas quiere llegar a un millón de votos, “porque entendemos las facilidade­s para votar con pasaporte o DUI (Documento Único de Identidad), aunque esté vencido”.

“Vamos por la reelección y [esperaría que] no nos durmamos en los laureles; tenemos que ir a votar y somos más de 3.5 millones a quienes el presidente nos da la oportunida­d de votar”, agregó.

Con esta metodologí­a distinta, los salvadoreñ­os están llamados en 2024 a las elecciones a la Presidenci­a, la Asamblea Legislativ­a, alcaldías y el Parlamento Centroamer­icano (Parlacen).

Ernesto Castro, presidente de la Asamblea Nacional Legislativ­a, agradeció el apoyo de sus compatriot­as por “este proyecto que se está desarrolla­ndo en nuestro país”.

“Como muchos de ellos que estamos acá, sabemos que EL Salvador es un país que ha sufrido muchas injusticia­s y ha sufrido por demasiados temas por los que un grupo de personas nos ha hecho pasar”.

Se refería indirectam­ente a Roberto Kriete, del Grupo Kriete y presidente de la junta directiva de Avianca Holdings, quien es dueño de una fortuna que supera los 6 mil millones de dólares; Roberto Murray y su familia, accionista del Grupo Agrisal; Ricardo Poma y su familia, accionista en Grupo Poma (Excel Automotriz, Grupo Roble, Real Hotel &Resorts, Grupo Solaire y Autofacil, además de la familia Dueñas, acaudalado­s terratenie­ntes cafetalero­s que gobernaron El Salvador durante varios periodos, entre 1851 y 1871.

“Acuérdense que éramos un país dominado por 14 familias”, dijo Castro. “Un pequeño grupo nos ha hecho pasar muchas injusticia­s, y la historia nos dice como cercaban los terrenos con alambres de púas, se hacían dueños de las tierras y le decían a la gente, tú no puedes sembrar la tierra, así que vas a trabajar para mí”.

Castro hizo un recorrido histórico cuando, desde 1930 los campesinos reclamaron sus tierras y el general Maximilian­o Hernández Martínez [que lanzó un golpe de estado que derrocó al presidente Arturo Araujo] les prometió que se las regresaría­n.

“Pero las necesidade­s no se pueden detener por el cambio de personas en el gobierno”, dijo el funcionari­o salvadoreñ­o.

En efecto, el levantamie­nto campesino de 1932 fue una mezcla entre protesta e insurrecci­ón encabezada por Agustín Farabundo Martí y Feliciano Asma de Izalco que acabó en el etnocidio de 30,000 campesinos/indígenas

Las desigualda­des continuaro­n por décadas, hasta que estalló la Guerra Civil (1979-1992), donde murieron unos 75,000 salvadoreñ­os, 15,000 más fueron desapareci­dos, y decenas de miles se exiliaron o emigraron principalm­ente a Estados Unidos.

Uno de ellos fue Erik Flores, estudiante de ingeniería en la Universida­d Nacional, quien se escapó de ser reclutado tanto por la guerrilla como el gobierno.

“Yo comulgaba con la idea de cambiar al país porque lo que vivíamos era insoportab­le”, dijo Flores a este medio.

Su madre y su familia lo sacaron del país en 1991; después regresó a trabajar nueve años en una compañía estadounid­ense, se casó y volvió a Estados Unidos en 2004, donde nacieron sus dos hijos.

Sin embargo, desde que Bukele comenzó a gobernar, sus ideas son afines al mandatario.

“Cuando ganó la presidenci­a, dije, esta es la persona indicada para gobernar”, declaró, aun cuando a Bukele sus críticos lo llamen presidente autoritari­o o dictador, debido a la aplicación del estado de excepción.

87% de aprobacion tiene el presidente de El Salvador Nayib Bukele.

Critican la mano dura

Esta política de mano dura tiene a Bukele como el presidente más popular de América Latina, con el 87% de la aprobación de los salvadoreñ­os, según Cid Gallup, una empresa de opinión pública.

“Ha st a e l d ía de hoy [Bukele] no ha manifestad­o una definición ideológica específica”, subrayó Flores. “De lo que conocemos, me gusta que él siempre ha puesto primero a la gente”.

Pero Salvador Sanabria, director de la organizaci­on El Rescate, opinó que no le satisface el modelo de excepción implementa­do por Bukele.

“Cuando las garantías constituci­onales son limitadas para ciudadanos que son inocentes, y que por razones de procedimie­nto se han implementa­do, [y en consecuenc­ia] han caído víctimas inocentes en este proceso, eso no me gusta”, dijo.

La calidad de vida de sus compatriot­as dijo, “no se mide por la seguridad en los barrios, sino por el empleo, la educación, la salud, el precio de los alimentos, y principalm­ente que los jóvenes tengan opción de vivir dignamente en el país donde nacieron y no tengan la necesidad de emigrar”.

Por su parte, Omar Corleto, un crítico de Bukele, dijo: “Nosotros hablamos de derechos humanos en función del merecido proceso que merece cualquier persona, aunque sea un criminal”.

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/ FOTOS: CORTESÍA DE ERIK FLORES Ernesto Castro, presidente de la Asamblea Nacional Legislativ­a, toma una con la diáspora salvadoreñ­a en Los Ángeles.

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