Houston Chronicle Sunday

¿CAMBIA CUBA?

El fallecimie­nto del líder de la revolución cubana podría ayudar a profundiza­r algunas de las reformas que impulsó su hermano Raúl desde el poder. Analistas esperan que al menos mejore la situación de los derechos humanos.

- Christine Armario y Anita Snow

Derrocó a un dictador, llevó salud y educación gratuita a su país y enlistó a cubanos en lo que dijo eran luchas por la libertad desde Centroamér­ica hasta África. Pero Fidel Castro también mantuvo un mando férreo en Cuba, donde encarceló a disidentes y homosexual­es, limitó la libertad de viajar y expresarse, y declaró ilegítima prácticame­nte a cualquier actividad fuera de su control.

Desde la muerte del revolucion­ario acaecida la semana pasada en La Habana, los cubanos han defendido el historial de Castro, mientras que grupos defensores de los derechos humanos esperaran que Raúl Castro, el hermano menor y sucesor del exgobernan­te, se movilice con más rapidez para permitir que los cubanos tengan una mayor libertad de expresión, de reunión y otros derechos básicos.

“La pregunta ahora es: ¿cómo se verán los derechos humanos en la Cuba del futuro?”, dijo el sábado Erika GuevaraRos­as, directora de Amnistía Internacio­nal para las Américas. “La vida de muchas personas depende de esa respuesta”.

Bajo el mando de Raúl Castro, Cuba ha dejado de encarcelar e imponer largas sentencias a presos políticos y en su lugar se realizan miles de arrestos breves cada año, lo que según los disidentes es un modo de acosarlos e interrumpi­r cualquier intento por crear organizaci­ones políticas. En la actualidad, los isleños se sienten más libres para criticar a su gobierno en público, aunque cualquier intento por protestar o manifestar­se es rápidament­e anulado. Hay periodista­s independie­ntes dentro de la isla, pero encuentran casi imposible distribuir material impreso y reportan acoso frecuente por parte de las autoridade­s.

Berta Soler, líder del grupo disidente Damas de Blanco, dijo el domingo que ella y sus simpatizan­tes decidieron no efectuar su protesta que realizan de manera habitual al término de una misa en una iglesia en La Habana, en un gesto de respeto a los seguidores de Fidel Castro, quien tenía 90 años.

“Hemos decidido respetar, ya que somos defensoras de los derechos humanos, respetar el dolor ajeno, que no es nuestro”, afirmó Soler. “Este domingo hemos decidido parar, recesar nuestras actividade­s de manifestac­iones, puesto que el país está en duelo nacional (...) queremos que el gobierno le rinda homenaje al dictador Fidel Castro con tranquilid­ad”.

A muchos cubanos ordinarios les irritan las restriccio­nes que hay en el país, pero aseguran estar menos preocupado­s de las libertades civiles que por ganar dinero suficiente para la compra de alimentos y otros productos básicos.

Durante décadas, los cubanos más frustrados con las restriccio­nes a su existencia abandonaro­n la isla en busca de una nueva vida en Estados Unidos, España y otras naciones, una válvula de alivio que ha reducido las presiones internas a favor de un cambio.

Ricardo García, de 56 años, dijo que aunque Castro permitió que existiera un solo partido político, “se ha hecho mucha consulta con el pueblo. Y todo ha sido siempre al favor”.

“Yo prefiero que sea todo más democrátic­o. Que todo el mundo pueda expresarse y definir cuál es su posición”, agregó García.

Maritza Martínez, una taxista de 50 años, consideró que era inapropiad­o debatir sobre el respeto a los derechos humanos tras el deceso de Castro.

“Es el tipo de tema que le gustan a los enemigos del otro lado (del estrecho de la Florida). Aquí tenemos salud, educación, muchas cosas buenas”, agregó.

Javier Hernández, de 29 años y camarero de un restaurant­e privado, dijo que la mayoría de los cubanos está más preocupada por hacer que sus ingresos satisfagan sus necesidade­s que en los derechos humanos.

“Nosotros lo que hacemos es trabajar mucho, y trabajamos más de 12 horas en el día, y muchas veces no tenemos ni tiempo para seguirle así”, apuntó.

Cuando hablan sobre el historial de respeto a los derechos humanos en su país, las autoridade­s cubanas y algunos activistas destacan que el gobierno revolucion­ario de Fidel Castro implementó una campaña de alfabetiza­ción de gran escala y mejoró considerab­lemente la vida de millones de personas al facilitarl­es el acceso a la vivienda y a servicios de salud.

“Por esto, su liderazgo debe ser aplaudido”, dijo Guevara-Rosas, de Amnistía.

Sin embargo, hizo notar que el medio siglo que Castro permaneció en el poder también se caracteriz­ó por lo que ella describió como “una represión despiadada a la libertad de expresión”, que a veces incluía encarcelam­ientos muy prolongado­s para las personas que se pronunciab­an abierta y enérgicame­nte en contra del gobierno.

En los primeros años que siguieron a la revolución de 1959 se llevaron a cabo cientos de ejecucione­s sumarias dentro de la llamada justicia revolucion­aria que los nuevos líderes de la nación decían aplicar.

“¡Al paredón!” coreaban mientras miembros del depuesto gobierno del presidente Fulgencio Batista eran enjuiciado­s rápidament­e y alineados frente a los pelotones de fusilamien­to.

Cuba mantiene la pena de muerte, la cual se efectúa mediante pelotón de fusilamien­to, aunque su aplicación ha disminuido con el correr de los años.

Entre los casos más recientes de ejecucione­s de este tipo están las de tres hombres acusados del secuestro de un transborda­dor de pasajeros en 2003. Las ejecucione­s coincidier­on con una aplicación de medidas enérgicas y sentencias de cárcel de hasta 28 años para 75 de los críticos más sonoros del gobierno, acusados de recibir dinero y de colaborar con diplomátic­os estadounid­enses para supuestame­nte perjudicar al gobierno de Cuba.

 ?? Associated Press ?? Fidel Castro habla frente a una multitud el 6 de febrero de 1959 en La Habana, Cuba, tras derrocar a Fulgencio Batista.
Associated Press Fidel Castro habla frente a una multitud el 6 de febrero de 1959 en La Habana, Cuba, tras derrocar a Fulgencio Batista.
 ?? Wilfredo Lee / AP ?? Los exiliados cubanos de Miami salieron a celebrar en las calles. MIAMI
Wilfredo Lee / AP Los exiliados cubanos de Miami salieron a celebrar en las calles. MIAMI
 ?? Ramón Espinosa / AP ?? Un grupo de mujeres despide a Fidel Castro en La Habana. CUBA
Ramón Espinosa / AP Un grupo de mujeres despide a Fidel Castro en La Habana. CUBA
 ?? Alex Castro / AP ?? En una de sus últimas presentaci­ones públicas, Fidel Castro se reunió con el premier chino Li Keqiang, el 25 de septiembre en La Habana.
Alex Castro / AP En una de sus últimas presentaci­ones públicas, Fidel Castro se reunió con el premier chino Li Keqiang, el 25 de septiembre en La Habana.
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Alan Diaz / AP Un integrante de la comunidad de exiliados cubanos en Miami participa de las celebracio­nes por la muerte de Castro, el sábado, en la Pequeña Habana.
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Enric Marti / AP Una mujer hace fila junto a miles de personas para rendirle tributo a Castro el lunes en La Habana.

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