Título histórico para el tenis de Latinoamérica
El primer país de América Latina que gana la Copa Davis
HAZAÑA: después de haber caído en cuatro finales previas, Argentina consiguió la primera corona para el tenis de la región.
La última vez que Federico Delbonis estuvo de visita para competir en el River Oaks Country Club de Houston suspiró profundo y puso su vista en el horizonte cuando le pregunté sobre sus expectativas con el equipo argentino de la Copa Davis.
Corría entonces la temporada 2015, él acababa de ser eliminado en los octavos de final del Fayez Sarofim & Co. U.S. Men’s Clay Court Championship por el sudafricano Kevin Anderson, en un partido que se le fue de las manos tras ganar el primer set, y Argentina recibiría unos meses después a Serbia en Buenos Aires en los cuartos de final del torneo mundial por equipos luego de vencer a Brasil y de conseguir el punto decisivo frente a Thomaz Belucci en su debut en singles.
Argentina luego ganó esa serie ante Serbia, en la que no jugó Novak Djokovic, y Delbonis tuvo otra vez un papel importante al vencer en cinco sets a Viktor Troicki en un partido clave. Pero meses después, en las semifinales cayó en sus dos singles en la derrota de 2-3 en Bélgica.
Esa fue la décima vez que Argentina alcanzaba esa instancia desde 2002, cuando regresó al Grupo Mundial, la primera división de la Davis, en la que se le negó la gloria en 1981 con Guillermo Vilas y José Luis Clerc y luego en 2006, 2008 y 2011 con la ya retirada ‘legión’, una generación de grandes jugadores que encabezó David Nalbandian.
Poco más de dos años después de esa visita a Houston, pese a las dudas que mostró en aquella conversación sobre sus posibilidades y las de su país de seguir ilusionándose con ese trofeo tan esquivo para el tenis argentino, Delbonis se acaba de convertir en el héroe impensado de una conquista histórica.
Cuando se dejó caer de espaldas el domingo pasado sobre la cancha de la Arena Zagreb y fue sepultado en el festejo alocado de sus compañeros de delegación, mil imágenes deben haber pasado rápidamente por su memoria.
Frente a un numeroso grupo de sus compatriotas que viajó hasta Croacia y que no dejó de alentarlo, acababa de jugar el mejor partido de su carrera para derrotar en sets corridos, por 6-3, 6-4 y 6-2, al gigante croata Ivo Karlovic en el quinto y último partido de la final, que dejó el marcador 3-2 a favor de los visitantes.
Así Argentina de una buena vez terminó con la maldición que la perseguía en este torneo y, después de cuatro finales previas en las cuales se fue con las manos vacías, levantó y se llevó a su país el codiciado trofeo.
Poco importó que Delbonis tuvo una temporada signada por la irregularidad en el circuito profesional de la ATP, donde ocupa el puesto 41 del ranking mundial, y que se midiera contra uno de los dueños de casa, que además es más experimentado, jugaba sobre una superficie que favorecía su juego y que tiene uno de los servicios más potentes de la historia de este deporte.
El aplomo y la concentración que mostró ante una situación tan delicada fueron sorprendentes. El peso de la historia de su país en el torneo era muy grande y toda la responsabilidad quedó sobre sus hombros después del increíble triunfo de cinco sets que Juan Martín del Potro había conseguido previamente el domingo sobre Marin Cilic, por 6-7 (4), 2-6, 7-5, 6-4 y 6-3, para dejar igualada la serie. Y el zurdo de 26 años jugó como un veterano, controló los nervios y ejecutó su plan de juego a la perfección.
“Estoy muy feliz por él, jugó el partido de su vida”, dijo Daniel Orsanic, el capitán del equipo argentino y quien confió plenamente en Delbonis pese a no haberlo utilizado en el triunfo de semifinales sobre Gran Bretaña en Escocia. “La copa la ganó el tenis argentino, el deporte argentino. Era un día que queríamos vivir hace mucho tiempo, que lo soñé hace mucho”.
Delbonis también soñaba, pese a que en aquella conversación en River Oaks no había sido tan expresivo.
“Encaré el partido (...) haciéndole honor a lo que hizo Juan Martín en el partido anterior”, dijo un Delbonis extasiado por el triunfo, que agradeció el trabajo en equipo de sus compañeros y que reconoció especialmente el enorme esfuerzo de Del Potro para darle la posibilidad de definir la serie. “Sin él no hubiera podido estar aquí”.
El resurgir de Del Potro esta temporada, después de haber estado muy cerca de dejar el tenis tras haberse sometido a cuatro operaciones quirúrgicas de muñecas, incluyendo tres en la izquierda, tuvo un enorme paralelo con su impresionante reacción del domingo, cuando por primera vez en su carrera ganó un partido de cinco sets luego de haber perdido los dos primeros parciales, en cinco horas de juego.
Los croatas habían llegado a la tercera y última jornada con ventaja de 2-1 tras ganar el partido de dobles el sábado. En la apertura del viernes, Cilic, número seis del mundo, venció en cinco sets a Delbonis y luego Del Potro derrotó en cuatro sets a Karlovic, quien con 37 años volvió al equipo de su país para reemplazar al lesionado Borna Coric.
“Fui de a poco construyendo este sueño”, admitió Delbonis ya de regreso en su país.
Y ese sueño se alimentaba desde aquella época, cuando tras el retiro de la ‘legión’ y con Del Potro afuera del circuito por sus lesiones y distanciado del capitán anterior, Martín Jaite, Argentina tuvo que reconstruir su equipo.
Delbonis debutó en dobles en una parada difícil, frente a Israel en Florida para evitar el descenso del Grupo Mundial, y de ahí en más, ya bajo la batuta de Orsanic fue una de las cartas del nuevo capitán, junto al recuperado Del Potro, Leonardo Mayer y Guido Pella, entre otros.
Contra todos los pronósticos, Argentina se quitó la espina este año, en el cual disputó todas sus series de visitante y sin jugadores de gran ranking. Fue, como dijo Delbonis, un verdadero trabajo en equipo.