Arsenal gana en el límite
Los ‘Gunners’ sufrieron hasta el último segundo para sacar los tres puntos ante un sorpresivo Bournemouth
Superado ya el minuto 96, el tiempo añadido establecido en un primer momento, al borde del 97, llevado al límite por el Bournemouth, con dos goles de desventaja a la hora de encuentro, el Arsenal sólo fue por delante en el marcador unos segundos a lo largo de más de hora y media de vibrante duelo, en los últimos instantes, con el gol agónico de Reiss Nelson que puede valer una ‘Premier’.
El Arsenal perdía por 0-1 casi desde la caseta. Un instante es decisivo en el fútbol. Nueve segundos lo son aún más. Del saque de centro, en la primera jugada del encuentro, a través de siete toques entre tres jugadores, el Bournemouth, el penúltimo de la clasificación al inicio de la jornada, trasladó el balón del círculo central hasta la red de la portería de Aaron Ramsdale, con un gol culminado dentro del área por Billing, indetectable en esa acción.
Sin Gabriel Jesús y sin Nketiah, indisponibles aún, sin Trossard, lesionado al minuto 22, el líder necesitaba goles. Pero también ocasiones. No había creado tantas como debería. No había sido un ciclón insoportable para el Bournemouth. Ni mucho menos. No había resurgido aún el Arsenal a la afrenta del gol tan rápido. El marcador seguía immóvil 50 y tantos minutos después, en el 0-1, entre la urgencia que ya sentía el equipo de Mikel Arteta.
Y, de repente, en el 57, en un córner, un testarazo de Marco Senesi dinamitó aún más el partido, disparó el desafío para el Arsenal y destrozó todos los pronósticos. En las últimas 15 jornadas tan solo había ganado dos encuentros, este sábado vencía por 0-2 en un estadio donde sólo se había impuesto el City en este ejercicio.
Pero el triunfo en el Emirates está al alcance de muy pocos, como anunció Thomas en el minuto 62, con el 1-2 dentro del área. Y como comprobó el Bournemouth en el 70, cuando Ben White marcó el 2-2 que desató la apoteosis en la grada del Arsenal, reanimado al límite.
La victoria llegó de volea, tras un rechace en un córner, en la desesperada ráfaga final del líder, que sostiene los cinco puntos de renta sobre el Manchester City, desató la apoteosis en la afición, en el equipo y en Mikel Arteta, cuya eufórica celebración cuando el árbitro decretó la conclusión del duelo delató el sufrimiento sobre el que se movió el partido para su conjunto, resurgido cuando menos se intuía.