Salud, la piedra en el zapato de López Obrador
En contra del IMSS, la CNDH ha emitido en 2023 ya ocho recomendaciones por inadecuada atención médica
El video se hizo viral en redes sociales. Tenía el nivel de drama suficiente para impactar: un paciente había muerto en la banqueta porque no lo quisieron atender en el Hospital General de la ciudad de Saltillo, en el norte del país.
“Acabamos de darlo de alta, ya está bien”, dijeron en la recepción al hombre cuando regresó para volver a atenderse porque no se sentía bien. Los médicos argumentaron que no tenían camas disponibles, que había otros pacientes en la lista de espera y que había prioridades.
De eso hacen ya seis meses y al caso se han sumado muchos otros que han corrido con suerte similar. De septiembre a la fecha, han seguido otras víctimas documentadas en la prensa de distintas ciudades: en Torreón, Mérida, Delicias, Matamoros…
El gobierno mexicano no tiene registro oficial de este tipo de muerte. El único documento que existe es sobre negligencia médica y lo concentra la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) a través de las quejas que interponen las víctimas o familiares de éstos.
En contra del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) (que cada año concentra el mayor número de quejas) la CNDH ha emitido en 2023 ya ocho recomendaciones por inadecuada atención médica, falta de protección a la vida o maltratos en los estados de Aguascalientes, Sonora, en la CDMX y el Estado de México.
Célida Duque, directora de Prestaciones Médicas del IMSS, reconoció que no solo este organismo tiene problemas sino que en general, en todo el sistema, la organización de los servicios es deficiente y hay largos tiempos de espera, horarios de atención no adecuados y trámites burocráticos; falta de personal de salud, de medicamentos e insumos; maltrato o falta de confianza y barreras geográficas.
El director de Calidad y Educación en Salud, José Luis García, dijo recientemente que en México se necesitan actualmente 200,000 médicos y especialistas para ofrecer servicios de salud a personas sin seguridad social.
La realidad que se refleja tanto en casos periodísticos como en cifras oficiales imprime un sello contradictorio a la promesa del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien desde su temprana administración prometió atención especial al sistema de salud.
Recientemente reiteró que el país será pronto como Dinamarca”, uno de los ejemplos de atención en la salud.
“Este año vamos a tener concluido esta simiente de salud universal eficaz y gratuita, o sea, que sigue en pie lo de Dinamarca, para que nuestros adversarios vayan tomando nota... ”, dijo.
Los retos
Son las seis de la mañana en el municipio de Pilcaya, al sur del país y la fila de pacientes es larga: da dos vueltas a la cuadra. Hombres y mujeres en espera de “fichas” para lograr una atención especializada: radiografías, análisis de sangre, mastografías y detección de diabetes, servicios que se realizan en camiones ambulantes.
Son unidades móviles que recorren durante todo el año el estado de Guerrero.
“Me voy a ahorrar alrededor de 10,000 pesos (unos $400)”, dice Esmeralda Bustos, una vendedora de abarrotes que hizo fila desde las 4:00 p.m. “Es mi sueldo de dos meses”.
Tanto Esmeralda como otros pacientes en la jornada de salud que se realizó a principios de año saben que la salud preventiva puede ser muy cara en clínicas u hospitales particulares y prefieren madrugar en el municipio de unos 15,000 habitantes.
“Lástima que solo vengan cada seis meses”, advierte
Juan Martínez, un campesino que ya no alcanzó “ficha” porque solo dan 30 al día y no llegó a tiempo: tuvo que ir a regar sus plantíos primero. Volverá al día siguiente, dice: quiere detectar “su azúcar” en la sangre y prevenir o saber si tiene diabetes, que es una de las principales causas de muerte en México.
La jornada de salud en el municipio de Guerrero es uno de los intentos del gobierno por escalar la atención de salud de la reacción a la prevención, una de las fallas que reprochan constantemente los médicos.
Enrique Ruelas, presidente del Instituto Internacional de Futuros de la Salud, comentó que algunas de las insuficiencias, limitaciones y problemas del modelo del Seguro Popular son la atención centrada en la enfermedad y el riesgo individual, mayormente reactiva y episódica, más dispuesta para el cuidado de los padecimientos agudos, y la cobertura de servicios y me
dicamentos limitada.
“Hace falta la prevención”, subraya.
Por ejemplo: en una de las jornadas más ambiciosas que ha tenido el IMSS en este año logró “en dos días” 68,721 detecciones de enfermedades prioritarias, hizo más de 3,000 cirugías, 10 trasplantes renales, 12 de córnea, dos de células hematopoyéticas y uno de hígado, 14 donaciones cadavéricas –una de éstas multiorgánica– y 13 donaciones de tejidos.
No hubo nada de prevención más que las jornadas anuales en las que se aplica vacunas de influenza y otras cuyo desabasto ha sido ampliamente denunciado.
“El problema es que tanto la atención como la educación ha sido limitada e inconstante”. dijo.
Control del desabasto
El presidente concluyó anticipadamente su contrato con la ONU y la Organización Panamericana de la Salud (UNOPS), luego de que el 31 de julio de 2020 suscribieran un acuerdo para la adquisición de medicamentos y material de curación en México.
Con esa firma se pretendía erradicar “la corrupción” y ahorrar millones de pesos hasta 2024. Después hubo complicaciones entre atrasos, licitaciones desiertas y supuestos sobrecostos.
En octubre pasado, el sector salud anunció el fin de su colaboración con el argumento de que ya no necesita a la UNOPS y éste dijo que se entregaron a tiempo el 99% de las claves contratadas y que había ahorros por unos 500 millones de dólares.
Recientemente el gobierno también modificó su postura de 2019 cuando bloqueó a los distribuidores de la iniciativa privada que habían trabajado con gobiernos anteriores y en la primera licitación de fármacos de 2023 ya ha permitido su participación hasta en 70%.
Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud federal, aceptó que existe aún y que volverán a hacer convenios con los distribuidores privados, pero con nuevas reglas para evitar acciones “monopólicas” y de “chantajes” como en el pasado.