HAY QUE ATENDER LA SALUD MENTAL DE LOS MÉDICOS
Los médicos, que en la práctica son quienes tienen sobre sus hombros la responsabilidad de controlar, prevenir y tratar la salud del resto de la población, están lidiando con su propia batalla a nivel emocional.
La crisis de salud mental a nivel del personal de la salud es un asunto serio al que urge prestar atención. Un reporte de Medscape arrojó que uno de cada diez médicos admitió tener pensamientos suicidas en el país. Dos tercios de los doctores expresaron tener cuadros depresivos.
Según expertos en la materia, la pandemia de Covid-19 exacerbó aún más la aparición de problemas psicológicos en el personal médico. Todo lo que tuvieron que lidiar durante jornadas críticas y extenuantes les está pasando factura.
En comparación con otras profesiones, el sondeo –en el que participaron más de 9,000 especialistas– determinó que los médicos corren más riesgo de tener tendencias suicidas. Incluso, donde se han visto más casos de médicos afectados es precisamente donde hay falta de personal.
Para colmo de males, muchos doctores no se sienten cómodos reportando el viacrucis que atraviesan por razones que van desde temor a perder el empleo o tener una “mancha” que pueda afectar su récord para conseguir avanzar en su carrera. Por increíble que parezca prefieren sufrir en silencio. Otros han tomado decisiones radicales como cambiar de trabajo.
Tener un sistema de salud en el que los propios profesionales del ramo consigan la ayuda que necesitan sin miedo al estigma que ronda a las enfermedades mentales debe ser materia de debate para establecer iniciativas de ayuda nacionales, estatales y locales. Nadie debería tener miedo a quedarse sin trabajo porque padece de depresión.
Aquí no estamos hablando de un problema individual con soluciones personalizadas. La pandemia de
Covid-19 afectó emocionalmente a todos. Cerca del 20% de los adultos en Estados Unidos está experimentando algún tipo de enfermedad mental, es decir el equivalente a casi 50 millones de personas, según el reporte de Mental Health America de 2022.
Hay que aceptar que las enfermedades mentales necesitan abordarse de manera integral tal y como hacemos con otro tipo de alteraciones en la salud.
Por eso también debería abrirse el campo para la exploración de nuevos tratamientos o terapias. Y para lograrlo se necesita inversión, tal y como se ha hecho –por ejemplo– en la lucha contra el cáncer o el VIH/Sida.
No podemos esperar simplemente a que sea mayo – mes dedicado a la toma de conciencia de la salud mental– para lanzar una que otra campaña de ayuda.
Necesitamos atender a nuestros médicos, enfermeras y demás especialistas de la salud. Recordemos que ellos son quienes nos cuidan.
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